TRADUCTOR

viernes, 3 de abril de 2020

JUAN RODOLFO WILCOCK: CAPITÁN LUISO FERRAUTO

Una vez al año, en primavera, el capitán Luiso Ferrauto cambia de piel; de la piel vieja emerge lustroso y rosado como un recién nacido, pero al cabo de unas horas la piel nueva recobra su color normal, que es aceitunado, y también el pelo, que se ha desprendido junto con la piel del cráneo, vuelve a crecer rápidamente, como corresponde a un oficial de la Seguridad Pública. Su mujer, unida a él por un amor inusitado en estos tiempos, suele guardar estas pieles usadas de su marido y rellenarlas de goma espuma color carne, para hacer así un muñeco bastante presentable, bien cosido y armado, con su uniforme puesto. Ya tiene unos quince, en el garaje: todos oficiales de policía, tan parecidos a su marido que da gusto verlos a todos juntos, tan dignos, tan rectos, tan inalcanzables por la corrupción. La señora hizo instalar un equipo estéreo en el garaje y cuando el capitán está de servicio fuera de casa, la mujer baja para hacerles escuchar a sus ex maridos las mejores páginas de la lírica mundial. Absortos, como embelesados, los quince policías escuchan inmóviles la muerte de Desdémona, el merecido asesinato de Scarpia, la disputa fatal entre Carmen y Don José, delitos todos que exigen el arresto inmediato del culpable, hechos de sangre y de violencia como tantas veces han visto a lo largo de su carrera. Puesto que los muñecos de piel policíaca son producidos a razón de uno por año y cada uno es de edad más avanzada que el anterior, presentan esta insólita característica: que el más joven de los quince es el más viejo de los quince.



Juan Rodolfo Wilcock

Buenos Aires, 17 de abril de 1919 – Lubriano, Italia, 16 de marzo de 1978 fue un poeta, crítico, traductor y escritor argentino. Escribió en español e italiano.Hijo de Charles Leonard Wilcock, inglés, e Ida Romegialli, argentina, estudió Ingeniería Civil en la Universidad de Buenos Aires, y vivió un tiempo en Mendoza en un proyecto relacionado con el ferrocarril trasandino, pero luego abandonó esa profesión para dedicarse a la literatura.
Su primer libro de poesía, Libro de poemas y canciones (1940), obtuvo el Premio Martín Fierro de la Sociedad Argentina de Escritores. Un año después conoció a Silvina Ocampo, Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges, con quienes tuvo una gran amistad.
Entre 1942 y 1944 dirigió la revista literaria Verde Memoria. Entre 1945 y 1947, la revista Disco. Trabajó en los Ferrocarriles del Estado, pero dejó su puesto en 1944. En 1945 autoeditó dos libros de poesía: Ensayos de poesía lírica y Persecución de las musas menores. En 1946 publicó Paseo Sentimental. En 1951 viajó por Europa con Silvina Ocampo y Bioy Casares, y visitó Italia por primera vez.
Wilcock practicó asiduamente la crítica, colaborando en multitud de diarios y revistas literarias. Fue también traductor del inglés, francés, italiano y alemán. Al igual que su amigo Raymond Queneau, Wilcock ejerció la labor de inventor de autores bajo demanda para diferentes editoriales europeas, como desvela un reciente estudio realizado por la fundación que dirige Carla Bodoni.  En 1957 se instaló definitivamente en Italia, país en el que acabaría solicitando la nacionalidad. Allí reescribió varias de sus obras en italiano. En esos años le escribió a Miguel Murmis, diciéndole: "Veo a la Argentina como una inmensa traducción". En 1964 hace su única aparición en el cine, en la película El Evangelio según San Mateo, de Pier Paolo Pasolini. Traduce para la editorial Emece, El derrumne de la Baliverna de Dino Buzzati. En este país se hizo amigo de Elsa Morante, Alberto Moravia y Ennio Flaiano. Wilcock murió el 16 de marzo de 1978, en su casa de campo de Lubriano, Italia. Está enterrado en el Cementerio Protestante, cerca de la Pirámide Cestia. Su hijo Livio Bacchi Wilcock fue un importante traductor de Jorge Luis Borges al italiano.
(Wikipedia)

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