JEFE, QUIERO SALIR AUNQUE NO VUELVA, YA NO AGUANTO MÁS

 HISTORIAS

1er. Ten. Pedro Bean, Piloto de la FAA, desaparecido en acción en su Dagger C-428 en el ataque al HMS Argonaut, cuyos restos descansan en el mar del Estrecho de San Carlos

Por el Brigadier (R) VGM Roberto Janett

Armados con una bomba MK 17 de 500 kg. 
Tripulación: 
1, Capitán Carlos A. Rohde (C-409); 
2, Teniente Pedro I. Bean (C428); 
3, Capitán Roberto E. Janett (C-436). 

Despegaron de Rio Grande a las 09:45. A las 10:32 atacaron a un grupo de tres buques (Broadsword, Argonaut, Plymouth) en el Estrecho de San Carlos. El Teniente Bean fue derribado por un misil Sea Wolf lanzado desde la Broadsword. Los pilotos restantes, tras lanzar sus bombas, regresaron a Rio Grande (BAN) a las 11:45. Como consecuencia del ataque, la fragata Broadsword resultó averiada con más de cuarenta impactos de cañón. A bordo, catorce hombres resultaron heridos; el helicóptero Sea Lynx de dotación, dañado; igual, el de la Brilliant, que se encontraba aterrizado en ese lugar, circunstancialmente. 

El numeral 3 de la escuadrilla "Perro" vio eyectarse al Teniente Bean, pero no pudo ser recuperado y fue la primera baja argentina en la Batalla de San Carlos.

Relato: Comenzamos el año 1982, conformando la Escuadrilla Huemul de la cual era el Jefe, y teníamos una oficina en el piso superior en donde hacíamos nuestras planificaciones de vuelos, y en cuya puerta puse el escudo, con los 4 indicativos, dibujados. el 1, el que suscribe Cap. Roberto Janett = Huemul, el 2 Ten Juan Domingo Bernhardt =Tauro, el 3, 1er Ten Héctor Hugo Luna = Jote, y el 4, Ten. Pedro Ignacio Bean = Caimán.

El 2 de abril, nos sorprende en la mañana, la noticia del desembarco, de lo cual, a pesar de ser una de las unidades de élite, no se había difundido la información. Y tanto fue así que los primeros datos de inteligencia, fue ver los objetivos chilenos, y comenzamos a interiorizarnos de las Islas juntar información, sin desplegar de inmediato, todos los días, íbamos al grupo, con el bolso para desplegar y volvíamos, hasta el 5 de abril, que desplegamos a Comodoro Rivadavia (los numerales se fueron en Hércules antes) sin saber a ciencia cierta, cuál era nuestra base de despliegue.

Incluso un camarada previo a la puesta en marcha, nos dice "ustedes van a Grande", que en nuestros habituales despliegues, a Rio Gallegos, la teníamos como una pista de emergencia, por no estar dentro de lo normado por manuales de pista de 2400 mts con Barrera, esta de menos de 2000 y sin barrera de contención (en Israel en el curso de pilotaje en 1978, en el Sinaí, volando a la par del desierto, tampoco había barrera)...el 6 de abril, viene la orden del despliegue inmediato a Grande, (por esta premura salimos con los primeros aviones en condiciones, y así logramos algunos de la segunda serie, mejores equipados, que sino, la viveza del otro escuadrón, nos los hubieran caminado).

Me tocó ir en Sección, con Ardiles, con el cual ,como llegábamos con combustible suficiente, nos dio la chance de practicar aproximaciones, y circuitos, hasta que nos acomodamos al terreno y al aterrizar , a la mitad de la pista teníamos los aviones dominados, lo cual nos dio mucha confianza, y luego en toda la operación, y con hielo (que era diligentemente atacado por personal de la Armada) no tuvimos ningún incidente en la pista, con incluso volada de paracaídas de frenado, de Volponi, que quedó dominado en la misma.

