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viernes, 24 de mayo de 2019

GILDA MANSO: TRES GATOS MUERTOS




Aunque no podía explicarlo de una manera clara, Verónica sabía que si una cosa sucede una vez, se trata de un hecho aislado; si sucede dos veces, ya es tendencia. Y los gatos muertos eran tres.

Habían aparecido en el medio de la calle, frente a la casa de rejas blancas, la que estaba al lado del almacén del barrio. Uno el martes, otro el miércoles, otro el jueves, con la innegable rigidez de la muerte. Los autos los esquivaban como podían, hasta que Verónica reprimía el asco y la pena y los corría hacia la zanja, mirando de reojo la casa de rejas blancas, porque Verónica no creía en las casualidades.

En esa casa pasaba algo raro, Verónica lo percibía. Demasiado silencio siempre, demasiada quietud. Todos en la cuadra sabían que la casa estaba habitada por una pareja con dos hijos pequeños, y nadie sabía nada más.

—¿Y qué se supone que vas a hacer, Verónica? ¿Tocarles el timbre y preguntarles por los gatos muertos? Ni se te ocurra, ¿me escuchaste?

El padre de Verónica habló claro y Verónica, niña obediente, le ofreció un dócil sí, papá, y luego salió a la vereda, cruzó la calle y no tocó el timbre de la casa extraña sino que se trepó a las rejas y saltó al interior con la impunidad que creía que le otorgaba el tener doce años, en busca de las respuestas al misterio de los gatos muertos. Y adentro no halló gatos muertos ni vivos, pero encontró a los hijos de los dueños de la casa atados a la cama, quemados, cortados, y mudos de espanto. Y encontró un teléfono y llamó a su padre, y le dijo que llame a la policía antes de que los padres de los nenes volvieran del trabajo.

Y mientras la policía y los canales de televisión se ocupaban del caso del día, Verónica vio cómo el almacenero, escondido tras el escudo del tumulto, le agregaba un polvillo innecesario y por lo tanto sospechoso a un plato de leche que, instantes después, le ofrecería a un gato que esperaba con relamida ansiedad. Entonces Verónica se resignó a ser heroína no como hecho aislado sino como tendencia, y llamó a un policía que estaba cerca suyo, y le dijo que el almacenero era un asesino de gatos, y que lo que sucede tres veces sucede cuatro, y que los gatos muertos eran tres.




Gilda Manso

(Buenos Aires, 1983) es una escritora y periodista argentina.Se recibió de Técnica Superior en Periodismo con especialización en deportes (2005) en la escuela del Círculo de Periodistas Deportivos. Desde ese año trabaja como periodista, redactora y correctora en medios gráficos y digitales, y desde 2012 imparte un taller de narrativa a distancia. La mayor parte de su obra entra en los géneros de literatura fantástica, literatura maravillosa y realismo mágico. En 2008 publicó su primer libro de cuentos breves y microficciones, Primitivo ramo de orquídeas, mediante la plataforma editorial Libros en Red. Su segundo libro, Matrioska, fue publicado en Argentina en 2010 por la editorial Malas Palabras Buks y en México en 2012 por la editorial Ediciones de Educación y Cultura. En 2013 participó del proyecto Exposición de la actual narrativa rioplatense, que busca difundir la obra de escritores actuales. Dentro de ese proyecto, impulsado por las editoriales El 8.º. Loco y Milena Caserola, publicó su tercer libro de cuentos, Temple. El mismo año, Malas Palabras Buks publicó su cuarto libro, Temporada de jabalíes. En 2014 volvió a publicar con la editorial Milena Caserola. En esta ocasión se trató de su primera novela, titulada Mal bicho, presentada oficialmente en el mes de noviembre. En julio de 2015, la editorial Textos Intrusos publicó su libro Flora y Fauna - Antología personal de microficción, en donde se reúne gran parte de su obra de cuentos breves. Unos meses más tarde, Flora y Fauna fue publicado en Perú mediante la editorial Micrópolis. Su libro más reciente es Luminosa, novela publicada por Milena Caserola. En 2013, cuentos de su autoría fueron adaptados al teatro en la obra Secretos descubiertos, que fue puesta en escena en Espacio La Escalera (Palermo, Buenos Aires), con dirección de Beatriz Amábile. En septiembre de 2017 fue invitada por Casa de las Américas a participar de Casa Tomada, un encuentro continental de escritores y artistas que se realiza en La Habana cada cuatro años. Parte de su obra fue traducida al inglés, italiano, francés y alemán. Desde el 2011 coordina el ciclo de lecturas de Los Fantásticos, cuya meta es darle difusión a la literatura contemporánea.
Fuentes: letralia / wikipedia / Foto: internacional microcuentista

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