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viernes, 11 de octubre de 2019

PINTURAS: JOAN MIRÓ

Pelo de la Estrella
Pelo de la estrella



Pez Cantante
Pez cantante


El Gallo
El Gallo

Mujer y Pájaros al Amanecer
Mujer y pájaros al amanecer


Homenaje a Picasso
Homenaje a Picasso


Diseño para Tapiz
Diseño para tapiz


Cantante Melancólico
Cantante melancólico



Cuadros de Miró al óleo

Los cuadros de este pintor destacan por su estética surrealista rozando lo infantil. 
Las obras de Miró se consideran como iniciadoras del estilo surrealista europeo, entre las formas abstractas se vislumbran siluetas que sugieren figuras reales e imaginarias. La sensibilidad infantil, junto a la riqueza creativa plasmada en sus cuadros, siguen unos parámetros característicos y únicos, por esta razón sus composiciones son reconocibles a primera vista.

Joan Miró
Además de ser uno de los artistas plásticos más destacados del siglo pasado, el barcelonés Joan Miró está considerado como uno de los más importantes exponentes de la corriente surrealista.
Pintó, esculpió, grabó y trabajó con cerámica, en lo que respecta a su concreta producción artística, pero además, se ocupó de promover el arte creando una institución destinada a tal fin, la Fundación Joan Miró, sita en Barcelona y que además de contener varias de sus obras más notables se preocupa por dar a conocer las tendencias del arte contemporáneo.

Joan Miró i Ferrà, nació el 20 de abril del año 1893, en Barcelona, España.
Miró estudió comercio, tal era el deseo de su familia, especialmente de su padre, y cuando se graduó trabajó en una droguería, aunque, un problema de salud lo alejó de tal actividad.
Tiempo después decidiría dedicarse de lleno al arte, su gran pasión.
El nuevo rumbo escogido lo llevó a la Academia de Arte que dirigía Francisco Galí y allí se empapó de las últimas tendencias artísticas en boga en Europa.
En el año 1919 viaja a París y allí entra en contacto con Picasso y otros artistas y a partir de ese momento alternó estancias en su país y en París.
En el año 1924 se compromete con el Surrealismo y entonces su producción incorpora y demuestra muchísimo de esta propuesta, destacándose el signo caligráfico y el jeroglífico.
Antes de finalizar la década del veinte, llegará su primer gran reconocimiento internacional cuando el Museo de Arte Moderno de Nueva York adquiere dos telas de su autoría.
Entre la década del cincuenta y del sesenta se dedica especialmente a la realización de murales de importante tamaño para diferentes edificios como ser la sede la Unesco en París, la universidad de Harvard y en el aeropuerto de Barcelona.
Cabe destacar que para la realización de sus esculturas supo emplear material reciclado.
Entre sus creaciones más notables sobresalen: La masía, Carnaval de arlequín, Interiores holandeses, Bodegón del zapato viejo, Mujer desnuda subiendo la escalera, La esperanza del navegante, Metamorfosis, entre otras.
En cuanto a los intereses y temas, que inevitablemente se convirtieron en piezas artísticas, Miró, pasó por diferentes momentos y todos ellos tuvieron su correlato en sus obras; el inconsciente y su propia patria supieron ocupar un lugar destacado en su creación que osciló entre influencias fauvistas, expresionistas y cubistas.
Además de la Fundación Joan Miró que atesora muchas de su obras, también se destacan en este sentido la Fundación Pilar i Joan Miró de Palma de Mallorca, el Museo Reina Sofía de Madrid, el centro Pompidou de París y el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
A lo largo de su carrera, Miró, fue reconocido con los siguientes premios: medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, Medalla de Oro de la Generalidad de Cataluña y el Gran Premio de Grabado en la Bienal de Venecia.
El 25 de diciembre del año 1983, a los 90 años, fallece en Palma de Mallorca.


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