OPINIÓN
En vez de celebrar la media sanción del presupuesto, en el gobierno nacional estuvieron varias horas con el disparate de vetar ese mismo presupuesto confeccionado en las oficinas del palacio de Hacienda, porque sufrió modificaciones en la Cámara

Gerardo Zamora, gobernador de Santiago del Esterom y sus sospechosas vinculaciones con la AFA.
Por Roberto Azaretto
Finaliza el año y con él las buenas noticias que tuvo el gobierno desde su enorme victoria en los comicios legislativos celebrados en octubre pasado. Es que una victoria electoral no exime de la mala praxis o la ineptitud para gestionar o la inoperancia para consolidar una mayoría legislativa que vote las leyes necesarias para poner en marcha una agenda reformista.
El episodio del diputado correntino Almirón que leía como propio el despacho de opositor en el tratamiento del presupuesto nacional es otra muestra patética de la calidad del bloque oficialista en el que un diputado que presume de linaje liberal reclama un verticalismo como el que pretendía imponer los K.
Ni hablar de la tontería del ministro de Economía de querer trampear a legisladores con experiencia y oficio con la derogación de leyes vetadas y ratificadas por el Congreso como son las de discapacidad y financiamiento universitario. Estos funcionarios que son empleados del ejecutivo unipersonal parece que nunca leyeron la Constitución ni la historia del surgimiento del poder legislativo y que se basa en que el poder Ejecutivo no puede imponer el gasto ni el impuesto sin la aprobación de los representantes del pueblo. Por eso en vez de celebrar la media sanción del presupuesto, en el gobierno estuvieron varias horas con el disparate de vetar ese mismo presupuesto confeccionado en las oficinas del palacio de Hacienda, porque sufrió modificaciones en la Cámara.
Ahora hablan de reasignación de partidas. ¿Alguna vez se hablará y pondrá en marcha terminar con privilegios como el régimen fabril de Tierra del Fuego? Ahí está una de las claves para evitar el déficit fiscal.
El pacto con el bloque K que efectivizó el gobierno para nombrar varios auditores, sin conocimiento de los aliados es otra muestra de torpeza del presidente de la Cámara de Diputados que no ha heredado nada de la habilidad política de su tío el expresidente de la Nación. Los acuerdos son necesarios y a veces con adversarios frontales, pero no se puede ni debe manosear como lo hace este gobierno la relación con los más afines y que no integran el lote de la armada Brancaleone del bloque oficialista.
El pacto para completar las vacantes en la Auditoría General de la Nación abre suspicacias sobre otros que pueden negociarse para completar las vacantes en la Corte Suprema y la designación del procurador general. Son prevenciones justificadas si tenemos en cuenta que a principios de este año se propuso al juez más cuestionado de los tribunales federales con asiento en Comodoro Py y famoso por cajonear las causas de corrupción. Por otra parte, las nominaciones que propondrían los K de acuerdo a ciertos trascendidos son lamentables-
En este fin de año tenemos el estallido del escándalo de la AFA controlada por un grupo de marginales con contactos políticos diversos entre los que no falta el gobierno de Santiago del Estero, las mafias de la usurpación de tierras en esa provincia y las sospechas de por lo menos complicidad con el narcotráfico.
Las expectativas sociales están puestas ahora en la Justicia habida cuenta que las relaciones entre política, fútbol, servicios de inteligencia, justicia, no son transparentes.
El gobierno podría celebrar estos escándalos pues aparentemente no tiene figuras involucradas, pero al inicio de esta semana ha quedado en claro que el presidente ha mentido sobre sus relaciones con Hayden Mark Davis el máximo responsable de la estafa de las cripto monedas. El jueves 30 de enero se firmó el acuerdo en Casa de Gobierno que significó la designación de este personaje como asesor del gobierno nacional en temas de digitalización de documentos públicos, desarrollo de ecosistemas de innovación digital y otros menesteres. No fue la única reunión con el presidente ni su única mentira en este escándalo en que se estafó en más de cien millones de dólares a inversores y en el que aparecen transferencias sospechosas en cuanto se firmaron estos acuerdos.
Para concluir el año no puede faltar un recordatorio de que el gobierno no cumple con los fallos de la Corte Suprema, imitando a las actitudes de Néstor Kirchner, como sucede con los fondos de la coparticipación federal usurpados a la ciudad de Buenos Aires en el gobierno de los Fernández. No es una buena señal a la inversión que reclama seguridad jurídica el incumplimiento de los fallos judiciales y nada menos que de la Corte Suprema.
Los déficits institucionales y de transparencia siguen vigentes y eso no ayuda a la recuperación de la economía sin la cual es ilusoria la mejora de las condiciones sociales de la población.
LOS ANDES
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