TRADUCTOR

viernes, 8 de noviembre de 2019

ARMANDO OROZCO TOVAR: POEMAS


Cruxificción


Que no es de Nazaret este madero
donde me he dejado colgar
por mis reclamos.
¿Qué tengo yo que ver con todo esto?
Quizá el dolor y la befa
de un Dios indiferente
amigo de “cambistas” como les decían
en tiempos de milagros,
cuando Él también los azotó
y “prendió fuego a sus tenderetes.”
Ahora estoy clavado de pies y manos
en este sucio poste
como cualquier cordero de sacrificio.
Porque, ¿quién vive diez meses sin salario?



Los zapatos

Todos los presentes escuchan
con atención sus poemas.

Yo observo sus zapatos
asomados
por debajo de la mesa.
Que como sus versos
desechos
recorren los caminos.



Estado mayor conjunto

Son de dos metros de grasa
parecidos a cangrejos colorados
condecorados con medallas
para premiar atletas de la muerte.
Mueven sus patas venenosas
sus brazos y nalgas con dificultad.
Sobre sus enormes portaaviones
Y Nave Seals de sus bolsillos
sacan apresurados
la fórmula para salvar sus bancos
para destruir al mundo en un instante.


Oro en el mar norte


Los escualos huyen
entre el hielo quebrado
del ártico. Son volcanes
resoplando en el aire su miedo.
En oro puro se transforma
todo lo que arponean
en el mar del norte
los pesqueros japoneses
Sobre las olas flotando quedan
tas tripas de las ballenas
devoradas por los pájaros.


El contabilista

En mi perpetua soledad
contabilizo
una por una mis galaxias.
Ninguna me falla.
Pero cuando sumo
las monedas
en la bolsa de los pobres
siempre me faltan
cinco para el peso.


El coleccionista

Aquel mandatario sonámbulo
coleccionaba iconos antiguos.
Los buscaba lelo en Estambul
Cnosos y las islas Egeas
sin darse cuenta que en su país
el icono del Palacio de Justicia
se le quemaba entre las manos.



Traductor


Bajo un sol de verano
la lluvia
y los gemidos de enfermos.
En el Elizabeth Hospital
para locos y criminales
doce años permaneció
encerrado
en una jaula de hierro
el poeta traductor de Confucio.



Armando Orozco Tovar
Bogotá 1943 - 2017
Fue un bogotano de origen chocoano, descendiente directo de Jorge Isaacs, y casado con María Isabel García-Mayorca, nacida en Guamal (Magdalena), de estirpe samaria, bisnieta del general Joaquín Riascos, y poeta ella también de deslumbrantes duendes multicolores. Orozco Tovar cumplió su destino poético de manera febril, poseído por un deseo furioso de convertir en palabra el ángel luminoso que se revolvía dentro de su alma. Su poesía, como su vida, fue accidentada y hermosa: hace pocos meses cumplió 50 años de ejercicio literario cotidiano –y de amorosa unión con Isabel–, donde la pelea con el verso era un reto permanente al igual que lo era con una sociedad envilecida por la codicia y la desesperanza. Como la inmensa mayoría de los poetas, Armando Orozco Tovar sobrevivió cada día con oficios afines al de su creación: el periodismo, la cátedra universitaria y la militancia política.
Fuente: eltiempo / Festival de Cultura Medellín / Foto:eltiempo-cultura

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