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viernes, 6 de octubre de 2017

PLINIO CAMILLO: TAL PADRE, TAL HIJA



Podría haberle preguntado si era corintiano.

O si sabía sambar

¡¡Pero no!!

Fui al interrogatorio tipo paternal.

Jovencito, sin barba, alineado en mi habitación. Atento y erguido

- ¿Nombre? ¿Edad? ¿Signo solar? ¿Tiene ahí un certificado de buenos antecedentes?

Pausa dramática. "Seguramente mi hija al muy maldito a ensayado !! ".
Respondió que se llama Cauã. Que tenía, sí, un certificado. Que era un año y dos meses más joven que mi hija. Signo y ascendente en el signo de Escorpio. "Intenso, rencoroso y vengativo. Siempre seguirá la revancha con persistencia ".

Finge.

- ¡Amo y respeto mucho a su hija, señor!

Mi pequeña hija tiene la luna en el signo de Piscis. "Empáticos, son tocados por los sentimientos y emociones de los demás "

- Si...¿dónde vive?

- En la calle Gamboa -en este momento apliqué la trama del "Morde y Assopra" (telenovela brasileña)

- Conozco ... mi viejo barrio !! Yo viví en Ibiapava

- Sí, sí señor ...

- Estuve en la Escuela del Barrio Paraíso. ¡Siglo pasado!

- Mi madre también. Ella siempre vivió allí

- ¿Cuál es el nombre de su madre?

- Gloria.

- Glorinha o Gloria?

- El nombre de mi madre es Glorinha Rosa

Quedé helado





"Estaba encajado en Gloria.

que es del signo de Piscis

Se trataba de tres meses de mirarla al balcón y sólo algunas cartitas.

Tres meses de parque y abrazos en la rueda gigante.

Tres meses atrás de la escuela y no le toqué ni los pechos.



Cuando se quedó acostada, le introduje mi "babado"



Después hubo días cabreros. No hablaba nada.

Otros días de mal humor. Sólo gemía.



- ¿Qué fue de mi ladrillito? - solté mi texto

- Es que no sé si vos me amas..

- ¿Cómo?

- Es que no lo se... - Mi furia salió a la luz - Necesito una prueba de su amor por mí.

- ¿Qué prueba? 

Más algunos días fingiendo estar desconcertado, hasta que ella cedió.

Dejó. 

Traté con desdén. Me pintó el miedo. Capoté en el área. Me comí a la Glorinha. 

Después pasó.

Comenzó a quedarse chatita.

Sin sal.

Y yo ya le estaba arrastrando el ala a Helena. 

Dejé las conversaciones falladas.

- El problema no es usted: soy yo!

Gritó y apeló a la ignorancia: se burló de mi madre.

Tuve que tomar una actitud.

- Ya fué, Glorinha.


Glorinha Rosa secó las lágrimas y me mandó una mirada llena de odio.

Lanzó la maldición

- Un día mi hijo va a hacer con su hija lo mismo que usted está haciendo conmigo.




- Padre, ¿usted está bien?

- Todo bien, hija. ¿Vio mi remedio para la presión?

- No padre -y dirigiéndose para el Cauã- ¿Vamos mi ladrillito?

- Con su permiso, señor

Salen y en la espera del ascensor ella le da un beso como los de la novela "De dónde habrá aprendido mi bella flor a dar estos besos ¿!? ".

Ella llegó un minuto antes de las cuatro y treinta y dos.

A la mañana siguiente.

- ¡Muchacho distinto!

- ¿Quién?

- Su amigo Cauã ...

- Novio, padre, N-O-V-I-O.

- Educado también ...

- ¿Me esta tratando de sacar padre?

- No te ...

- Si ...

A la tarde siguiente

- Mira, tu madre se presentará con su grupo de baile folclórico de Paraná la semana que viene, podría invitar a su N-O-V-I-O.

- Puede ser...

Una noche después

- Hijita, su hermano va a promover una churrasqueada vegetariana el viernes. El Cauã podría venir ... ¿le gusta la zanahoria?

- No lo se …

En la mañana después de dos noches

- Querida, su prima va a cantar en un sarao hoy ...

- Es que no ... porque he pensado hacer otra cosa ...

- Tu eres la que sabe …

Muchos días después.

- ¿Y el Cauã?

- ¡Olvídate!

- ¿Cómo?

- ¡¡Ya fue!!

- ¿Qué?

- ¡Padre! ¿Por qué?



Plinio Camillo
Nací el 26 de noviembre de 1960. A los tres años descubrí que las letras tenían significados. A los cinco, la interrogación. A los nueve, no era sintético. A los 12, quise ser espacial. A los 15, conquisté la exclamación. A los 17 vi los morfemas. A los 20 estaba en el escenario. A los 22 me vi como un adverbio. A los 25 desenredé la Lingüística. A los 27 redescubrí las reticencias. A los 30, la juventud. A los 35 recibí el mayor regalo: Beatriz Camillo, aquella que me trajo la felicidad. A los 40 desentendí una ligera madurez. A los 41 volví a Sampa !!!. A los 45, recibí el placer de vivir en compañía. A los 50 años, uso gafas hasta para atender teléfono. Hoy: escribo.
Fuente: colectivoclaraboia.wordpress.com - Traducido por: Ibarrechea
Foto: Plínio Camillo

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