TUFILLO

 EDITORIAL

Hay "gente" que quiere que la cosa pública siga funcionando



Por Walter R. Quinteros

El presidente y algunos legisladores comieron asado, pusieron $ 20 mil cada uno, ellos pueden comer asado. No es grave, no es malo, no le faltan el respeto a nadie. Pero son los legisladores que vetaron la ley que les daba un aumento de aproxima­damente 15.000 pesos a los jubilados, comieron asado con dinero de ellos. ¿Y entonces?

Pero resulta ser que la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) ha anunciado que en octubre de este año, un grupo de beneficiarias de la Asignación Universal por Hijo (AUH) recibirá una suma que superará los $500.000. (Muchos de ellos sin haber aportado absolutamente nada). ¿Y entonces?

Este monto estará compuesto por el haber mensual, que en octubre incorporará un aumento del 4,2%, basado en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), junto con otros beneficios adicionales. Así, las beneficiarias de la AUH no solo recibirán la prestación por cada hijo, sino que también accederán a la Tarjeta Alimentar, un programa de asistencia social diseñado para acercarse al costo de la canasta de alimentos. Este complemento tendrá tres categorías según la cantidad de hijos: Familias con un hijo: $52.250 - Familias con dos hijos: $81.936 - Familias con tres o más hijos: $108.062. Además, se sumará el Complemento Leche, un beneficio de $32.991 que recibirán las madres con hijos en edad de lactancia o embarazadas.

De esta manera, una familia que reciba AUH y todos los complementos adicionales podría llegar a más de $500.000 en octubre. Otro adicional de $78.000 será otorgado a las titulares de AUH que participen en el programa Volver al Trabajo o el Acompañamiento Social, según su situación.

En resumen, una familia con un hijo con discapacidad podría recibir $285.000 del haber básico, más el complemento de la Tarjeta Alimentar de $108.000, el Complemento Leche de $33.000 y los $78.000 del programa laboral, superando así la barrera de los $505.000 en octubre.

O sea, todos comeremos asado. El que se lo gana trabajando y el que lo recibe por subsidios. Y un dato, el precio de la carne vacuna tuvo una caída del 16% en términos reales entre diciembre de 2023 y julio de este año, en un contexto marcado por un descenso del 20% en el consumo del producto por parte de la población, que, como suele ocurrir en épocas de pérdida de poder adquisitivo, opta por reemplazarlos por el pollo o cerdo.

Sin embargo, esa tendencia bajista podría interrumpirse en diciembre de este 2024 por la combinación de una serie de factores que incidirían en presiones alcistas en el precio de los principales cortes en el mostrador de carnicerías y supermercados, según el análisis de la Fundación Mediterránea.

El precio promedio de 18 cortes de carne vacuna tomados como referencia por el Ipcva (Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina) fue en julio de $ 7.445 por kilo, un 16% menos en términos reales que los valores de diciembre de 2023, al asumir Javier Milei, nos señala el sitio BAE. 

Como dato negativo, la faena de animales ha disminuido en comparación con el año anterior, lo que indica que la producción de carne cerrará el 2024 por debajo de los niveles récord alcanzados en 2023. Nos dicen desde El Intransigente.

Entonces tenemos que, si nos juntamos a comer un asado con los muchachos y hablamos de cosas y cosos, no nos hace millonarios, muy por el contrario, pagamos menos de la mitad de lo que pagaron cada uno de los legisladores en el asado con el presidente. Al menos lo pagaron de la suya y no con la nuestra, como nos tenían acostumbrados los pillos. ¿Y entonces?

Quizás lo que moleste es el por qué. 

La juntada, por ponerle un nombre más apropiado, porque nadie agasajó a nadie sino que, al desarrollar este tipo de actividades, considero que se refuerzan ciertos lazos que pueden llegar a servir para los movimientos políticos que se vienen, se llevó a cabo en la Quinta de Olivos. 

Molesta que ahora el gobierno no está obligado a informar quiénes concurrieron, por un lado. Aunque se aducirá siempre que la regla­mentación de la Ley de Acceso a la Información Pública le permite mantener en reserva algunos datos. Por el otro lado, porque el presidente Javier Milei no considera que sea importante traspa­rentar lo que sucede en la Quinta.

El vocero Manuel Adorni señaló que cada participante tuvo que poner $20.000 y que el monto fue abonado con tarjeta de débito por un plato de entrada, plato principal y una copa de vino.

Insisto con esto, cuando nos juntamos los muchachos, por esa comida pagamos cada uno menos de la mitad. Pero hay algo que molesta... Un cierto tufillo en el aire que no nos gusta.

Los agoreros de siempre dicen que "se les niega $15.000 a los jubilados y ellos gastan $20.000 en un asado". Cuando hay que volver a explicar que eso no es así. Y de nuevo. Y otra vez. Y no lo hace la diputada Natalia Zaracho del MTE, lo hace Martín Losteau, un economista que casi nos lleva a una guerra civil y de repente aparece presidente de la UCR. Un coso total, coso.

Los agoreros de siempre dicen que el pueblo se muere de hambre, pero no entregan la nómina de los muertos de hambre, porque no hay. Vamos a los bailes, no falta nadie. Estadios de fútbol llenos, fíjese la foto de las tribunas, lo que abona un plateísta en River Plate. El celu que llevan los que cobran planes. Los que cruzan la frontera y desmantelan los negocios chilenos. Qué malo soy. Pero desmiéntame, tire datos que refuten esta nota.

Y lea los aumentos que anuncia la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), ¿Pero quién se prepara y especializa para las inversiones que se vienen? 

Pero en el aire se percibe un tufillo raro, ¿Por qué?

El conflicto que se viene ahora es entre el Go­bierno nacional y las universida­des públicas, porque parece que están muy lejos de encontrar solucio­nes y se viene la posibilidad de una nueva protesta, acompañados por las huestes del ahora "universitario" camionero que fundió al club Independiente, Pablo Moyano. El que muestra una foto junto al papa Francisco. 

Dicen que tanto rectores y federaciones que nuclean a docentes y no docentes amenazan hacerla para octubre, con el objetivo de presionar para que la Cámara de Diputa­dos exija volver a votar la Ley de Presupuesto Univer­sitario para esquivar el veto de Milei.

El tufillo raro —creo firmemente—, consiste en que hay "gente" que quiere que la cosa pública siga funcionando. Que el Estado no tenga déficit cero. Ni que el gobierno le gane a la inflación. El tufillo raro es porque quieren agotar cualquier reserva que el país tenga sólo para justificar el desastre institucional y económico al que nos llevaron los gobiernos anteriores. Solo para justificarse ellos que al fundirnos, tenían razón. Para decirnos que hacían las cosas bien, aún dejando el país con un 54% de pobres, y un bazar completo de ollas por destapar.

Entonces el tufillo, no es el humo que larga la carne en el asador, coso.

 


ORNELLA VANONI: "Senza fine"


(diceelwalter.blogspot.com)


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