TRADUCTOR

sábado, 1 de abril de 2017

ANDRÉ CRUCHAGA: POEMAS

I
Vienes y te vas.
Te vas. Temprano o tarde
Te vas: sangre dilatada.
Fugitiva piel, sal o labios,
Te vas. Secreta luna interior.
Ahora música en la noche.
Viento inclemente la tristeza.
La garganta vela húmedas noches.
Te vas. Te fuiste: Espejo en mis pasos.
Ahora luz vencida, desvanecida
Y breve en la tempestad del tiempo.


II
Los días irrumpen fieros
Sin el canto ligero de las aves.
Vieras qué agónico es caminar,
Transitar, ver, oír y existir
Sin el zumo del anhelo y la Esperanza.
Hay sombras en este hálito de frío.
Dolientes sombras sin asirse al tacto.
Aquí está tu presencia en mis sueños cansados:
Lejana flauta y espesa
Como el pájaro perdido −yo−
En la densidad afiladísima del bosque.


III
Aquí falta el horizonte y la caricia.
El día con sus campanas.
Hay sollozo en los labios del verano
Como el pájaro, huérfano, de guarida.
Hay silencio. Un largo silencio:
Mar inquietado. Sofocante y caído.
Así caen los días en las urnas del calendario,
Los labios y el interior húmedo
De ese sueño corpóreo de la carne.
Implacable es la vida. Vasto.
Odre del mar que me ahoga y me inunda.
Por mi cuerpo −por todo mi cuerpo−
Noche rutilante. Sombras imperiosas.


IV
...los ojos llueven,...
Góngora.

Delgada aguja el labio sobre labio
En el follaje de los poros.
Ha volado el aliento con sus dudas
Y me convoca la lengua
Coagulada de un cráter,
Del humano pedazo de materia que soy.
El iris es una playa
Donde escapan las gaviotas
Y se agita el vacío de una sal líquida,
Casi voz abismal, estrujada
En la arena sacudida de las alas.
Un río humedece los párpados.
Un río que arrastra pájaros moribundos.


V
Espacio, noche gandre, más espacio.
Jorge Guillén.

Que nada tengo. Me abrazo.
Yedra en la pared del respiro.
Que nada me espera: cárcava del apego.
Espacio en desorden los pensamientos
Que se agolpan, difusos.
Sin verdes ni raíces. No se inventan.
Ciego crepúsculo la distancia. Navaja
Que gozosa hiende la materia
De los sueños. Noche del alma eterna que actúa
En el follaje de su propio volumen.


VI
Y hendida en este presente sangrante
El alma sin faz perdurable. No sé.
Frágiles follajes en tránsito
En el tejado de los sueños extraviados.
Inmenso es el viento que lleva las aves.
Inmenso. Yo espero. Nubarrones los pensamientos
−mis pensamientos, tal vez, con verdor de olvido−
Por un atajo de campánulas espero:
Sombras del grito doliente, evidencia,
Del sueño que se escapa de la mano.


VII
Desnuda difundes la luz.
Absoluta luz desnuda:
Onda del mar imperioso.
Eres. Serás. Pájaro picoteando
Radiantemente el iris de los ojos.
Nada es la amarilla resonancia
Del sol en los cambiantes pastos del campo,
A beber el deseo en tus pezones
Y en la hondura candorosa del ombligo.
Eres. Serás. Astro es mis horas:
Mineral indisoluble en mi abandono.
Mineral en mis atroces límites.
Desespero ante el azar del tiempo.
Afán de aquí. Afán de invulnerable silencio
Donde se cierne el imperioso futuro.


VIII
Borroso el tiempo que se revela
En los ojos. Escombro de pájaros
Demolidos, éste que nos habita
Entre la memoria telúrica
Y la vivencia irrestañable de las criptas.
Es una sensación extraña
Que los días cambien sinuosamente
Como los equívocos reflejos de la historia.
Y que en dicha penumbra
Reavivemos el eterno claroscuro de nuestros recuerdos.


IX
De repente me embriaga
El viento de la noche
Y el jardín infinito de las sombras
De medianoche en pleno albedrío.
El ansia se encarna en la llama del candil.
Aquí está el misterio sin fantasmas
Gozosamente en los círculos de la arcilla.
Pero también, la animación de las ventanas
−con sus vitrales transparentes−
el río humoso de la memoria:
la vida con sus instinto de arcanos inefables.


