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viernes, 26 de enero de 2018

AE QUINTERO: POEMAS

Si yo tuviera una hija
le enseñaría todos los colores -y sus estereotipos-:

le diría lo alto y perseguido que es el color negro,
lo inteligente y destacado
que es color amarillo,
y lo frágil del rosa, lo temeroso
que esconde en sus rodillas
ese color.

Le diría que el azul
no es el mejor color para un niño:
es un color que duele siempre,
del que pueden burlarse los pájaros
y las cigarras.
Le diría que el azul
es un color que hace que el niño se quede solo,
   en una tarde sin sueños.

Y que un niño puede ser verde como un árbol
o rojo como una ciruela. O rosa,
ese color enamorado
de otro niño.

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Los domingos por la noche
-ya muy noche-
abro las ventanas
e intento salir por ahí, decirle a mi alma (si eso existe)
que aproveche y se vaya,
que yo le echo aguas para que escape sin que la vea nadie salir
                                                                                        de casa.

Yo no quepo por la ventana
si no me iría;
soy más gordo de lo que le conviene al alma.

Sólo me pasa los domingos a la noche
cuando regresa a casa la conciencia
y empieza a gritar, a apagar las luces de los cuartos
y se pone de acuerdo con el despertador
para irritarnos a todos.

Es una niñería, lo sé, pero sería hermoso
ver como sale por la ventana y corre
entre jardines y autos hasta perderse.

Sería hermoso saber
que hay algo de mí
que queda libre
para continuar por su cuenta.

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En el parque de enfrente
una niña y un niño
sonrojan a los que pasan junto.
Tomados de la mano
provocan que la gente se detenga
y los mire
como si algo de ellos los alcanzara.

Hay muchos niños en ese parque.
Y muchos
no tienen en los ojos
la mirada de un padre
o la ausencia laboral de una madre.
Son niños a primera vista
y ahora dos de ellos
están también tomados de la mano:

un niño
y otro niño
tomados de la mano
hasta que llegue un psicólogo y les explique
que con eso
han dañado mucho a sus padres.



Alfredo Espinosa Quintero
Alfredo Espinosa Quintero, Nació en Culiacán, Sinaloa en 1969 y radica en el Distrito Federal. Es Licenciado en Lengua y Literaturas Hispánicas por la Universidad Nacional Autónoma de México. Estudió el doctorado en Teoría de la Literatura en la Universidad Autónoma Metropolitana. En 1996 ganó el Premio Nacional de Poesía Enriqueta Ochoa por el poemario Los postigos del verano.

En el año 2011 obtuvo el Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes con el Poemario Cuenta regresiva. Su libro La telenovela de las cuatro no se detendrá porque alguien logró matarse fue seleccionado como mejor libro de poesía del 2014 en La Feria del Libro Independiente de la AEMI. 
Foto: archivo del blog - Fuente: "El taxista saca su pene" Ed. Praxis, primera edición 2014.

2 comentarios:

  1. AE Quinteros...te conocí porque en una radio FM en Argentina (Radio con vos, programa ¨la inmensa minoría¨), hay un periodista que lee tus poemas al aire.
    Me encanta la belleza de tus palabras e imágenes.
    Saludos desde Neuquen, Argentina

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