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sábado, 28 de julio de 2018

CHARLES BUKOWSKI: POEMAS

Un Poema es una Ciudad
Un poema es una ciudad llena de calles y cloacas,
llena de santos, héroes, pordioseros, locos,
llena de banalidad y embriaguez,
llena de lluvia y truenos y periodos
de ahogo, un poema es una ciudad en guerra,
un poema es una ciudad preguntando por qué a un reloj,
un poema es una ciudad ardiendo,
un poema es una ciudad bajo las armas
sus barberías llenas de borrachos cínicos,
un poema es una ciudad donde Dios cabalga desnudo
por las calles como Lady Godiva,
donde los perros ladran en la noche y persiguen
la bandera; un poema es una ciudad de poetas,
muchos de ellos muy similares
y envidiosos y amargados…
un poema es esta ciudad ahora,
a 50 millas de ninguna parte
a las 9:09 de la mañana,
el sabor a licor y cigarrillos,
sin policía, sin amantes, caminando en las calles,
este poema, esta ciudad, cerrando sus puertas,
fortificada, casi vacía,
enlutada sin lágrimas, envejecida sin pena,
las montañas rocosas,
el océano como una llama de lavanda,
una luna carente de grandeza,
una leve música de ventanas rotas…

Un poema es una ciudad, un poema es una nación,
un poema es el mundo…
Y ahora pongo esto bajo el cristal
para el loco escrutinio del editor
y la noche está en cualquier lado
y lánguidas damas grises se alinean
el perro sigue al perro al estuario
las trompetas anuncian los patíbulos
mientras los hombrecillos deliran sobre cosas
que no pueden hacer.

(Traducción de Guillermo Vega Zaragoza.)


A la puta que se llevó mis poemas


Algunos dicen que debemos eliminar del poema
los remordimientos personales,
permanecer abstractos, hay cierta razón en esto, pero
¡Por Dios!
¡Doce poemas perdidos y no tengo copias!
¡Y también te llevaste mis cuadros, los mejores!
¡Es intolerable!
¿Tratas de joderme como a los demás?
¿Por qué no te llevaste mejor mi dinero? Usualmente
lo sacan de los dormidos y borrachos pantalones enfermos en el
rincón.
La próxima vez llévate mi brazo izquierdo o un billete de
cincuenta,
pero mis poemas no.

No soy Shakespeare
pero puede que algún día ya no escriba más,
abstractos o de los otros;
Siempre habrá dinero y putas y borrachos
hasta que caiga la última bomba,
pero como dijo Dios,
cruzándose de piernas:
“veo que he creado muchos poetas
pero no tanta poesía.”




Manual de combate

Dijeron que Céline era un nazi
dijeron que Pound era un fascista
dijeron que Hamsun era un nazi y un fascista.
Pusieron a Dostoievsky frente a un pelotón
de fusilamiento
y mataron a Lorca
le dieron electrochoques a Hemingway
(y vos sabes que se pegó un tiro)
y echaron a Villon de la ciudad (París)
y Mayakovsky
desilusionado con el régimen
y luego de una pelea de enamorados,
bueno,
también se pegó un tiro.
Chatterton se tomó veneno de ratas
y funcionó
y algunos dicen que Malcom Lowry se murió
ahogado en su propio vómito
borracho.
Crane se tiró a las hélices
del barco o a los tiburones.
El sol de Harry Crosby era negro.
Berryman prefirió el puente.
Plath no encendió el horno.
Séneca se cortó las muñecas en la
bañera (es la mejor manera:
en agua tibia)
Thomas y Behan se emborracharon
hasta morir y
hay muchos más.
¿Y vos querés ser un
escritor?
Es esa clase de guerra:
la creación mata,
muchos se vuelven locos,
algunos pierden el rumbo y
no lo pueden hacer
nunca más.
Algunos pocos llegan a viejo.
Algunos pocos hacen plata.
Algunos se mueren de hambre (como Vallejo).
Es esa clase de guerra:
bajas por todas partes.
Está bien, adelante
hazlo
pero cuando te ataquen
por el lado que no ves
no me vengas con
remordimientos.
Ahora me voy a fumar un cigarrillo
en la bañera
y luego me voy a ir a
dormir.




Charles Bukowski

Nacido en Andernach, Alemania, el 16 de agosto de 1920 y fallecido en San Pedro, California, el 9 de marzo de 1994, Bukowski es mayormente recordado por su alter ego, Henry Chinaski, protagonista de novelas como Cartero y Factótum, donde se destacan las relaciones tormentosas con mujeres, la cerveza y la vida marginal. Más allá de la imagen de borracho solitario que se cristalizó en el imaginario popular, Bukowski fue un poeta que buscó siempre la palabra precisa que pudiera sacar brillo del barro, encontrar oro en la miseria y dejar todo en la escritura. "Si lo vas a intentar, dale hasta el final/ de lo contrario, ni siquiera empieces", dice en su poema Tira los dados. Fuente: Juan Rapacioli, Infobae - Ciudad Seva - Blogalia - Foto: Archivo del Blog

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