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OPINIÓN

Soy jubilada y cobro la mínima

Por Mónica Schulz

Para los que no me conocen, NO soy ni periodista ni escritora. Soy una simple observadora de lo que nos pasa a mucha como gente común y solo describo cómo percibo esta mezcolanza de Musetta y Mimí. Vuelvo a aclarar que NO tengo otra información que la que reflejan los noticieros.

Dicho esto, lo primero que me cruza por la cabeza es el sentimiento de profundo tristeza y decepción.

Este enorme país es un lugar difícil, lleno de contrastes brutales que no nos dan respiro. No hay semana en la que no nos sacuda algún acontecimiento espantoso y los escándalos se suceden uno a otro como las siete plagas de Egipto.

Mientras enorme cantidad de personas se sumaron en una heroica campaña de solidaridad por Bahía Blanca y tantísima gente todavía está sufriendo el desastre que se abatió sobre esa ciudad, ya aparece otro castigo de proporciones bíblicas que nos produce mucho desasosiego.

Las jubilaciones son un asco. Cierto.

Alguna vez no lo fueron? No

Justifican una marcha? Si.

Y aquí viene el gran punto y aparte.

Qué tiene que ver esto con lo que sucedió el miércoles 12 en los alrededores del Congreso?

Los muchachos del para-avalanchas, tan simpáticos y entusiastas, pensando en la abuelita y el nono, decidieron acompañarlos para reclamar pacíficamente por mejoras en sus haberes (???)

Y se pudrió todo.

Cada piedra, cada vidriera rota, cada contenedor incendiado han producido pérdidas multimillonarias que vuelven a salir del bolsillo de los contribuyentes. (jubilados inclusive)

Las hordas violentas que asolaron las inmediaciones del Congreso nos hace preguntarnos algunas cositas. Cada uno de los alegres y movedizos nietos solidarios, habrá participado GRATIS en esta tardecita de Buenos Aires, exponiéndose a las amables advertencias de la gendarmería, policía federal y policía de la ciudad???

Ciertas municipalidades congregaron a los bulliciosos entusiastas, subiéndolos a micros que por supuesto han puesto por simple vocación de servicio a disposición para acercarlos a su destino.

Cada uno de ellos por casualidad llevaba consigo alguna herramienta que usa habitualmente para trabajar! Masa, pico y cortafierros los obreros de construcción, cuchillos los cocineros, hondas los que añoran la infancia y alguna faca que se trajeron de recuerdo del tío que alguna vez estuvo en cana. Todo esto fue pura casualidad!

Y ya que estaban, se les ocurrió hacer “pica, pica bajada y cordón” y decidieron que las veredas necesitaban un pequeño retoque. Vestidos para la ocasión , lucieron las camisetas de sus equipos de futbol, (porque esas las llevan en el corazón)…No faltaron los que de puro distraídos llevaban alguna botella con combustible, por miedo a que el colectivo se quedara sin nafta. Matizando esta “manifestación” ( según la jueza de pura extracción zaffaroniana…) hubo algunos percances de vidrieras al paso, personas que se empecinaban en cruzarse con las piedras voladoras y uno que otro cántico alegre y bullicioso

Lo demás es historia.

Mientras tanto en el interior de noble Congreso, no podían ser menos, y nuestros representantes, a los que les pagamos el sueldo, se saludaban efusivamente entre ellos. De tanta algarabía, hubo que refrescarse con chapuzones de agua ya que el calor iba subiendo.

La prensa no sabía bien qué escenario era más glamoroso.

Entre afuera y adentro fue un día de furia salvaje.

Volvamos a la tragedia que nos ocupa.

Aplaudo la sinceridad de Grabois que abiertamente dijo que quería que se volteara este gobierno, aplaudo la sinceridad del papá del fotógrafo militante que reputeó a la ministra de seguridad Bullrich, aplaudo la sinceridad de la jueza Andrade que de un plumazo largó a todos los delincuentes que vandalizaron las calles, plazas y comercios de la zona. Aplaudo la honestidad de mostrar la hilacha sin disimulo. Faltaron los que desde las sombra organizaron el jolgorio.

ESOS no dieron la cara.

Tampoco dio la cara el presidente.

Los ecos de LIBRA no se apagaron y este hueco en su cruzada quasi-heróica ( soy el MÁS MEJOR DE TODOS LOS TIEMPOS!) va empalideciendo de a poco. Los gestos destemplados y los insultos parecen estar en retirada momentánea. Y lo que queda es la sensación de desamparo.

La calma chicha está tambaleando y los que nunca le pusimos demasiadas fichas, nos sentimos muy tristes.

Lo que no se entendió con las elecciones pasadas, es que queremos un país en paz, un lugar estable. Podemos ser un país pobre, pero no con el alma rota. Una Patria con gente honesta que se esfuerza para mejorar. El mínimo grupo de adoradores de sus kiosquitos respectivos, la delincuencia glorificada de funcionarios y la guita fácil, ya nos cansó. Remamos en dulce de leche desde hace generaciones! Y lo que hoy nos rodea es algo que YA NO QUEREMOS MÁS!

No todo se soluciona cerrando el grifo del Estado. Ningún padre de familia sanea su economía dejando de ponerle un plato de comida a los hijos. Ni deja de comprarle el paracetamol, ni lo saca de la escuela.

Dijo Sacristán en el monólogo del final en Solos en la Madrugada:

” estamos maravillosamente desamparados” Le quitaría el “maravillosamente”.

Me quedo con el desamparo.

(Argentinos a las cosas)