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viernes, 16 de septiembre de 2016

CARINA RADILOV CHIROV: POEMAS


Alhambra


los humos verdes de los espirales en verano
la humareda de todas las fritangas
que ponen dulce la siesta
el santuario chorrea cera
flotan lentejas de agua
flores de lodo bajo los puentes de chapa

los vapores de hornos de barro
casitas de horneros con chicharrón y chancho
sudan los albañiles, huelen a polvo de ladrillo bravo
las heridas del invierno se sanan con braseros y colita de rana
para los muertos, coronas de flores en las salas de pana
letras doradas sobre bandas violetas
los dolientes transpiran, los queridos en capullos de gasa

ella llevaba un tejido blanco, cancán de nailon
un turbante que había inventado
dejó en herencia frascos tallados
charisma sweet honesty topace alhambra
nitrato de plata es la foto donde aún agoniza
con el mismo turbante sobre el cráneo exhausto

los pastizales se incendian, las vacas dan metano
la fábrica ventea olores a leche
las tipas punzan deseos después de las lluvias
y el canal se lleva los desechos de la industria láctea

una bocanada seca apasiona al llano

los cereales se pudren en silos plateados
junto a los eucaliptos cuyas hojas hierven
en jarritos de lata, sobre las salamandras
los vecinos opacos que echan lejía para calmar
los calores de la tierra plana
riegan en los barrios del centro, berrean más allá
con voz de gallina, desde las cunetas que navegan
los envases los tetras las bolsas los restos plásticos
de los festines berretas

destellan las veladas preciosas, lustradas por las lenguas
finas de mujeres-dalias, ikebanas de provincia
viajan a la city, compran golosinas
con los billetes blancos de las ubres hinchadas
que ya no ordeñan las manos rojas de las tamberitas
estamos en la pampa y somos civilizados

¡tomamos la leche alta alta alta!

crujimos con mandíbulas de hordas bárbaras
la grasita de la ternera pegada a la costilla
la ternera que fue alimentada por selectas alfalfas
¡ tuvo cuarto propio como virginia quiso!

¡se liquidan los vientres!
dicen los del campo, no alcanza el ganado
para saciar el hambre de la manada propia y ajena

los espirales de los parrilleros
exaltan el alma de humanos y perro.


VII
¡oh el vidrio barato de mi vajilla!
sábanas 100% poliéster
cuchillos tramontina
vasos de plástico
sin contar los tupperware
que anidan en las alacenas
buscando tapas que nunca encuentran
¡los cuadros! remedos kitstch
de todo por dos pesos
una estampa de san expedito
en la madera hinchada

mi pieza: una postal de pueblo
donde no faltan
la cubrecama alcoyana
y el rosario de perlas falsas
bajo el vidrio de la mesita
la foto de una niña
varias estampitas
eso sí: ninguna del general
sólo una de evita,
la que bien sabía libar
del néctar peronista
glamorosa ninfa
polvo de provincia
la señora de la muerte
con líquido en sus venas
y estopa en el vientre

todo barato, berreta,
grasa, maloliente,
descartable, en oferta,
de saldo y en serie
todo vacuo banal
baladí y anodino
todo todo todo
mi vida
va derechito al muere



VIII

hombres-bubaloo que largan un juguito violeta espeso
y a la segunda mascada ya no tienen sabor

hombres-grillos que te crispan los tímpanos
y se esconden atrás de los muebles

hombres-escarabajos de córneo caparazón
que dan pena con sus patitas endebles

hombres-torpedo: te incrustan su falo, después: su trabajo,
su mujer, sus amigos, sus créditos, sus días ingratos

hombres con espaldas donde yo me tendería, reposando,
en una playa junto al mar y ahí recostada, escuchando las olas,
de vez en cuando preguntaría: ¿querido, cómo estás?

huelen a pasto recién cortado, a cloro en verano, a sal de centauros
algunas especies de hombres dorados que crujen como panes
se deshacen en migas que desparramo cuando agito el mantel

otros tienen olor al fondo de cajones cerrados
donde las pelusas y las naftalinas engendran escuerzos
que saltan a tu palma y te untan un aceite frío de pescado

samurais que tajean prolijos tu vientre
con sus manos de junco

buñuelos del color de la miel cuyo centro blando
masticás impotente sin dar con un grumo de donde prenderte

los de nalgas preciosas que piden a gritos un tutú rosado
los de tetillas delicadas como flores de mazapán

hombres que arrastro hasta la cancha embarrada después del picado
los de párpados pesados, andan con ojos de sueño
el pelo alborotado en nidos de carancho donde pondría mis huevos

faunos rientes que te hacen cosquillas con el azúcar de sus dientes
los invito a dormir para escuchar cómo respiran a mi lado

huérfanos empantanados en la espera, nos seducen sus ojos sin fondo
fosos quiméricos donde nunca hay mareas

los pirotécnicos que pasan sin efectos secundarios
y los príncipes pálidos que se inyectan agua de azahar
hombres que sólo en manada se sienten felices
hombres disfrutables como una peli a la tarde
o portátiles para la cartera de la dama
que se despliegan como una navaja suiza
y te tallan el torso la cintura los tobillos

hombres de dulces paladares, codiciables
con nombres como ungüentos derramados
cocidos a fuego bajo liberan olor a nardo.


Carina Radilov Chirov

Nació en 1972 en Sunchales, donde aún reside y trabaja como profesora de Lengua y Literatura. Coordinó el Taller de Lectura y Escritura Irulana, y gestionó varios grupos de lectura. En 2008 participó en el Festi-Poet (lecturas/música en vivo) de la ciudad de Rafaela, leyendo sus textos. Formó parte de la antologíaLxs célebres desconocidxs (2008). Su primer libro es Flor del Llano (2009, reeditado por la editorial rosarina Espiral Calipso en el año 2011). Con Analía Giordanino organiza Poesía Elástica, un ciclo de lectura y música entre Santa Fe y Sunchales. Este año se publicará su primer libro de cuentos.
Estos poemas corresponden al libro “Flor del llano”, editado por Espiral Calipso, 2011.

Fuente: lasmalasjuntas.wordpress.com 
Foto: laselesccionesafectivas.blogspot.com


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