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viernes, 27 de enero de 2017

RODOLFO ALONSO: POEMAS

DAR DE BEBER
sometidos a tan vasto encubrimiento
a tal golpe de suerte
un hombre muere una frontera se propaga
sosteniendo hasta el fin un día de olas
(“Salud o nada”, 1952-1954)


LA VOZ TOMADA
Cuando se quiebre la lengua del amor, nos quedará todavía esta palabra ronca.
Cuando no pueda decir, volverá todavía a mi garganta el eco de tu cuerpo.
(“El músico en la máquina”, hacia 1956)


ELLA DE PRONTO
Vuelvo a caer en tus redes.
En el viento bajo del orgullo, en la marea del odio, vuelvo a desconocerte.
A rodar sin perdón hacia tu belleza fácilmente aceptable.
Vuelvo a caer en la dura nostalgia.
En tus pantanos ágiles.
En el olor inmortal que te oscurece y te entrega al hombre que canta en medio del peligro.
(“El jardín de aclimatación”, 1954-1956)


HIROSHIMA MON AMOUR
una mujer desciende envuelta en desesperado orgullo del aire de su casa
como hija de la lástima feroz de la furia pequeña provincial
el mundo contento arde quieto a su alrededor
canta en el interior de esa mujer el mundo como una boca de fuego
un hombre lejano la contempla con ojos de desesperado amor
ese hombre es otros hombres es el mismo amor cantando para sobrevivir
el mundo contento arde veloz a su alrededor
canta en el interior de ese hombre el mundo como una boca de fuego
cuando la palabra amor no tenga necesidad de ser pronunciada
amor en todos los cuerpos desesperados ardiendo tranquilos
el mundo contento como una boca de fuego
una mujer y un hombre lentamente a su alrededor
(“Hablar claro”, 1959-1963)


DÉJÀ VU
Una mujer se desnuda en mi memoria
mientras afuera resplandece la ciudad
o llueve y hace frío
Una mujer lava su pelo negro con el agua de mi infancia
una distancia va formándose
Su piel es lenta y fresca como la mañana que acaricia
su voz se hace lejana
Una mujer me alcanza
el primer seno descubierto
el primer seno acariciado
Mientras adentro resplandece la memoria
(“Hago el amor”, 1963-1967)


CIRCE, NO VENUS
(Por ellas, Ella habla:)
“Derrochaste mis muslos.
Pero no sólo eso.
¿O acaso no me oías
aullar en la alta noche?
No te buscaba a ti:
buscaba tu sustancia
(el fuego que te habita
o soñé te habitaba).
Desmedida, voraz
como todo lo humano,
me irritó tu ternura
delicada y feroz.
Si la vida te pasa
sin que la tomes viva,
la muerte ordena todo
o todo desordena.
Y sólo encontrarás
(compréndeme insaciable)
al buscar lo que buscas.”
(“El arte de callar”, 1993-2002)
Publicada en Eurasiahoy.com/



Rodolfo Alonso
Rodolfo Alonso es un poeta y traductor argentino, nacido el 4 de octubre del año 1934 en la provincia de Buenos Aires. En su adolescencia quedó fascinado con la obra de César Vallejo y de Roberto Arlt, que representan la base de su desarrollo como escritor. Comenzó a la edad de diecisiete años a colaborar en la revista de naturaleza vanguardista Poesía Buenos Aires, y en esa época publicó sus primeros versos. Luego de una interrupción de sus actividades a causa del servicio militar, que en aquel entonces era obligatorio en Argentina, se inscribió en la carrera de arquitectura, la cual abandonó algunos meses más tarde. Trabajó durante muchos años para el diario tucumano La Gaceta, específicamente en su suplemento cultural, y tuvo la oportunidad de viajar y conocer a muchas de las personalidades más prominentes de la literatura del momento. Se trata de un hombre con una carrera intensa, que ha cultivado la escritura en sus distintas facetas y que ha recogido premios internacionales en muchas ocasiones.Fuente: Rolando Revagliatti - Eurasia Hoy - Poemas-del-alma.com - Foto: laotrarevista.com

NOTA DEL EDITOR: Gracias al señor Rolando Revagliatti por advertirnos de un error. Le habíamos adjudicado estos poemas cuando en realidad son del señor Rodolfo Alonso. Corregido, envío mis disculpas. Ibarrechea.

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