TRADUCTOR

viernes, 13 de mayo de 2016

FERMÍN H. SANDOVAL: POEMAS


El poeta, el padre y la muerte

...como me asustan mis manos, mis mundos,
porque se convierte en densa soledad,
donde los sentidos escapan
donde se agrupa la sensibilidad...

Murió el hijo sepultamos al padre...
lo vimos llorar y no eran lágrimas de letras
sino de amante... de quien en la inconsciencia reza
y espera la resurrección para acariciar a su hijo
para escuchar sus canciones... por eso lo quemó,
por eso esparció las cenizas... porque lo amaba
no esperó nunca que la melancolía se lo arrebatará...
así de mala es la nostalgia, por eso prefiero el agua
para ahogarla y la sal para cicatrizar heridas...
solo soy un pasajero, como tantos, espero mi regreso
pues este boleto, no lo compré, me lo regalaron
de ida y de vuelta, pero estoy en lista de espera,
como tantos, como todos.

El grito perentorio y permanente:

¡Mediocres del mundo únanse!.


Poesía para un auditorio mezquino

Y ahora: ¿qué hacer? Respirar y enfrentarlos…
mirarles a la cara y hurgan en su corazón con una cuchara.
una cuchara zoquete de palo tosco con un hocico inmenso
recubierta de sus propias ganas, de esas algas,
de esos musgos...
que son el sedimento de sus ambiciosos deseos...
sí, quiero mecer el mango de madera y aventar por los aires
sus pasiones perdidas, su tiempo desperdiciado...
las coles de su vergüenza, eso que guardan con recelo
en ese arcón intimo y escondido.

Para cocinar necesito una olla, una olla grande
donde quepa el botín
¡ y la carnada para mi presa! un anzuelo que hinqué
que hiera no la carne sino más adentro
tiene que ser un arpón que sujeté al ser entero

Las puertas de sus ojos son portillos para ingresar en sus almas
¿por qué los cierran? Es inútil, porque estoy dentro,
tu oído lo acaricio con mis labios y susurré tu nombre...
el sabor en mi boca, su sentir en mi placer...: qué importa el bien o el mal.
No tienes gafas, te sobran obsesiones: los naipes en las manos
Y el eterno laberinto en cada paso… sin respuesta…


Estación de necesidad y nostalgia


Esta mañana me han dicho que el amor tiene leyes,
Como el lenguaje la gramática...
Pero que diantre:
¿Qué es primero el sentir, la idea o la palabra?
Entonces surge el absurdo y me pierdo...

Dios, que no tiene cuerpo, habla al cuerpo
La diferencia de los sexos, se encara,
Las pasiones en un remolino y
Un placer que seduce, perturba y consume...
¿Cómo se comprende este poema incompleto...?

De la infancia solo conservo las rieles, que almidonan mi camisa,
Aquel recuerdo de ver al diablo en el estiércol,
¿Quién puede negarse a llorar y acariciar la flor de las vasijas propias?
¡Necesito que me escuches... necesito que me hables!
Solo me muero... necesito vivir... necesito que me quieras...

Dios es amor... y el amor no es soledad
Que ley puede encadenar al amor... que no sea la sonrisa
Y la esperanza del ser amado, los misterios deambulan en perchas que gritan...
Ay de los sordos... Ay de los ciegos...
¿Qué dolor hay que se someta a las reglas?
Si es verdadero dolor será por la ausencia, por la nostalgia... no por la demencia...

Ilumina mi existir... con tu sonrisa me basta para comprender el camino
Para saber cual es la melodía de esta canción que no calla... ni callará...
Quiero escribir mientras trabajo con colores de tardes y aromas de madrugada...
Saber que tu rostro, lo festejo, lo pinto... lo amo...
Que he de hacer para merecer tu sonrisa, no me impongas normas...
Dime que me quieres y haré del horizonte un cuerpo que cante...


Un secreto

...para contar un secreto...
hace falta tenerlo escondido...
los secretos al aire se oxidan,
no desaparecen, pierden la belleza...
un secreto enmascarado,
es un mal secreto, no es un secreto,
es una pesadilla acorralada, acosada
que desmedra y oprime...
eso, no es bello, es una vergüenza,
que solo se cura confesándola...
la belleza tiene sabor...
y espanta cualquier tristeza,
porque llama a la esperanza
y calienta el corazón con su sonrisa,
es un simple recuerdo
sin nostalgias, ni ansiedades,
ni desalientos...
no depende de carceleros,
está más allá del tiempo,
donde no hay precios,
ni límites, ni vergüenzas, ni desconciertos...
un secreto es un secreto
porque es bello y lo único propio,
porque enraíza lo más íntimo y escondido
donde hay más caretas...



Fermín H.Sandoval
Nacido en Machachi, Ecuador, en 1970. Sacerdote, Diócesis de Ibarra. Profesor de Religión y Moral. Licenciado en Estudios Eclesiásticos, Universidad de Navarra, España. Licenciado en Teología Moral Universidad de Navarra, España. Director de la Sección Académica de Artes Escénicas y Miembro de Número de la Casa de la Cultura Benjamín Carrión, Núcleo de Imbabura. Miembro de Número del Instituto Otavaleño de Antropología. Columnista del Diario La Verdad, Ibarra. Publicaciones: DIVAGACIONES, Ediciones Sisa, Otavalo, 1997. (agotada) EL POEMA DE XABIER, Cuentos de la Tierra, Ediciones Sisa, 2000 (dos ediciones). EL ESPECIAL, Cuentos Premiados Bienal Pablo Palacios, Quito, 2001. EL HORNO DE PAN, Casa de la Cultura “Benjamín Carrión” Núcleo de Imbabura, 2001. (dos ediciones). EL LIBRO DEL ANGEL, Ediciones Sisa, Otavalo, 2002
Fuente:poesiadeecuador.blogspot.com

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

El comentario estará sujeto a la aprobación del equipo y su administrador. Gracias.