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viernes, 1 de diciembre de 2017

IBARRECHEA: POEMAS

COLORES

Nos repartiremos los colores / con los que pintamos nuestros sueños / antes de mi partida. /Por ejemplo el blanco. / Deja pintado de blanco las paredes, / la puerta y sus hendijas. / Así como tienes las fundas y las sábanas./ El azul / como el cielo que nos acompañó siempre, / deja que merodee entre las cortinas, / y por las ventanas de la que fue / nuestra habitación. / En cuanto al verde / los dos sabemos / que es tu color favorito / como el brillo de tus ojos. / Tu sabes, / que esas cosas simples / siempre me emocionan. / El rojo / deja a tus labios pintados en rojo / pero regálame cuando me veas, / un repentino pedazo de tu risa. / Y hasta el amarillo / que está escondido / entre los girasoles / de los manteles / y en la vajilla de nuestras alegrías./ Como puedes ver,/ en esta despedida / a vos te dejo el arco iris. / Yo solo quiero llevarme / los tonos grises y las sombras / de mis electros, del ecocardiograma y de las radiografías. / Los llevaré como pasaporte / para el resto de mis días. / Entrarán con mi corazoncito. /Todos juntos, apretaditos./ Allá, en el desencanto del fondo / de mi valija.




5229

Dibuja su serpenteante figura, el rayo, que del impetuoso cúmulo cae.
Voy en busca de calor y abrigo, necesitado encuentro con mis seres queridos.
Es de noche y acelero el paso. Las gotas de lluvia se hacen torrente y es suave caricia que refresca, tierra y cemento. De pronto se convierte en un frío, espantoso y violento.
Llego y la observo, erguida y gris, casona antigua de aberturas color verde,
iluminada a veces, por la luz que la tormenta enciende.
Me apoyo en su alféizar, exhausto y agitado. Reclamo entre sus formas cierto amparo.
Y entonces golpeo, vehementemente, la gruesa aldaba, muchas, muchas veces.
Penetra el sonido del bronce por la triste puerta.
Se expande en sus goznes, recorre escaleras y trepa por las paredes.
Resisten los balaustres del balcón, como guerreros valientes, los alocados embates del ventarrón, en su alborotadora furia, estoicamente.
El agua cae y sobre ella se ensaña, filtrándose por las pequeñas hendiduras de la azotea herida, que aún conserva en su cimero, orgullosa, el cornisamiento de lindo estilo Toscana.
Sé que allá arriba, el belvedere domina. Desde el cornijal y el adarve, hasta abajo, en la vieja vereda de baldosas acanaladas, donde hay una vieja columna, hecha del árbol Acacia. Tiene este por capitel sus ramas. Y su tronco de base astragalada.
Pero nadie desde adentro contesta. Nadie atiende mi llamada.
Busco nuevamente la vieja aldaba de bronce. Golpeo muchas veces y cada vez más fuerte.
Bajo la placa blanca, número cincuenta y dos, veintinueve.

El gastado picaporte no se mueve... El cielo se ilumina, mostrándome la figura de las embravecidas nubes nimbus. Al final, ya rendido, apoyo mi espalda en la puerta, las charnelas se mantienen quietas. Me dejo caer, hasta quedar sentado sobre el mármol del umbral, agotado. Pero a tiempo para ver asombrado, el oscuro fondo del cielo encapotado.
Atraviesa el aire otro rayo, en busca de algún punto de impacto. Y estalla el rugido del trueno anunciando que aquí ya no están, que mis hijos se han marchado.




DISTANCIA


Te regalo mi mejor sonrisa
te platico, como un poeta, quisiera
para decirte, te quiero
(te lo digo)
y varias veces, como me oyeras
y vos que solamente sonríes,
para hacerme feliz.

Te regalo ésta y mil flore
te canto la canción que quieras,
para alegrar todas tus estrellas
(caídas del cielo)
y al arco iris de tu cabello
y vos que solamente sonríes,
para hacerme feliz.


Me basta tu sonrisa,
me alcanza tu voz la brisa,
de repente me quieres
(según me dices)
y es la distancia la que nos une
y vos que solamente sonríes
para hacerme feliz.


Me aceptas pero te escondes,
me hablas pero no me oyes
de repente me acaricias
(sin un roce)
y la vida que va y que vuelve
y vos que solamente sonríes
para hacerme feliz, para hacerme feliz...


Ibarrechea



"No se qué es la poesía, es más, tengo una clara certeza que nadie lo sabe, ni siquiera ellos, los poetas"

"Escribo mis cuentos tal cual los hablo, por eso les llamo de relatos y, a los que tienen la bondad misericordiosa de escucharme o posteriormente leerme, les llamo de amigos"

"Conmigo, las estructuras que crean para la escritura no va, y no porque sea un burro. Yo aprendi el uso de los diptongos antes de ir a la escuela porque mi madre, ay mi madre... Ella me enseñaba y me enseñaba mientras cosía para afuera. Así que señores no me importa la métrica que algunos usan para decir tal o cual cosa que, al final, llevaremos guardados como cosas bonitas o ruines en nuestra memoria hasta estos últimos días"
(del reportaje de Ediberto Soares a Ibarrechea em Plenitude FM)

José Antonio Ibarrechea
Deán Funes, Córdoba, Argentina. Noviembre de 1955
diceelwalter@gmail.com




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