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viernes, 12 de agosto de 2016

ENRIQUE ORSCHANSKI: PADRES PRIMERIZOS

GUTIÉRREZ

"Gutiérrez”, llama el pediatra con voz firme, silenciando por unos segundos la sala de espera. De a uno entran al consultorio: la madre, con paso lento y cuidadoso; el padre, cargando un bolso nuevo, enorme y pesado, y la abuela, con Gutiérrez en brazos.
Gutiérrez tiene 4 días de vida; se llama Ramiro y llora desconsolado. La madre se apura en explicar lo obvio: es su primer hijo, llora, y no saben por qué.
Ella es joven, aunque el cansancio la desluce. Logra sentarse al borde de una silla y agradece que hoy no le duelan tanto los puntos. El padre reparte la mirada entre Gutiérrez y el reloj, pensando cuándo deberían alimentarlo. Y la abuela espera su momento para intervenir; crió a cuatro hijos y “vino de lejos para colaborar”.
Con esfuerzo, la madre se apoya en el escritorio del médico y comienza a relatar detalles del embarazo, el parto y sus dudas. Súbitamente interrumpe la charla y reclama el bolso: “¡El papel con las preguntas!... ¿Dónde lo puse?”. Su suegra aprovecha el momento. “Para mí, son cólicos...”.
“¡Acá está!”, interrumpe la madre con un grito triunfante. Con el papel, también recuperó la tranquilidad.
Sumido en una silenciosa confusión, el padre sigue esperando que le digan si su hijo está bien. Quiere despejar los miedos del embarazo, aprender a ser padre, pero aún no sabe cuál es su lugar. Lo mejor será dedicarse a revisar papeles: certificado de nacimiento, formularios de la mutual, carné de vacunas, pedidos, recetas... ¿Cómo se juntaron tantos en cuatro días?
Gutiérrez arremete con más llanto. La abuela se ofrece a consolarlo, pero se anticipa la mamá, que comienza a acunarlo con vigor. De pie, ensaya la danza apaciguadora que acostumbran bailar los padres primerizos.
Aprovechando un silencio entre preguntas, el pediatra mira al padre: “¿Está contento?”.
“Muy”, responde él en forma automática, aunque sin saber por qué ni tener alternativa.
La mamá ya no sabe cómo calmar a Gutiérrez y decide prenderlo al pecho. El bebé succiona ferozmente, hasta que se ahoga y vomita. Aterrorizados, todos miran al pediatra, rogando para que actúe; y a Gutiérrez, para que respire.
Más tarde y desnudo, el bebé parece tranquilo. Mueve los brazos, estornuda, se pone bizco y acepta indiferente el examen del médico. La abuela piensa que “así se va a resfriar”, pero se contiene de ofrecer la mantilla de lana –hermosa– que tejió. El padre acompaña cada movimiento del pediatra, temeroso de que su hijo pueda romperse.
Todos se alivian al escuchar que Gutiérrez está sano. La preocupación se traslada, entonces, a lo urgente, que es cambiar un pañal desbordado de abundante material color mostaza. La madre pide ayuda a su marido. “¿Esto era así?”, piensa, acorralada entre la faja, los pechos tensos, los puntos de sutura y el desconcierto que vive desde que apareció Gutiérrez.
Para no olvidar detalle, el padre repasa mentalmente las indicaciones, pero son muchas para una primera consulta: los horarios de comida, el eructo, las vitaminas, el estudio del piecito, el abrigo...
Como Gutiérrez vuelve a llorar, la madre suplica que lo alejen, “para poder escuchar al doctor”. La abuela se despide preguntando si haría falta otra leche. Los padres miran al pediatra, quien sugiere que no, y acuerdan un control en dos semanas. Tal vez puedan repasar con calma todo lo que hoy no escucharon.
Se abre la puerta y, uno a uno, salen del consultorio; cada cual enfocado en un pensamiento.
El padre, recordando cómo era su vida de soltero. La abuela, convencida de que sería bueno probar con otro pediatra “menos joven”. Y la madre, comenzando a entender a sus amigas, que le decían que un hijo te cambia la vida.
Apenas dejaron el consultorio, Gutiérrez se durmió.

Enrique Orschanski
Médico pediatra. Especialista en infancia y famila.

Enrique Orschanski nació en Córdoba, Argentina, en 1956. Es Doctor en Medicina y Cirugía egresado de la Universidad Nacional de Córdoba. Ejerce la especialidad de Pediatría y además es docente en la Universidad Nacional de Córdoba desde 1981.

Autor de trabajos científicos, dicta cursos y conferencias en diferentes centros de salud y educacionales para la difusión de acciones preventivas de salud materno infantil.


Es autor del libro Pensar la infancia, elaborado a partir de breves relatos sobre la construcción de la salud en los niños, y coautor con la psicopedagoga Liliana González de los libros Cre-cimientos (2011) y Estación Infancias (2013). Además, es columnista en Radio Mitre Córdoba y en el diario La Voz del Interior, en las cuales aborda temas vinculados a la vida familiar, la crianza de los niños y el complejo mundo de las relaciones humanas en torno a la infancia. Fuente: tedxcordoba.org.ar - diario La Voz del Interior, 07 de Agosto de 2016 - Foto: alaya.es

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