TRADUCTOR

viernes, 1 de marzo de 2019

RUBÉN CAPODAQUA: NARRATIVA

1.

Coloca la cacerola con agua sobre el brasero, agrega una papa, algunas hojas de acelga, zanahoria, sal.
A la hora del almuerzo, lleva la olla al centro de la mesa y les dice a los seis:
Hoy la sopa no tendrá fideos.


2.

Amanece. La enfermera se acerca a la cama y le dice que hace más de tres años que nadie la visita. Igualmente la abuela sonríe y sigue preguntando por sus nietas.


3.

Entra a la sala, descalza y despeinada. Se ubica al costado del ataud, llora y coloca una flor entre las manos del muerto.
Todos saben que don Raúl fue en vida su mejor cliente.




EL CUARTO DEL FONDO

Buscaba aquel tarro de lata donde cuando niño guardaba secretos. Entré al cuarto del fondo como quién entra a una selva. Abrí los cajones de una desvencijada mesada, revisé potes, bajé recipientes que estaban en la parte más inaccesible de la alacena: encontré especias vencidas, viejas y saltadas tazas de porcelana, sobres con polvo cuyas letras ya no podían leerse, nuez moscada, semillas envueltas en un papel que decía "Tía Emilia". Sobre la heladera el chancho de yeso y algunas flores plásticas. Había muchas telarañas sobre la lámpara de aluminio y tierra sobre una pila de envases. Del tarro de lata, nada.
Tomé una botella azul que me llamó la atención por el tamaño de su corcho. La limpié y luego olí su contenido.
El tufo me hizo retroceder, era cianuro, lo utilizaban para curar las heridas de la vaca y debió quedar ahí, oculto, al menos 35 años. Lo arrojé rápidamente a la pileta y abrí la canilla para que corriera el agua y se llevara para siempre el producto. Aún recordaba la muerte accidental o no de aquel peón apellidado Roldán.


ANÍBAL

Truenos y rayos quiebran la noche. Los árboles lloran bajo la tormenta. El grupo se divide en tres para orientar mejor la búsqueda; algunos toman hacia el arroyo, otros hacia el cerro. Nosotros cruzamos la enramada y avanzamos por el camino viejo. Después de atravesar la pirca, un relámpago ilumina el algarrobo de la cuesta. El anciano cuelga de una cuerda atada a la rama más fuerte del árbol.
El agua y el viento castigan con más fuerza la miseria de la oscuridad.


AMENAZA

Por la ventana del sótano que da a la calle veíamos como alguien de botas negras, aplastaba algún tipo de bicho o insecto en la vereda.
Mientras armábamos las cajas, mirábamos con atención lo que ocurría, y ese alguien estuvo ahí, haciendo lo mismo durante algún tiempo.
Cuando salimos fuimos a curiosear los aplastamientos. Ni rastros de insectos ni del alguien. Solo un papel pegado en el lugar del hecho que decía: "vendré por ustedes, niños".


VIDA NUEVA

Suenan las campanadas de las cinco. Inés arregla la habitación, dobla la manta y la coloca al pie de la cama. Se viste con su remera celeste de siempre, con su jean gastado y toma la pequeña mochila. No tiene demasiado, lo de más peso es su esperanza.
Da una mirada al cuarto y sale al patio. Se persigna ante la cruz de madera y se encamina hacia la puerta de ingreso.
La madre superiora sale del oratorio para darle la bendición. La besa en la frente y coloca en la planta de su mano, un lápi de labios y caramelos de miel.


Rubén Capodaqua 
Nació en Oncativo, Córdoba, Argentina, el 26 de septiembre de 1963.
Se define como buscador de intentos en las marañas, en donde las artes me "prestan" un lugar. 
La poeta y escritora Lily Chávez dice de Rubén: "Tiene muchas cualidades que lo ligan al arte, es actor, titiritero, fotógrafo, escritor y por lo tanto, su imaginación despliega brotes todo el tiempo, y agrega, Rubén puede escribir textos maravillosos, dotados de fantasía, de dolor, de humor o intriga o simplemente acariciarnos con recuerdos llenos de ternura".
Fuente: Hagamos el resto de Rubén Capodaqua, El Mensú ediciones / narraciones 2018 - Foto: R.C.

1 comentario:

  1. Muchas gracias, espero seguir compartiendo los ecos de la palabra. Gracias WRQuinteros. Un abrazo.

    ResponderBorrar

El comentario estará sujeto a la aprobación del equipo y su administrador. Gracias.