EL RECONOCIMIENTO PERDIDO

EDITORIAL

El significado de "jubilado" se relaciona con la alegría y la celebración

Por Walter R. Quinteros

Se sabe que jubilado deriva del latín "jubilare", que significa "gritar de alegría" o "manifestar alegría". Además, en el contexto judío, el año jubilar (yobel) se celebraba cada 50 años, anunciando un período de liberación y descanso, también asociado con la alegría.

A mi padre no lo engañaban con esas cosas de palabras bonitas que definían la razón de sus existencias, no le podíamos decir que había entrado en el "jubileo" de su vida, el tipo estaba con papel y lápiz haciendo cuentas y decía que de ahora en más, la mano venía jodida. El tipo que toda su vida llevó un pequeño diccionario en el bolsillo trasero del pantalón, lo cambió por otro que decía "Debe" y "Haber". 

Hoy, sigue habiendo sentencias de Cámaras Federales provinciales que coinciden en que la fórmula aplicada por el gobierno de Alberto Fernández, omitía la inflación y perjudicaba a los jubilados. La Cámara Federal de Tucumán, Córdoba, Mendoza, Salta, Mar del Plata, Rosario y Bahía Blanca, declararon inconstitucional la fórmula de movilidad jubilatoria kirchnerista. 

Vamos a recordar que dicha fórmula combinaba la variación de la recaudación tributaria de la ANSeS y la evolución de los salarios según la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables, o los datos aportados por el INDEC, pero excluía totalmente al Índice Promedio del Consumidor. Lo que originó que en proceso de alta inflación que hemos atravesado, ha llevado a una pérdida significativa para los jubilados. 

El Gobierno de Javier Milei lo supo reconocer, lo hizo dentro del paquete de medidas del DNU 274/2024, pero no reconoció  el dinerillo perdido en los años anteriores. Entre marzo de 2021 y junio de 2024, los haberes jubilatorios perdieron entre un 25% aquellos beneficiarios que cobran con bono, y más de 45% en los casos sin bonos, especialmente en jubilaciones superiores a la mínima. Estos porcentajes son los que los fallos judiciales comienzan a reconocer como base para los reclamos.

La ANSES, apela sistemáticamente cada fallos. El Estado prioriza el cumplimiento de pagos con el FMI. La Corte Suprema posterga resoluciones que favorezcan a todos los jubilados. Los miércoles, y cada vez más manipulados por sectores políticos, los jubilados organizados, salen a reclamar un haber que cubra la canasta básica.

Recuerdo a mi padre leyendo el prospecto de cada medicación, no lo hacía para saber más al respecto de sus dolencias, sino, para reemplazar el medicamento por uno más económico. Y consultaba al médico, al farmacéutico. Su "jubileo" consistía en una larga batalla para llegar a fin de mes. Para comprar tal cosa, tenía que privarse de esta otra cosa, y coso.

Muchos de nuestros jubilados, amigos lectores, necesitan ser escuchados y abrazados. De sus palabras, de sus conocimientos, de su experiencia. Hay una especie de reconocimiento perdido. Porque nuestros jubilados son sabios, son los que a su modo, desde su puesto, construyeron este país. Y funcionará mejor si nos conectamos con su pasado donde el teléfono era un lujo, y ni hablar de un televisor. Les estoy hablando de aquellos viejitos quejosos que caminan lento por tantos años de servicio y aportes, y que hoy, no pueden cubrir ni sus propios medicamentos y, que muchas veces, dependen de la caridad de sus hijos, nietos y amigos. 

Y también recuerdo a mi abuelo ferroviario, aquel que a escondidas de mi madre, me regalaba algunas monedas y caramelos y, que al final, al cuidado de mis padres que lo alojaban, me dejó de herencia una valija llena de sueños. 

¿Qué hacen los políticos? A ellos les conviene no hacer nada si no sacan provecho alguno. 

Que salga uno a demostrarme lo contrario. Archivo mata relato. Porque ellos tienen sus sueldos millonarios y, también tienen a los mercenarios lanzadores de piedras como mano de obra desocupada, por las dudas, y según convenga.

Las Cámaras Federales les dan la razón a nuestros jubilados. El Gobierno dice que no hay plata. 

Pibes, es muy vieja esa sana costumbre de sentarse a escuchar a los mayores, de aprender de ellos, de recibir sus consejos. Esa buena educación viene a través de los siglos de los siglos. Abrazar, escuchar y agradecer, es algo que debemos hacer como para acercarnos a algo que se parezca a la palabra "jubileo". Algo que se parezca al reconocimiento perdido por las políticas. 





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