LOCALES / HUMOR
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Por Redacción
El intendente de Cruz del Eje es, fundamentalmente, un tipo matemático. Hace siempre los cálculos para demostrar por qué únicamente lo encontramos en su despacho un solo día al año.
Naturalmente las cuentas municipales son un disparate lleno de cálculos engañosos que se parecen muchísimo a los informes con cifras descabelladas como son esos dibujos que llaman balances, o esos planes financieros anuales, gastos proyectados y estimación de ingresos que saben presentar nuestros intendentes cuando les da la puta gana, porque es uno de los actos donde no hay fotitos demagógicas, tiritan como testigos falsos y necesitaron pactar con algunos concejales de la patrulla de la fiaca ciudadana para que levanten la mano, o justo ése día falten, o se abstengan, siempre según les convenga en el arreglito establecido. Mientras el pueblo se entera con el diario del lunes.
El cálculo que expone el intendente para justificarse es el siguiente
Él dice que: Un año tiene 365 días. Pero en nuestro destruído municipio, los empleados tienen derecho a 15 días de vacaciones al año, entonces quedan: 365 – 15 = 350 días laborales.
Como en la cuenca del sol la mitad de los días son noches, asegura, hay que dividir el día en 2; esto es: (350/2) = 175 días laborales.
A estos días debemos restar ahora los 15 días festivos que hay en Argentina, en los que los empleados municipales no trabajan. Nos quedan entonces: 175 – 15 = 160 días laborales.
Puesto que la jornada laboral es de 8 horas diarias y no de 12 horas al día, esto corresponde a las dos terceras partes, entonces obtenemos y, para desgracia del sindicato único de obreros y empleados municipales, que: 160 x (2/3) = 106,7 días trabajados.
Esta cifra la podemos aproximar por exceso a 107 días, teniendo en cuenta que algún día del año los tiene que hacer quedar unas horitas extras para terminar de armar una fiestita pedorra o algún festivalito, o un arreglito de intercambio cultural con el presidente brasileño Lula, que falou dizendo tudo o que ele quer agora é que nós sejamos felizes. Por lo tanto las cuentas a nuestro intendente ahora le dan tan solo: 107 días laborales.
Pero por más gestión y compromiso que le meta a la cosa, el año tiene 52 domingos que son días en los que no se trabaja, así que quedan: 107 – 52 = 55 días laborales.
El año también tiene 52 sábados. Al descontarlos quedan solo: 55 – 52 = 3 días laborales.
Como casi siempre ocurre, aparece alguna gripe o dolencia causada por estrés que afecta al personal y los obliga a pedir carpeta médica, por lo menos por 1 día de enfermedad, entonces quedan ahora: 3 – 1 = 2 días de trabajo.
Para él, siempre los empleados pueden hacer uso de un compensatorio por diversas razones como ser: fiscal de mesa en las votaciones, o porque tiene autorizado un día de permiso para atender asuntos personales como guampeos y esas cosas que suelen ocurrir. Por lo tanto, nuestro intendente descuenta 1 día más y quedan tan solo: 2 – 1 = 1 día para trabajar en el año. Así hacen los balances que algunos aplauden, sigamos:
Ese único día de trabajo en que lo encontramos sentado en su escritorio, fue justamente el día que junto a su esplendoroso "equipo de gestión", tuvo que solicitar un préstamo de 440 millones de pesos para pagar sueldos. ¿Raro no?

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