TRADUCTOR

lunes, 16 de marzo de 2020

PILAR ARANDA: POEMAS

LA CIUDAD PERDIDA

¡Ojo, el poeta!
dijo una voz apoyada
en la linde de una ciudad perdida.

Y nadie creyó.

Siguió durmiendo la noche,
el llanto en llamas,
la palabra suspendida en su tela de araña,
la paciencia inmóvil, con las manos atadas.


Solo el silencio,
al punto de un alud, de un ciclón en órbita,
al vuelo de un avispero
al que se anuncia una flor salivada,
salió despedido a su encuentro,
y con mirada trasparente
al poeta le ofreció el camino.




AYUDA

Blanca la niña de sus ojos
mirando el azul del cielo.
Sorda mi voz cuando pregunto.

Pero al rayo le ayudan mis manos
y las suyas al trueno.



NOVIEMBRE


Entra de canto,
humilde como la cera,
no tiene lustre,
no siente agravio,
no tiene salario.
De valle en valle,
de pueblo en pueblo,
barre,
ventila.

Noviembre,
la luz no aguanta
la batuta de su mano diestra.
Hay noche pronunciada
en las marcas de su rostro,
brotes de lluvia en lo profundo
de sus ojos,
cambios de humor en cada víspera.
Noviembre acaba
abriendo las ramas de los árboles.
Echándose a un lado.
Dejando paso.



EL ESTANQUE


El tiempo no consigue
borrarse de aquel
estanque.
Ahora el hueco de la piedra
está vacío, pero entonces
rebosaba de agua.
Ensordecía la lluvia al caer
a golpes.
Las gotas, de cien en cien,
como en una cantera de locos.



DONDE HABÍA DOLOR HURACANADO
Donde había dolor huracanado
ha encallado el tiempo. Ahora
la pena es un lago en paz.
De día,
en el agua de triste azul
descansan pesadas montañas.



DESPEDIDA

Aquella hora última quedó
como un sudario en mi boca,
la imagen (disfrazada) de sus labios,
los míos tan dolidos
de tan amargos besos.




Pilar Aranda

Poeta española. Nacida el 3 de marzo de 1947 su afición por la poesía le viene desde muy temprana edad. Ha publicado diferentes libros de poesía y en la actualidad es coordinadora de la Revista de Creación Literaria "Oleaje", elaborada por la Tertulia Literaria “Buero Vallejo”. 

"El poeta necesario

Todos los que sentimos necesidad de poesía, todos, somos igualmente necesarios. Lo es el maestro y también el que aprende el oficio, y lo es, que duda cabe, el que busca en los versos, aún sin ser propios, desenredar sus soledades y sus sombras.

Poetas de corazón abierto, cercanos, al alcance de todos, heridos de asombro, poetas para el entendimiento, la armonía, que no falten poetas a los que recurrir cuando parezca que todo está perdido..."

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

El comentario estará sujeto a la aprobación del equipo y su administrador. Gracias.