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viernes, 25 de agosto de 2017

MARINA TSVETÁYEVA: POEMAS

El poeta 

" El poeta trae de lejos la palabra. 
Al poeta lo lleva lejos la palabra.

Entre sí y no, por baches indirectos 
de parábolas, signos, planetas, 

hasta lanzándose desde el campanario 
agarra un garfio, pues el camino del cometa 
es el camino del poeta. 

Casuales eslabones 
ése es su enlace. 

Mirar las estrellas de nada sirve! 
En el calendario 
no se pronostican los eclipses del poeta. 

Él es el que desordena los naipes, 
falsea el peso y las cuentas, 
el preguntón en el pupitre, 
el que a Kant para el arrastre deja.

El que en el pétreo foso de la bastilla 
es como un árbol que crece en su belleza... 
aquél de huellas siempre desaparecidas, 
él que es el tren al que cualquiera 
llega tarde, 
su camino es el de los cometas. 

El camino del poeta arde pero no calienta, 
arranca pero no cría, estalla y se quiebra. 
Tu camino es el de enredadas cabelleras, 
no pronosticado en el calendario del poeta. "


Insinuarse 

"Quizás la mejor victoria sea 
sobre el tiempo y la atracción, 
pasar sin dejar huellas, 
pasar sin dejas sombra 

en las paredes... 

Quizás renunciando vencer? 
Quién del espejo se borra? 
Así como Lermontov en el Cáucaso 
colarse sin inquietud en las rocas. 

Es quizás la mejor diversión 
con los dedos de Sebastián Bach 
del órgano provocar el son? Despedazarse sin dejar 

cenizas para la urna... 

Quizás por engaño vencer? 
De toda latitud darse de alta? 
Así en el tiempo tal océano 
colarse sin inquietar las aguas... "


Yo te reconquisto 

"Yo te reconquisto de toda tierra y celestial altura, 
porque me es cuna el bosque, y el bosque sepultura, 
porque en la tierra estoy, con un pie sólo, uno, 
porque voy a cantarte como no canto a ninguno. 

Yo te reconquisto de todo tiempo y de toda espada, 
de toda noche y de toda bandera dorada, 
arrojaré las llaves y los mastines del umbral, 
pues perro fiel soy yo en la noche terrenal. 

Te reconquisto de todos los demás, de la otra, de la una 
no seré yo esposa de ninguno, ni serás tu esposo de ninguna, 
y en la última lucha te sacaré, no reproches, calla!, 
del que en la noche estuvo con Jacob en la batalla. 

Pero hasta que en tu pecho los dedos cruzar pueda 
- oh maldito seas tú!- en ti mismo te quedas, 
tus dos alas dirigidas al espacio profundo, 
pues el mundo es tu cuna y tu sepulcro el mundo. "



Marina Ivánovna Tsvietáieva
(en cirílico Марина Ивaновна Цветaева) fue una destacada poetisa rusa (26 de septiembre de 1892 - 31 de agosto de 1941).
Nació el 26 de septiembre de 1892, hija del fundador del Museo Pushkin de Moscú Iván Tsvetáiev. Tuvo que exiliarse en Praga (1922) y luego en Francia(1925) después de la revolución rusa con su marido, un oficial en activo. Vivió 14 años en Francia, desdichada y deprimida. Tenía dos hijas, Irina y Ariadna, y un hijo, Gueorgui. 
En 1939, volvió a la Unión Soviética con su hijo Gueorgui (Mur) para reunirse con su marido Serguéi Efrón, quien había regresado a Rusia con su hija Ariadna en 1937. Pero en el mismo año su marido Serguéi Efrón y Ariadna fueron arrestados, y Serguéi Efrón fue fusilado en 1941. Ariadna, tras permanecer ocho años en el Gulag, fue arrestada de nuevo en 1949 y enviada al destierro en el raión de Turujansk. 
Fue rehabilitada en 1955. Marina Tsvetáyeva, padeciendo la reprobación oficial, no pudo encontrar vivienda ni trabajo. Era tan pobre que su hija Irina hubo de ir al orfanato donde, dadas las malas condiciones, murió de hambre. Cuando comenzó la Gran Guerra Patria, Marina fue evacuada a Yelábuga, Tartaristán, donde se suicidó en 1941.


Respuesta a un cuestionario
Marina Ivánovna Tsvietáieva
Nacida el 26 de septiembre de 1892 en Moscú

Mi padre era hijo de un sacerdote de la provincia de Vladímir, especialista en literatura europea; doctor honoris causa de la Universidad de Bolonia; profesor de historia del arte, primero en la Universidad de Kiev y después en la de Moscú; director del Museo Rumiántsev; fundador, inspirador y coleccionista particular del primer museo de las bellas artes de Rusia. Héroe del trabajo. Murió en Moscú en 1913, poco después de la inauguración del Museo. Legó su patrimonio (escaso, porque era generoso) a la escuela de Talitsi (su aldea natal, en la provincia de Vladímir). Su biblioteca, enorme, reunida gracias a su trabajo y con grandes dificultades, la legó toda, sin exceptuar un solo libro, al Museo Rumiántsev.