X
Aquí me quedé en este pedazo
De tierra para luego nacer.
Para luego morir, para saber
Que la vida es luz diseminada
En el telón de los días que pasan.
Los he visto en las celosías del instinto.
El suspiro. El gemido. El suplicio.
A veces sus brebajes ciegan
El iris y amenguan el vuelo.
A veces no hay certeza de Nada
−y con el pecho sobresaltado−
hay que caminar, y andar a tientas.
Sólo así la Esperanza carece de cronómetro
Y el invierno o el verano
Puedan dibujar sueños
En las ramas del trajín cotidiano.

De: Ecos de la llama




Elogio a tu cuerpo

Tu cuerpo habla en mi boca. Me embriaga.

Tu cuerpo asume la luz de la llama.

Tu cuerpo en mis ojos
Como una ventana sosteniendo pájaros.

Tu cuerpo como una montaña sellada.

Tu cuerpo junto a mis manos urgentes.

Tu cuerpo abierto en el lecho:

Luz vasta de la carne. Luz al borde

Del agua. Cascada de fuego. Cielo con peces.

Sonido térmico, irreversible, de combustión
sobre la hojarasca azul de la tierra.

Tu cuerpo en su total destello.

Tu cuerpo como las aguas de una quebrada.

Tu cuerpo como el gozo verde de los sueños.

Tu cuerpo secreto hasta mis venas.

Tu cuerpo frente al grito del mar.

Tu cuerpo poblado de intensa claridad.

Tu cuerpo leve, hijo del destello, en la luz.
Tu cuerpo de rutilante turgencia

Sosteniéndose en el arco de mis manos. 