Comenzamos a adaptarnos, volando localmente en abril y con gran excitación, a hacer nuestros primeros cruces a Malvinas, comprobando performances (aunque por cierto, todo se simplificaba, pues había que ir a Rumbo 062º, y allá te tomaba el radar Malvinas, y al Regreso el de Grande, atendido diligentemente por las Avutardas radaristas, que nos aseguraron aterrizajes seguros, -no nos quedaba combustible para mucha alternativa que digamos-. Así lo hicimos con Bean, a una simulación de ataque a Punta Enriqueta. Y confieso, haciendo nuestros primeros vuelos largos sobre las gélidas aguas del Mar Argentino, sin trajes anti exposición —no había provisión en ese tiempo, luego nos llegaron,a fines de abril—, que no dejaba de inquietarnos, pues sabíamos de la escasas probabilidades de supervivencia, ante una eyección en el mar (durante el conflicto de 11 Daggers, derribados, 6 aparecieron con vida, en el mayor porcentaje, que otros sistemas de armas, por el largo del avión y tobera grande , que la explosión de los misiles IR, lo hacían a casi 12 metros del piloto y le daban tiempo para la eyección...cosa que no ocurría en A4, más corto y tobera más chica, el misil explotaba a la par y las esquirlas alcanzaban al piloto.

Incluso hubo algunos vuelos de Lear a las Islas, donde los que no las habían pisado fueron, (yo había ido unos años antes de tripulante especial de LADE, que nos llevaban como tal para reconocer el sur, y la zona aledaña a nuestros vecinos, así fue Bean, se trajo Turba y plantitas que puso en la ventana de la Casa ·3 (que era nuestro alojamiento, práctico y confortable, construcción prefabricada, con cubículos, con camas cuchetas, buena calefacción y mejor agua caliente).

Nota: El cubículo de las cuatro cuchetas, que compartían con Bean, era fatídico, pues también durmieron allí. Volponi, Bernhardt y Castillo (previa a la misión al Invincible de a 4 C) y en cambio al frente, que dormíamos, (cada uno en su cucheta) Cimatti, Mir González, Moreno y el que suscribe, salimos indemnes y fuimos Brigadieres los 4. Cosas del destino.

EL 1º de mayo, nos toca con Bean, turnándonos con Cimatti y Robles, hacer alerta en cabecera, de defensa del aeródromo. nos relevábamos las secciones, y siendo la última, lo vimos por última vez salir solo a Ardiles, hacía su rumbo de gloria, a las Islas, a atacar a una fragata que acosaba Darwin, y donde le salieron los Harriers, con un caza empeñado, al cual se fue el Pepe y detrás otro liberado lo derribo (contado por Vila que estaba en Darwin en ese momento, como el avión cayó en una isla cercana y anduvo un helicóptero inglés en el lugar, se generó una versión de la posibilidad, de que hubiese sido tomado prisionero, es más, al no tener la escucha de su regreso en la frecuencia del radar, pasado el tiempo de la autonomía, ya sufrimos el dolor de la pérdida.

Y que viniera Luna a buscarnos como miembro de la escuadrilla a solidarizarnos con nosotros, últimos testigos de su partida. Luego circuló una noticia errónea, (confundidos por la aparición de Perona, que el Pepe estaba vivo, que incluso brindamos en el comedor.

Nota: El comedor de la Base Aeronaval era común con un sector de 0ficiales y Suboficiales superiores, y que al ingresar esa noche el mismo se puso de pie y nos aplaudió, al haber tenido nuestro bautismo de fuego, emocionante, como lo fue toda la guerra, en los altibajos de las caídas y las apariciones, como la de mi jefe de sección el Jote Luna, que fuera derribado por un misil, de un Harrier, él siempre decía jocosamente como era su estilo (que nos ayudaba a aflojar tensiones).

"Qué todos tiran al blanco,  pero como él era Negro, no tenía temores".
Hasta que le tocó un inglés daltónico y lo derribó.

Esto lo relato en el aula magna de la Universidad Católica de Salta, a la cual fuimos veteranos invitados en el 85 a dar una charla, de máximo fervor patriótico.