Mi madre era una polaca de sangre azul, discípula de Rubinstein, dotada de un raro talento musical. Murió prematuramente. La poesía me viene de ella. También donó la biblioteca (la suya y la del abuelo) al Museo. De este modo, de nosotros los Tsvietáiev, Moscú ha recibido tres bibliotecas. Yo también donaría la mía, si no hubiese tenido que venderla durante los años de la Revolución.

Mi primera infancia – transcurrió en Moscú y en Tarusa (nido de una secta cristiana de flagelantes en el Oká); de los diez a los trece años (muerte de mi madre) – viví en el extranjero; hasta los diecisiete, nuevamente – Moscú. Nunca en una aldea rusa.

Influencias principales – por el lado materno: la música, la naturaleza, la poesía, Alemania. La pasión por el judaísmo. Uno contra todos. Heroica.

Algo más oculta pero no menos fuerte fue la influencia de mi padre: la pasión por el trabajo, la ausencia de arribismo, la sencillez, la renuncia. La influencia conjunta de mi padre y de mi madre – mi carácter espartano. Dos leitmotivs en una sola casa: la música y el Museo. El aire en casa no era burgués ni intelectual, era – caballeresco. La vida se entendía de manera sublime.

Sucesión de acontecimientos espirituales: durante toda mi primera infancia – la música; a los diez años – la Revolución y el mar (Nervi, cerca de Génova, nido de emigrantes); a los once años – el catolicismo; a los doce – la primera sensación de patria (“El varego”, Port Arthur); a partir de los doce años y hasta la fecha – pasión por lo napoleónico, interrumpida en 1905 por Spiridónova y Schmidt; a los trece, catorce y quince años – el populismo; a los dieciséis – ruptura con la ideología, amor por Sarah Bernhardt (El aguilucho), estallido de bonapartismo; de los dieciséis a los dieciocho años – Napoleón (Victor Hugo, Béranger, Fréderic Masson, Thiers, memorias, el Culto). Poetas franceses y alemanes.

Mi primer encuentro con la Revolución fue en 1902-1903 (los emigrantes), el segundo fue en 1905-1906 (en Yalta, con los socialistas revolucionarios). Nunca hubo un tercero.

Sucesión de libros favoritos (cada uno representa una época): Ondina (primera infancia), Lichtenstein de Hauff (adolescencia), L’aiglon de Rostand (primera juventud). Más tarde y hasta hoy: Heine – Goethe – Hölderlin. Prosistas rusos (hablo desde mi punto de vista actual) – Leskov y Aksákov. De los contemporáneos – Pasternak. Poetas rusos – Derzhavin y Nekrásov. De los contemporáneos – Pasternak.

Mis poemas preferidos en la infancia – “Al mar” de Pushkin y “El manantial ardiente” de Lérmontov. Doblemente – “El rey de los bosques” y Erlkönig. Amo con pasión “Los gitanos” de Pushkin desde los siete años y hasta la fecha. Nunca me gustó Eugenio Onieguin.

Mis libros más amados en el mundo, con los que me incinerarán – Los Nibelungos, La Ilíada, El cantar de las huestes de Ígor.

Mis países predilectos – la antigua Grecia y Alemania.

Instrucción. A los seis años – la escuela de música de Zograf-Plaksinaia; a los nueve años – el iv liceo femenino; a los diez – nada; a los once – el colegio católico en Friburgo (Schwarzwald); a los trece – el liceo de Yalta; a los catorce – el colegio moscovita de Alfiórova; a los dieciséis – el liceo de Briujanenko. Terminé el séptimo año; del octavo – me retiré.

A los dieciséis años asistí, en la Sorbona, a un curso de verano sobre la literatura francesa antigua.

Al pie de mi primera composición en francés firmé (tenía once años): Trop d’imagination, trop peu de logique.

Escribo versos desde los seis años. Publico desde los dieciséis. También los he escrito en francés y en alemán.

Mi primer libro – Álbum vespertino. Lo publiqué yo misma cuando aún estaba en el liceo. Primera crítica – un gran artículo de felicitación de Max Voloshin. No sé de influencias literarias, sé de influencias humanas.

Autores favoritos (de entre los contemporáneos) – Rilke, Romain Rolland, Pasternak.

Jamás pertenecí ni pertenezco a ningún movimiento literario o político.

Marina Tsvietáieva, 1926.

(Traducción de Selma Ancira)
Fuente: files.bibliotecadepoesiacontemporanea.webnode.es - wikipedia.org - jornada.unam.mx -
Foto:blogaloido.wordpress.com

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