NO ME QUEJO, NO LLAMO, NO SOLLOZO…
No me quejo, no llamo, no sollozo,
Todo se va, humo blanco de manzanos.
Me rodean los oros del otoño:
Fui joven, ya no lo seré otra vez.
El frío de la escarcha te ha rozado,
Corazón, hoy no lates como ayer.
Y no me invita ya a vagar descalzo
La tierra parda de los abedules.
Más rara cada vez, más rara enciendes,
Alma errante, la llama de mis labios.
Frescura mía de una vez, vehemente
Pasión, ojos brillantes, ya extinguidos.
¿Es que me he vuelto avaro en el deseo,
Vida mía? ¿Es que sólo te he soñado?
Como quien, de mañana, en un ensueño
Primaveral, galopa un potro rosa.
Todos somos caducos en el mundo,
Calmo fluye del arce su follaje cobrizo.
Aquel que vino, pues, a florecer
Y a morir, sea por siempre bendecido.
[1921]
*
LA ARBOLEDA DORADA DE ABEDULES
La arboleda dorada de abedules
Ha acallado el fervor de su lenguaje
Y las grullas en vuelo gemebundo
A nadie tienen ya para apiadarse.
¿De quién se apiadarían? Todos somos
Vagabundos, que vamos y venimos.
La luna y el juncal en la laguna
Azul se acuerdan de los que han partido.
Voy solo en medio de la gran llanura,
A las grullas las lleva el viento lejos.
Pienso en la alegre juventud pasada:
De nada de lo ido me lamento.
No lamento los días que he perdido,
Ni el color de las lilas en mi alma.
No da consuelo a nadie en el jardín
Cuando brota el serbal sus rojas llamas.
No consume el serbal sus gajos rojos,
No muere el pasto que hoy amarillea.
Deja el árbol caer calmo el follaje:
Así caen los versos de mi pena.
Y si el viento del tiempo un día rastrilla
En un montón inútil de hojas todo…
Dirás así: quiso callar su amada
Conversación el viejo bosque de oro.
[1924]
*
NOCHE DE LUNA, MI AZULADA NOCHE…
Noche de luna, mi azulada noche,
Hubo un tiempo en que fui bello y fui joven.
Tan sin retorno todo, tan fugaz,
Todo se fue, tan lejos, ya es pasado…
Ojo apagado, corazón helado,
¡Azul felicidad! ¡Noche lunar!
[Octubre, 1925]
*
CARTA A LA MADRE
¿Aún vives, viejecita mía? Yo
Vivo también. ¡Salud, tengas salud!
Que se difunda sobre tu cabaña
Por la tarde, inefable, aquella luz.
Me escriben que tú, en ansias,
Por mí te afliges mucho, y que al camino
Te asomas a menudo
Con tu raído, tu vetusto abrigo.
Entre la sombra azul crepuscular
Vislumbras una y otra vez la misma
Visión: en una gresca de taberna
Han clavado en mi pecho una cuchilla.
No es nada, madrecita. Despreocúpate:
Es sólo una penosa pesadilla.
No soy un beodo tan perdido: ¡Cómo
Moriré sin hacerte una visita!
Yo soy tan cariñoso como siempre
Y añoro sólo el sueño de que un día,
Ya curado de indómitas angustias,
Pueda volver a nuestra cabañita.
Volveré cuando esparza su ramaje
En primavera nuestro jardín blanco.
Sólo no me despiertes en el alba
Como solías entonces, hace ocho años.
No turbes lo que no pudo cumplirse
Y no recuerdes la ilusión perdida―
Que muy pronto en mi vida me tocó
Saber de privaciones y fatigas.
Y no me enseñes a rezar. ¿A qué?
Ya lo antiguo jamás regresará.
Tú, mi solo consuelo, tú, mi amparo,
Tú, mi sola, indecible claridad.
Así que ya por mí no te preocupes
Ni tengas más congojas por tu hijo.
Y al camino no salgas tantas veces
Con tu raído, tu vetusto abrigo.
[1925]
*
ADIÓS, AMIGO MÍO, ADIÓS…
Adiós, amigo mío, adiós.
Querido mío, estás, aquí, en mi pecho.
La fatal despedida
Promete, en el futuro, nuestro encuentro.
Adiós, amigo mío, adiós: sin un abrazo,
Sin palabras, sin ceño de dolor, sin tristeza―
Que no es nuevo morirse en esta vida,
Ni vivir, desde luego, es cosa nueva.
[28 de diciembre, 1925]
Serguiei Esenin
IN MEMORIAM SERGUIEI ESENIN
(Konstantinovo, 21-IX-1895 ― San Petersburgo, 28-XII-1925)
Hace un par de años, en un período particularmente sombrío, traducir su poesía última, a pesar de ―o tal vez por― su misma oscuridad, tuvo para mí un efecto benéfico, casi diría, sin énfasis, salvador. Aquí, en su memoria, y en agradecimiento, cinco de esas traducciones (incluyo al pie el enlace a la primera que hice, que figura al final, y quien quiera leer estos y otros poemas del poeta ruso, en edición más amable, y asomarse a los textos originales, puede buscarlos en el mismo blog, "El trabajo de las horas", siguiendo la etiqueta con el nombre del autor).
Versiones de Pablo Anadon. Córdoba, 2015 http://eltrabajodelashoras.blogspot.com.ar/…/serguei-esenin…
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