PEQUEÑA MUERTE
Trepar mi lengua, / cual un molusco hambriento, / por las escarpadas / laderas de tus muslos. /
Demorar mis manos, / arañas laboriosas, / en la curva cenital / de tus caderas. /
Subir mi boca náufraga / a la balsa temblorosa / de tus pechos / y andar sin tiempo, / sin urgencia alguna, / por el fértil territorio / de tu vientre. /
Y así, morir de a poco, / extinguirme exhausto, / y llevarte de la mano / hacia esa muerte pequeña / y de juguete. *
SIESTA
En el borde preciso / de diciembre / el pubis de la siesta / arde en llamas.
En la umbrosa / frescura de tu cuarto / mis manos obreras, / laboriosas, / relevan tus caminos, / tus honduras, tus lomadas, / tus perversas latitudes, / tus lascivos volcanes / y las huellas indelebles / de su lava caudalosa.
Diciembre galopa / en la frontera del verano / en su caballo de sol / y de coyuyos. /
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