André Cruchaga 
(1957- ). Poeta salvadoreño.
André Cruchaga nace el 2 de mayo de 1957, en Nueva Concepción, Chalatenango, El Salvador. Estudia en Ciudad Normal “Alberto Masferrer y, posteriormente en la Facultad de Ciencias Y humanidades de la Universidad Modular Abierta. Durante el transcurso de sus estudios trabaja como profesor en diferentes escuelas rurales y urbanas del país.
En 1993 habiendo obtenido el grado de licenciado en Ciencias de la Educación, trabaja en el área de formación docente en la Universidad Modular Abierta; y en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas[UCA], durante tres años, en el Departamento de Educación, liderado en esos días por la educadora peruana Elizabeth Evans. Viaja a Estados Unidos con una Beca de AID a especializarse en Metodologías de la Enseñanza[Universidad de Marylhurst, Oregon].
Es miembro activo de El Ateneo de El Salvador. Le han sido conferidos varios premios en Juegos Florales del país y reconocimientos por su labor pedagógica. En la actualidad se desempeña como director de Escuela Básica.
David Escobar Galindo al referirse a la poesía de Cruchaga dice: “su poesía es una permanente ráfaga de imágenes. Parece no dormir nunca este poeta que, entre la transparente oscuridad del entorno rural, comparte sus insomnios y su revelación con las altas voces de los poetas de todos los tiempos. Cruchaga es poeta de admirable fluidez. Y ese destino lo mantiene en vigilia memoriosa”.
Durante el año 2001, fue postulado al premio: “Valor Departamental Roberto Armijo” de Chalatenango, creado por la Comisión Nacional para el Nuevo Milenio de CONCULTURA.
Obras del poeta aparecen en la serie: “Cuadernos de bronce”, Colections Latin America de la Universidad de Berkely. Asimismo, ha participado en eventos como el Primer Festival Internacional de Poesía de El Salvador, 2002, junto a los poetas: David Huerta de México, Teonilda Madera, República Dominicana; Pablo Menacho, Panamá; Lee Kuei-Shein, China; y, Belén Artuñedo, España. 
A partir de agosto de 2002, parte de sus obras aparecen en la librería y biblioteca de la Universidad de Saskatchewan, Canadá. Y en libroslatinos.com. libroscentroamericanos.com. del Ministerio de Relaciones exteriores.
Entre su obra editada, están los siguientes titulos: Alegoría de la palabra. Impresos Roqui, San Salvador, El Salvador, 1992; Fantasía del agua. Impresos Roqui, San Salvador, El Salvador, 1993; Fuego de la intimidad. Impresos Roqui, San Salvador, El Salvador, 1993; Espejo del invierno. 1ª edición Suplemento Cultural 3 Mil de Diario Latino, El Salvador, 1993; Memoria de Marylhurts. Interface Network, Oregon, Estados Unidos, 1993; Visión de la muerte. 1ª. Edición, Suplemento Cultural 3 Mil, Diario Latino, 1994; 2ª edición, Impresos Roqui, El Salvador, 1994; Antigua soledad. 1ª. Edición, revista Cultura del Ministerio de Educación[abril-junio de 1994] El Salvador; Insomnio divagante. 1ª. Edición revista Presencia del Centro de Investigaciones Tecnológicas y Científicas[ año III, No, 12, 1991]; Viento. 1ª. Edición, Suplemento Cultural 3 Mil, Diario Latino, El Salvador, 1995; Césped sobre el fuego. 1ª. Edición, Suplemento Cultural 3000 Mil, Diario Latino, El Salvador, 1995; Fugitiva luz de los espejos. 1ª, edición, Suplemento Cultural 3 Mil, Diario Latino, El Salvador, 1995; Fantasía del bosque. 1ª. Edición, Impresos Roqui, El Salvador, 1996; Enigma del tiempo. 1ª. Edición, Impresos Roqui, El Salvador, 1996; Roja vigilia. 1ª. Edición, Impresos Rqui, El Salvador, 1997; Querencia del follaje. 1ª. Edición, Impresos Roqui, El Salvador, 1998; Rumor de pájaros. 1ª. Edición, Editorial Clásicos Roxsil, Santa Tecla, El Salvador, 2002.
Durante aproximadamente catorce años publicó de manera permanente artículos acerca de temas educativos y literarios en los principales periódicos de El Salvador del como: Diario Latino y La Prensa Gráfica.
A partir de febrero de 2002, entabla una estrecha amistad con el poeta gaditano Luis García Gil, quien le publica en la revista El Arco de la Rosa una serie de poemas sueltos, para después hacer una edición virtual completa de “Los destellos del tacto”, obra que tuvo el privilegio de ser prologada por el insigne crítico Salvadoreño, Don Luis Gallegos Valdés. 
De André Cruchaga ha dicho el poeta Luis García Gil: “La palabra de André es ancha, llena de vida. Llega al lector porque se siente, porque no se fía al engaño o la estratagema verbal... En cada verso de todo gran poeta hay una verdad que nos duele, que nos propone sutiles encuentros con las lágrimas, con nuestra propia interioridad perdida. El verso de André es un desbordante río que no cesa de donarnos palabras y senderos...
Durante el primer trimestre del año 2003, por obra del duende de la poesía, entabla estrecha amistad literaria con Guillermo Ortega y la finísima poeta y periodista, también colombiana de pura sepa, Eva del Pilar Durán. Guillermo dirige con preclara inteligencia la Revista Caribanía, del Suplemento Literario “La Casa de Asterión”, Universidad del Atlántico, Barranquilla, Colombia.
Ha sido incluido en varias antologías, entre ellas, destacan: Poesía a mano. 1ª. Edición, Editorial Universitaria, Universidad de El Salvador, 1997; 100 escritores salvadoreños. 1ª. Edición, Editorial Clásicos Roxsil, El Salvador, 1997; Antología de una década. 1ª, edición, Casa de la Cultura de Zacatecoluca, CONCULTURA, El Salvador, 1998; Barraza Arriola, Marco Antonio. Lecturas literarias [Antología sobre la naturaleza, persona, historia y deidades en la literatura universal y salvadoreña] 1ª. Edición, Editorial Clásicos Roxsil, El Salvador, 2001.
Finalmente el poeta vive confinado al silencio y a la campiña salvadoreña. Ama los pájaros, los ríos, la hojarasca, los pinos, el sepia del tiempo y el hollín polvoriento de la noche. Escribe por convicción como un condenado a muerte o como un monje benedictino. Y cree que la poesía es el rostro de las emociones; el pájaro que emerge de nuestro pecho buscando su propio vuelo; el silencio que nos asedia y lo volcamos en palabras; un cuerpo largamente extendido sobre las sábanas del alfabeto; el grito del orgasmo buscando los brazos del aire; una sombra que aprieta lo furtivo de la luz; un relámpago que dibuja disonancias; la partida de muchas pérdidas interiores; el ojo que mira el mar colgado de las olas.
Fuente:poetaspoemas.com - Foto: portaldepoesía.com

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

El comentario estará sujeto a la aprobación del equipo y su administrador. Gracias.