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viernes, 28 de octubre de 2016

PLÍNIO CAMILLO : MI RUBIECITA



Júnia, tu negrita!
Ven acá ya!

(Nació mi rubiecita, dos días después de mi tercer hijo!

Él no vengó a mi negrito!

Uno menos para dañarse!

Murió gritando. Los tés de hierbas nada resolvieron.

Falleció y no se volvió ángel.
No tienen ángeles negros…)


Negrita!
Sale ya de ahí!

(Rubiecita nació con hambre.

Clarinha!

El grito de la señora hizo que los niños se asustaran.

Daban revolcones.

Esas son diabluras aprendidas con los negritos sinvergüenzas de los fondos.
Ella estaba marchita y yo desagotaba en la tristeza.
Tenía miedo de endurecerme.)


Negra tonta!
Vio lo que ella hizo?

(Mi señor me mandó a cuidar de ella.
Sin resguardo.
Sin llantos y mi blanquita sólo bebió de mi.
Cada mordida que me daba, yo me apegaba más.
Sangrando le prometí a Oxum: seré de ella!
Aquellos ojos color manto-de-virgen me hechizaron.)

Joana, repugnante!
Que disparates dices !?!

(Mamó de mi hasta los seis años.

De pié.

En el terreno.

En la sala.

Donde ella quería me arrancaba la ropa y chupaba.
Hasta en frente de los señores!
Yo hacía todo por mi rubiecita.)

Negrita, diabla!
Vamos pronto!

(Los hermanos más viejos la dejaban a ella sola.
Nunca jugaba a las muñecas.
O a las casitas.
No jugaba a nada.
Solo conmigo jugaba.
Mas, ella cortaba mi corazón, cuando su padre salia a cabalgar, 
a ver la negrada en el campo.
Ella se quedaba sola.
Para calmar el llanto: se montaba en mi)

Tu, grosera!
corre!

(Los bastarditos no podían aproximarse.
No los dejaban.
No se lo merecían.
Ni los míos podían)

Negra de cabello duro!
Ve a cuidar de su vida!

(Entreteniendo a mi Clarinha.
Le mostraba lo que sabia:
La belladona hace ver las cosas malas.
Una copa de leche es muy buena.
La buchina es para no tener hijos.
La mandioca-brava, es solo para hacer harina.
El narciso en el te, solo da dolor de barriga, hasta puede matar.)

Tu muerta de hambre!
Hable derecho!

(En el Sol, sus cabellos me daban alegría.
Solamente yo los adornaba.
le pasaba babosa y se los dejaba brillantes.
Para que no grite, la dejaba jugar con mi collar.
Y solamente yo lavaba los vestidos de ella.
Estaba como una reina.
Antes de su primer baile, ella me escupió y después sonrió!)

Tu, cosa ruin!
Hacé las cosas bien o te mando para el tronco.

(Mi rubiecita creció.
Moza bonita.
Elegante.
Linda y educada.
Tocaba piano.
Aprendió a coser conmigo.)

Negra vieja!
Porque te estás demorando?

(Mi rubia se va a casar con quién el padre le mandó.
Va a ser una linda novia.
La más bella novia.
Mi Rubiecita. 
Se va a vivir lejos.
Le pedí que me llevara.
Ella me dijo que no.
Le imploré.
Se enojó.
Le supliqué. 
Me pegó y no me dio rabia, no. 
Me dio dolor.
Daba pena, yo sin ella.)

Junia! Mijunita!
PorelamordeDios me duele tanto!

(Amasé el narciso bien fuerte, con todo mi dolor.
No quiero que ella se vaya.
No sin mi.
Sin mi pecho.
Puse menta y azúcar para suavizar.
Destrozó a mi corazón ver a mi rubiecita gritar hasta morir. 
Todos mis hijos murieron gritando.)


Plínio Camillo
Escritor brasileño.
Nacido en Ribeirâo Preto, actualmente vive en Sâo Paulo.
Autor de los siguientes blogs:
http://negrosoutrasvozes.wordpress.com/
http://contosbombonsortidos.wordpress.com/
http://cervejaerua.wordpress.com/
http://pliniocamillo.wordpress.com/
Imagen: "MInha Lorinha" negrosoutrasvozes.wordpress.com
Foto: archivo del blog.
Traducción y adaptación: Ibarrechea

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