(KORI YAANE CARRASCO BOLIVIA DORADO)
Nacida en 1949, profesora de español, de portugués y de sus literaturas, nació en La Paz, pero reside en Brasilia desde mediados de los años 70. Habiendo hecho poesía desde pequeña, publicó su primer libro en 1981, después de que poemas suyos vieran la luz en periódicos de su ciudad natal. Ocupa la silla 37 de la «Academia de Letras do Brasil». Su poesía es lírica intimista, aunque no olvida los problemas humanos y sociales de su país y del mundo. A veces su voz es suave, casi un murmullo, otras se enronquece y casi grita para que la oiga el mundo. Figura en antologías poéticas y crónicas de Brasilia y de India y tiene cuatro libros publicados, dos en La Paz y dos en Brasilia: Un grito Callado, de 1981, Espuma de los días, de 1982, Poemas en cuatro tiempos, de 1994, y Despeinando sueños, de 1996. Son de su segundo libro los poemas.
Necesidad
Necesito llegar al surco de la espuma,
allí donde la roca duerme,
donde la ondulante agonía de la sangre
emite su canción invisible,
allí donde la paloma no busca a las estrellas
y el hambre no crece con los niños.
Donde el remedio es paz,
sueño, y laberinto,
donde no hay más pulso
que la ternura frígida de las horas...
Necesito beber la espuma,
para no volar en llamaradas
de río cristalino
y en el fondo,
quedar ahogada
en la sonrisa de tus labios
como protección a mis días.
Necesito caminar en la espuma,
para no llegar al cuerpo breve y vibrante de la muerte,
para verla y no acuchillar tu ausencia,
para deshacer la angustia del trigo
estacionada en la guerra sin destino,
para volver al Universo
cantando primaveras,
acariciando tus ojos
y sintiendo el latir de tus venas.
Contemplando el silencio
Sentada,
deshojando sueños
sintiendo el aroma que se detuvo en el cerebro.
Cuántas hojas yacen
despojadas de esperanza,
pisoteadas en el gris del tiempo.
Y estoy sentada,
con la mente cansada
contemplando el silencio.
Necesito llegar al surco de la espuma,
allí donde la roca duerme,
donde la ondulante agonía de la sangre
emite su canción invisible,
allí donde la paloma no busca a las estrellas
y el hambre no crece con los niños.
Donde el remedio es paz,
sueño, y laberinto,
donde no hay más pulso
que la ternura frígida de las horas...
Necesito beber la espuma,
para no volar en llamaradas
de río cristalino
y en el fondo,
quedar ahogada
en la sonrisa de tus labios
como protección a mis días.
Necesito caminar en la espuma,
para no llegar al cuerpo breve y vibrante de la muerte,
para verla y no acuchillar tu ausencia,
para deshacer la angustia del trigo
estacionada en la guerra sin destino,
para volver al Universo
cantando primaveras,
acariciando tus ojos
y sintiendo el latir de tus venas.
Contemplando el silencio
Sentada,
deshojando sueños
sintiendo el aroma que se detuvo en el cerebro.
Cuántas hojas yacen
despojadas de esperanza,
pisoteadas en el gris del tiempo.
Y estoy sentada,
con la mente cansada
contemplando el silencio.
Fuente: cvc.cervantes.es - Foto: brasilia.memoriaeinvencao.com
Qué bellas letras!!! Muy profundas
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