MACTAS

OPINIÓN

Un tal Mario

Por Redacción

Mario Fernando Mactas había nacido el 13 de agosto de 1944 en Carlos Casares, provincia de Buenos Aires, un tipo genial, como escritor, locutor y periodista.​

Sus compañeros de la señal TN lo recuerdan ​por su emblemática columna de opinión "El Toque Mactas". Por su estilo inconfundible, marcado por la ironía y la sensibilidad, que lo convirtió en una figura de referencia durante décadas, pero antes transitó primero por la carrera de Medicina y luego por Filosofía, antes de hallar en el periodismo su verdadera vocación. 

En Radio Continental, condujo programas en distintas franjas horarias y se posicionó como uno de los impulsores de una renovación en el formato de la AM en los años setenta, aportando inteligencia, ironía y una narrativa poco convencional.

En Todo Noticias pudo desplegar su mirada crítica y poética sobre la realidad, formato que también llevó al entorno digital a través de su blog, "El Toque Mactas". Colaborador habitual del diario La Nación, Clarín e Infobae, también supo trabajar fuera del país. Vivió en Colombia, Francia y España. 

El escritor y abogado Matías Bauso nos dice que Mario Mactas, era un periodista culto y autodidacta que no se parecía a ningún otro, que tuvo una trayectoria periodística de más de 60 años. Trabajó en diarios, revistas, radio y televisión. Estuvo entre los primeros que escribieron en la revista Gente, fue una firma clave de Satiricón, se exilió luego de un secuestro de 10 días y regresó en 1988 para convertirse en una voz inconfundible de las últimas cuatro décadas de la Argentina. Sus programas de radio y sus columnas televisivas serán recordadas por la voz templada, pausada y siempre sardónica. En "el Gato y el Zorro", sus diálogos con Rolando Hanglin, es uno de los segmentos más memorables de la radiofonía argentina.

Desde una revista colegial mimeografiada a sus participaciones en TN, Mario siempre fue el mismo. Pudo haber modificado algunas ideas, revisado viejas posiciones, pero siempre se mostró inquieto, dispuesto a ver y a escuchar alrededor, sin agotar la curiosidad, animándose a pensar (y opinar) por fuera de lo establecido, alejado de la corrección política. Una voz discreta y curiosa que sabía esquivar la solemnidad y utilizaba la ironía como su espada preferida. Era un periodista de los que escasean: una erudición amable (fruto de muchísimas lecturas), confianza en el público, buen uso del lenguaje y mordaz.

Se sabe que a Mactas le gustaba trabajar con mujeres. "Prefiero hacer todo con mujeres porque me encantan las mujeres. Creo que son más inteligentes, más nobles, más trabajadoras y más comprensivas", dijo alguna vez. Se casó cuatro veces y tuvo cuatro hijos.

En 2024, su hija Mariana Mactas estrenó en el Bafici un documental llamado "Un Tal Mario". Allí repasa la vida y la trayectoria profesional de su padre. Y también ahonda en la relación entre ellos Pero es ante todo una hermosa y profunda carta de amor de una hija hacia su padre.

Mario Mactas fue uno de los últimos exponentes de un periodismo que parece extinguirse. De hombres cultos, autodidactas educados en lecturas fragorosas, terminados de formar en redacciones llenas de humo, sin ganas de subestimar al público, con deseos de no parecerse a otros, de construir y hacer escuchar su propio estilo. 

Falleció ayer, a causa de una neumonía. Tenía 80 años. 

Gracias por todo, Maestro.

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