11 REGLAS PARA MANTENER A TU ESPOSO FELIZ

SOCIEDAD

Había un ejército de esposas perfectas, había


Por Walter R. Quinteros

María del Pilar Primo de Rivera y Sáenz de Heredia (Madrid, 4 de noviembre de 1907-Madrid, 17 de marzo de 1991) fue una política española de ideología falangista, que tuvo un papel destacado durante la dictadura franquista.


Era hermana de José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange Española, e hija del dictador Miguel Primo de Rivera. 


Es conocida por haber sido la fundadora y dirigente de la Sección Femenina de Falange durante la guerra civil española y, posteriormente, durante la dictadura de Francisco Franco.


Nunca llegó a contraer matrimonio. 


Pilar Primo de Rivera no se casó ni tuvo hijos, aunque paradójicamente preconizó que la familia y los niños constituían el único objetivo de la vida de las españolas. 


En febrero de 1943 llegó a decir: «Las mujeres nunca descubren nada. Les falta el talento creador reservado por Dios para inteligencias varoniles». 


No debía referirse a ella misma, autora de la organización de masas femeninas más poderosa del siglo XX español.


Pilar Primo entrenó a un ejército de esposas perfectas.


Para conseguir formar a millones de mujeres en este espíritu de servicio a sus maridos, la Sección Femenina de Pilar Primo de Rivera controlaba prácticamente todas las asociaciones de mujeres del país y la educación femenina.


Formaba a las maestras, editaba libros y organizaba el Servicio Social de la Mujer, una especie de militancia de voluntariado en hospitales o comedores infantiles necesaria para acceder al primer empleo, sacarse el carné de conducir o entrar en la universidad.


Quiso llevar una vida destinada a los hombres, y lo consiguió negándoselo a las que eran como ella. Con matices.


En las últimas entrevistas que concedió, se perciben perfectamente los malabares mentales que la jefa de la Sección Femenina tenía que hacer para compatibilizar su ideología sumamente conservadora con su vocación de lideresa perfectamente equipada para cambiar el mundo.


¿Habría aceptado Pilar la tutela sobre su vida que ella misma promulgó para sus contemporáneas? ¿Se habría casado para servir a España?


Esto decía Pilar Primo de Rivera en 1990, a los 83 años.

—¿Y ha sido usted feliz sirviendo a España?

—Muchísimo

—¿Entonces dónde ha estado el sacrificio?

—No le comprendo

—Le pregunto en qué ha consistido su sacrificio si realmente usted ha sido tan feliz. Porque donde hay sacrificio hay sufrimiento, no felicidad.

—Eso lo dirá usted. La vida de toda mujer es felicidad en el sacrificio. Si contrae matrimonio, vive dedicada al marido, a los hijos, al hogar. Yo me entregué al servicio de España.

Tome.





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