Así fueron pasando los días, primeros para salir, nos cambiábamos temprano a la espera de misiones, cuando éramos reemplazados (no podíamos estar todo el día enfundados, por razones psicofísicas, salían los que nos reemplazaban, juntando frustración, y así, siguiendo primeros desplegamos con mínimos meteorológicos y nocturno, en forma individual, a Comodoro Rivadavia, por una alerta roja, de ataque a continente (que no fue la frustrada operación Mikado), esto fue el 7 de mayo con Bean y Rohde, y luego quedándonos varados por varios días (Solo con buzo de vuelo) por mala meteorología, tanto es así que allí cumplí mis 32 años el 10 de mayo y volvimos el 11 de mayo, donde me esperaban con torta , (hecha por la señora Olga, del Sub Gamboa Operaciones del Aeródromo Grande) Y que la escuadrilla, me regaló un rollo de polaroid, que con la cámara (también de Gamboa) nos sacamos fotos (Una fatídica de toda la escuadrilla, con la bandera de fondo y que a la postre volví a Tandil, solo, ya que Luna recuperándose de su eyección, venia esporádicamente.

Fui a la que había sido nuestra oficina, arranque él escudo y ¡Nunca más la volví a pisar, ni cuando fui Jefe de Grupo 6!).

Tras esta escaramuza, a continente, ya que éramos isleños, y donde por cierto no nos sentimos cómodos, pues la vivencia de la situación de guerra era mucho más relajada, a lo que nosotros vivamos, seguimos estando primeros para salir, ya las noches se hacían indormibles, por insomnio, y muy bien atendidos, por nuestro médico de grupo Aéreo Marinez Comás, nos comenzó a dar pastillas para poder conciliar el sueño, con el detalle, que nos lo daba , el personalmente, cada noche, detalle, al parecer mínimo, pero era "Alguien" que se preocupaba por nosotros, y lo dice el Capitán de entonces, hasta que una noche Bean, me confiesa:
"Jefe quiero salir, aunque no vuelva, pues ya no doy más..."

Así el 21 de mayo con Rohde, fuimos los primeros en salir y los primeros de atacar San Carlos desde continente, que como anécdota, los ingenieros habían desculado los cortes de laminillas metálicas para hacer Chaffs, criollos, que se colocaban en paquete envueltos en papel de diario en los frenos de vuelo (que quedaban parcialmente abiertos, al descomprimir presión hidráulica residual en circuitos al corte de motor, y que al poner en marcha , al restituirse la presión se cerraban y guardaban los "pseudos "Chaffs, criollos...).

Volábamos a la Gran Malvina, sobre capa (Dios sabía que no nos era simpática, el agua en esas latitudes y circunstancias y nos ponía un manto protector, entre ella y nosotros,). Ya por tiempo, y en total silencio de radio (lo cual era bueno, pués uno estaba en el confort de su hábitat natural, cockpit de un caza, en silencio con nuestra Madre a bordo bajo la advocación de la Virgen de Loreto, que asesor israelí que tuvimos al principio -instructor mío en el Sinaí- Erez (se decía judío boliviano, chileno para nosotros).
"¡No entiendo! ¡Virgen en avión hecho para matar..!

Y hasta en eso hacíamos abstracción pues nuestros objetivos, eran buques no gente.

En un agujerito entre nubes veo que abajo hay un islote, significando que ya teníamos que descender, me le arrimo a Rohde y le hago señas, y sin decir agua va, abre los frenos, cosa que también tuvimos que hacer todos para poderlo seguir formados, y adiós chaffs criollos....seguimos por la isla hasta su parte norte, en vuelo rasante por debajo de las estribaciones propias de la isla, al final viramos a la derecha y parecía que iba a aparecer el puerto de San Isidro con su veleritos, con sol a la vista, por cierto no fue así, era la armada británica en proceso de desembarco, a elegir, blanco, me tiran un misil, logro eludirlo, y escucho que Bean es alcanzado por otro y se eyecta.

Nunca supimos de él, estábamos con más de 500 nudos, en zona de eyección marginal y por la experiencia relatada de otras eyecciones y sus consecuencias, es probable el desmayo, y desmembramiento, y caída en el canal San Carlos, por lo que presumimos que se ahogó.

En lo alto me repicaban las palabras:

"Jefe quiero salir, aunque no vuelva, ya no doy más..."

¡Honor y gloria a la avutarda caída en cumplimiento del deber!

Fuente: http://historiasdeaviones.blogspot.com
W/65 - Promoción XXIII
Testimonio del otro lado de la trinchera:
Stephen Albert Meyer: Honor to your HEROES! I participated in combat missions, in the latest generation aircraft and against very inferior enemies. Your heroes did not have these advantages, they were pure courage. I take no part in your dispute. Greetings.









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