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viernes, 3 de abril de 2015

PABLO ANADÓN: POEMAS


                                                                   I
                                                    RÍO DE LOS SAUCES
                                                                                               (Traslasierra)
Cuántas horas inmóviles
Me he quedado a la orilla de este río
Viendo el verde dorado
De las aguas veteadas de reflejos,
El vuelo repentino de algún pájaro,
Las variaciones leves de la luz
Sobre las hojas, y las formas
De las nubes que van hacia el azul de la montaña.
Ya entonces era el que miraba
El transcurrir ajeno de la vida. 
Años antes viajábamos aquí
Y las tardes pasaban
Con esa placidez lenta e indecisa
Del ave que planea por el cielo lejano.
No había diferencia en aquel tiempo
Entre ser y vivir, ver y mirar,
Y el río que se iba para siempre
En su deriva hacia el atardecer
Era el mismo que ahí se nos quedaba
Remolineando en torno de las piernas.
No recuerdo la angustia de que acabara el día.
Muchos de aquellos que veníamos
Al río, hoy ya no existen; de los otros
No sé más que las frases que se dicen
Tras la cena en la rueda familiar,
Señas que alumbran sin sentido
Como la inmensa dispersión
De estrellas en las noches de verano.
Ahora que anochece sobre el río
Como en mi vida, observo
A los hijos que juegan en la orilla,
Sigo el humo que va del cigarrillo
Hacia la claridad que se demora
En el temblor plateado de los álamos,
Y entrecierro los ojos como quien
Se acostumbra a la luz de la mañana
O a la ceguera de la oscuridad.
Escucho el invariable
Y diverso rumor entre las piedras,
Las voces más queridas, el agudo
Silbo de un pájaro desconocido…
Me preparo a partir, sin quejas, sin palabras.

                                                                   II
                                               EL RUIDO DE LA SEGADORA

De pronto el ruido de la segadora
Se ha acallado, y entonces percibimos
Que nos ensordecía… Y entreoímos
En la mente el latido de esta hora
Silenciosa del campo. Hay una hora
Así en la vida, cuando lo que fuimos
Por años, se detiene, y descubrimos
Que esa voz que se apaga y se demora
Es la nuestra. Sentado en el sillón
De mimbre viejo en el umbral de casa
He traído de nuevo al corazón
Tanta cosa querida, y en la escasa
Luz del día he rezado una oración
Por vos, por mí, por lo que fue y ya pasa.

                                                                   III
                                                  PASAJE SANTA CATALINA
                                                                                                    (Córdoba)
Aquí estoy, otra vez en el café
Adonde tantas veces he venido
En otros años, cuando era
Tan diversa mi vida:
                                      Allí están
Las torres de cerámicos,
Los árboles de junio con el cielo
Abriendo sus manojos de luz entre las ramas,
Las palomas que van entre las mesas
Mendigando migajas, como otros niños pobres,
Los hombres y mujeres que pasan y se pierden
Con su vida secreta en la mirada,
Y el infinito flujo de colores,
Rumores, resplandores del tráfico en la calle
-Todo dice que el mundo continúa,
Que lo que está perdido no ha quedado
Extraviado, prosigue e incluso vuelve
En otras formas, ciertas, con su fábula
Imaginaria y real de permanencia.
Aquí está, en esta ínfima
Flor de glicina que ha caído
Junto a la mesa, ahora,
Con su mensaje de caducidad
Y ofrenda: hermosa, frágil, todavía
Pareciera temblar cuando la extiendes
Sobre la palma de tu mano: Mírala.










 Pablo Anadón
 
(De Estudios de la luz, Pre-textos, Valencia)

Pablo Anadón (Villa Dolores, Córdoba, 1963) ha publicado, en poesía: Poemas (Colmegna, Santa Fe, Primer Premio “José Cibils” 1979); Estaciones del árbol / Stagioni dell’albero (Il Nuevo, Vecchio Stil, Córdoba, 1990, traducción al italiano de Oreste Macrì); Cuaderno florentino y otros poemas italianos (Università degli Studi della Calabria, Rende, Italia, 1994), Lo que trae y lleva el mar – Poesía 1978-2003 (Rubbettino, Soveria Mannelli, Italia, 1994), La mesa de café y otros poemas (AMG Editor, Logroño, España, 2004) y El trabajo de las horas – Poesía 1994-2004 (Ediciones del Copista, Col. “Fénix”, Córdoba, 2006). Próximamente se publicará en España, en las ediciones Pre-textos de Valencia, su libro de poemas Estudios de la luz.
Es autor de las antologías críticas Poetesse argentine (Plural Poesia, Acquaviva Picena, Italia, 1994), El astro disperso. Últimas transformaciones de la poesía en Italia. 1971-2001 (Ediciones del Copista, Col. “Fénix”, 2001, Premio de Traducción del Gobierno de Italia) y Señales de la nueva poesía argentina (Llibros del Pexe, Gijón, España, 2004).
Ha publicado en libros, diarios y revistas, numerosas versiones de Dante Alighieri, Giuseppe Ungaretti (El Dolor, Alción, Córdoba, 1994, en colaboración con Esteban Nicotra), Vittorio Sereni, Alfonso Gatto, Mario Luzi, Giorgio Caproni, Wallace Stevens, Robert Frost, W. S. Merwin, etc., así como la traducción del libro A las puertas de Italia, de Edmondo De Amicis (Ediciones del Copista / Istituto Italiano di Cultura, Córdoba, 2009).
Ha fundado y dirige desde 1997 la revista de poesía y crítica Fénix y la colección de libros del mismo nombre, publicados por Ediciones del Copista. Colabora regularmente con las revistas Clarín (España) y Smerilliana (Italia), entre otras.
Doctor en Letras por la Universidad Nacional de Córdoba, fue becario en la Universidad de Florencia y docente en la Universidad de Calabria (1987-1994), y trabaja actualmente como profesor de Literatura Argentina y de Literatura Hispanoamericana en la enseñanza universitaria.

Fuente: http://www.revistalamasmedula.com.ar/
Foto: elpoetaocasional.blogspot.com

2 comentarios:

  1. Pablo es un poeta que leo con gusto y admiración. Por casualidad somos muy parecidos. De temperamento: los dos melancólicos; también somos muy parecidos fisonómicamente: los dos somos barbados, calvos y fumadores de pipa. Me lleno innoblemente de orgullo cuando alguna dama me confunde con él. En esos momentos me apresuro a recordar algunos versos suyos para galantear los pocos minutos que dura la farsa.
    (Es mi modo algo infantil de tributarle honor a sus méritos.)

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