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viernes, 20 de enero de 2017

ALEJANDRA PIZARNIK: POEMAS

Exilio 

A Raúl Gustavo Aguirre


Esta manía de saberme ángel, 

sin edad, 
sin muerte en qué vivirme, 
sin piedad por mi nombre 
ni por mis huesos que lloran vagando. 

¿Y quién no tiene un amor? 
¿Y quién no goza entre amapolas? 
¿Y quién no posee un fuego, una muerte, 
un miedo, algo horrible, 
aunque fuere con plumas, 
aunque fuere con sonrisas? 

Siniestro delirio amar a una sombra. 
La sombra no muere. 
Y mi amor 
sólo abraza a lo que fluye 
como lava del infierno: 
una logia callada, 
fantasmas en dulce erección, 
sacerdotes de espuma, 
y sobre todo ángeles, 
ángeles bellos como cuchillos 
que se elevan en la noche 
y devastan la esperanza.



Fronteras inútiles


un lugar 

no digo un espacio 
hablo de 
qué 

hablo de lo que no es 
hablo de lo que conozco 

no el tiempo 
sólo todos los instantes 
no el amor 
no 
sí 
no 

un lugar de ausencia 
un hilo de miserable unión.





La enamorada


ante la lúgubre manía de vivir 

esta recóndita humorada de vivir 
te arrastra Alejandra no lo niegues. 

hoy te miraste en el espejo 
y te fuiste triste estabas sola 
y la luz rugía el aire cantaba 
pero tu amado no volvió 

enviarás mensajes sonreirás 
tremolarás tus manos así volverá 
tu amado tan amado 

oyes la demente sirena que lo robó 
el barco con barbas de espuma 
donde murieron las risas 
recuerdas el último abrazo 
oh nada de angustias 
ríe en el pañuelo llora a carcajadas 
pero cierra las puertas de tu rostro 
para que no digan luego 
que aquella mujer enamorada fuiste tú 

te remuerden los días 
te culpan las noches 
te duele la vida tanto tanto 
desesperada ¿adónde vas? 
desesperada ¡nada más! 

La última inocencia


Partir 

en cuerpo y alma 
partir. 

Partir 
deshacerse de las miradas 
piedras opresoras 
que duermen en la garganta. 

He de partir 
no más inercia bajo el sol 
no más sangre anonadada 
no más fila para morir. 

He de partir 

Pero arremete ¡viajera!





Más allá del olvido


alguna vez de un costado de la luna 

verás caer los besos que brillan en mí 
las sombras sonreirán altivas 
luciendo el secreto que gime vagando 
vendrán las hojas impávidas que 
algún día fueron lo que mis ojos 
vendrán las mustias fragancias que 
innatas descendieron del alado son 
vendrán las rojas alegrías que 
burbujean intensas en el sol que 
redondea las armonías equidistantes en 
el humo danzante de la pipa de mi amor


Alejandra Pizarnik
Poeta argentina nacida en Buenos Aires en 1936. Obtuvo su título en Filosofía y Letras por la Universidad de Buenos Aires y posteriormente viajó a Paris hasta 1964 donde estudió Literatura Francesa en La Sorbona y trabajó en el campo literario colaborando 

en varios diarios y revistas con sus poemas y traducciones de Artaud y Cesairé, entre otros. 
Es una de las voces más representativas de la generación del sesenta y es considerada como una de las poetas líricas y surrealistas más importantes de Argentina. 
Su obra poética está representada en las siguientes obras: «La tierra más ajena» en 1955, «La última inocencia» en 1956, «Las aventuras perdidas» en 1958, «Árbol de diana» en 1962, «Los trabajos y las noches» en 1965, «Extracción de la piedra de locura» en 1968, «El infierno musical» en 1971 y «Textos de sombra y últimos poemas», publicación póstuma en el año 1982. 
En 1972 falleció como consecuencia de una profunda depresión. 


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