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viernes, 27 de mayo de 2016

ALEJANDRA PIZARNIK: POEMAS


La enamorada.

Esta lúgubre manía de vivir,
esta recóndita humorada de vivir
te arrastra Alejandra no lo niegues.

Hoy te miraste en el espejo
y te fue triste estabas sola
la luz rugía el aire cantaba
pero tu amado no volvió.

Enviarás mensajes, sonreirás,
tremolarás tus manos así volverá
tu amado tan amado.

Oyes la demente sirena que lo robó
el barco con barbas de espuma
donde murieron las risas
recuerdas el último abrazo
oh nada de angustias
ríe en el pañuelo llora a carcajadas
pero cierra las puertas de tu rostro
para que no digan luego
que aquella mujer enamorada fuiste tú
te remuerden los días
te culpan las noches
te duele la vida tanto tanto
desesperada ¿adónde vas?
desesperada ¡nada más!


**************************************************************

Caminos del Espejo.

Y sobre todo mirar con inocencia. Como si no pasara nada, lo cual es cierto.

Pero a ti quiero mirarte hasta que tu rostro se aleje de mi miedo como un pájaro del borde filoso de la noche.

Como una niña de tiza rosada en un muro muy viejo súbitamente borrada por la lluvia.

Como cuando se abre una flor y revela el corazón que no tiene.

Todos los gestos de mi cuerpo y de mi voz para hacer de mi la ofrenda, el ramo que abandona el viento en el umbral.

Cubre la memoria de tu cara con la máscara de la que serás y asusta a la niña que fuiste.

La noche de los dos se dispersó con la niebla. Es la estación de los alimentos fríos.

Y la sed, mi memoria es de la sed, yo abajo, en el fondo, en el pozo, yo bebía, recuerdo.

Caer como un animal herido en el lugar que iba a ser de revelaciones.

Como quien no quiere la cosa. Ninguna cosa. Boca cosida. Párpados cosidos. Me olvide. Adentro el viento. Todo cerrado y el viento adentro.

Al negro sol del silencio las palabras se doraban.

Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo. No, no estoy sola. Hay alguien aquí que tiembla.

Aun si digo sol y luna y estrella me refiero a cosas que me suceden. ¿Y que deseaba yo? Deseaba un silencio perfecto. Por eso hablo.

La noche tiene la forma de un grito de lobo.

Delicia de perderse en la imagen presentida. Yo me levanté de mi cadáver, yo fui en busca de quien soy. Peregrina de mi, he ido hacia la que duerme en un país al viento.

Mi caída sin fin a mi caída sin fin en dónde nadie me aguardó pues al mirar quien me aguardaba no vi otra cosa que a mi misma.

Algo caía en el silencio. Mi ultima palabra fue yo pero me refería al alba luminosa.

Flores amarillas constelan un circulo de tierra azul. El agua tiembla llena de viento.

Deslumbramiento del día, pájaros amarillos en la mañana. Una mano desata tinieblas, una mano arrastra la cabellera de una ahogada que no cesa de pasar por el espejo. Volver a la memoria del cuerpo, he de volver a mis huesos en duelo, he de comprender lo que dice mi voz.





Alejandra Pizarnik 
Poeta argentina nacida en Buenos Aires en 1936.

Obtuvo su título en Filosofía y Letras por la Universidad de Buenos Aires y posteriormente viajó a Paris hasta 1964 donde estudió Literatura Francesa en La Sorbona y trabajó en el campo literario colaborando en varios diarios y revistas con sus poemas y traducciones de Artaud y Cesairé, entre otros. Es una de las voces más representativas de la generación del sesenta y es considerada como una de las poetas líricas y surrealistas más importantes de Argentina. Su obra poética está representada en las siguientes obras: «La tierra más ajena» en 1955, «La última inocencia» en 1956, «Las aventuras perdidas» en 1958, «Árbol de diana» en 1962, «Los trabajos y las noches» en 1965, «Extracción de la piedra de locura» en 1968, «El infierno musical» en 1971 y «Textos de sombra y últimos poemas», publicación póstuma en el año 1982. Fallece en 1972
Fuente: elespejogotico.blogspot.com - amediavoz.com

ALFONSO MURRIAGUI: POEMAS


YO, EL DESHABITADO 

Yo el deshabitado,

muro de cal sin tiempo

y piel entumecida;

yo el de abajo,

con humo en las costillas

y el silencio en los ojos

desafiando.

Yo, el asombrado,
estoy atando al hambre
con un cordón muy fino
y temo que se suelte
y se desborde;
suelta no podrán sujetarla,
desbordada
no podrán detenerla
ni con espuma,
ni con golpes
de arena enmudecida.

Yo el que camina abajo,
con pies ausentes
en su propia tierra;
yo el sin calcio,
el desterrado en sombra,
el “no moleste”;
yo el que corte mi sangre
y me ampute los dedos
uno a uno.

Yo el de abajo;
sexo, nariz y pelo;
yo el que viene,
sin domingo de ramos
y sin viernes.


DESDE EL OJO DEL ÁRBOL 
Agazapado, tenso,
con el huracán en el ojo,
camino sobre el mundo
con la esperanza
de que un hombre nuevo
se levante.

Sabemos que la quietud
no sirve
para sacar las espinas
que mantienen despierto
al intestino,
ni que los dos maderos
que clavan mi otro yo
pueden oscurecer el rayo cenital
que habita en los caminos.

Si estuviera inmaduro,
buscaría un pretexto
para decapitar al pez
que viaja rectilíneo,
o dejaría que se mantenga
quieto el rascacielos
que juega en la sombra
del agua.

Pero sabemos
que vienen otros tiempos,
que la memoria
ya no está deslumbrada
y que los dientes
son piedras preparadas
para romper
el miedo que nos ata.

Por eso poco importan
los minutos de espera,
si sabemos que viene
la innovación secreta,
en el ojo del árbol
o en la raíz del agua


LA HORA DE LOS CONEJOS 
En la noche,
cuando tienes sumergida
la caricia
en un nudo de arena,
cuando de tu presencia
solo habla
la huella de la luciérnaga,
buscas la voz del fuego
para alumbrar tu rostro.

En la noche,
cuando desfilas por la hierba
en busca de tu hermano
y bañas tus recuerdos
en las alas viajeras
de tu ancestro,
desconoces el nombre
que te pusieron
dos veces al revés
para ocultar tu nombre
.
Cuidas tu noche
porque sabes que servirá
para escapar del látigo,
para contar los capulíes
y dar vuelta al mensaje
que danza en la fogata.

Tu vienes por la noche
y tus manos
se van por las veredas
buscando las huellas
de los conejos
o la cascada gris
de la neblina.

Por eso tienes
las rodillas en punta,
la lengua afilada
para beber las sombras
y los brazos atentos
para decapitar los grillos
que te espantan.

Alfonso Murriagui
Nace en Quito en 1929, Estudia en la Escuela de Comunicación Social, periodista y profesor de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador, durante 25 años, ha dedicado su vida a la defensa y difusión del Arte Popular. Actualmente sigue trabajando en poesía, narrativa y dramaturgia; es miembro del Comité de Redacción del Semanario Opción.
Murriagui es un hombre comprometido con su pueblo y las causas justas, militante de izquierda sin claudicaciones, maestro ético y preocupado en la formación de comunicadores responsables, generoso amigo, trabajador del arte popular, periodista y comunicador veraz, investigador acucioso.
En 1961 es parte fundacional del grupo Tzántzico, se encuentra entre sus promotores, integra la redacción de la revista Pucuna; fue Vicepresidente de la Asociación de escritores Jóvenes del Ecuador en 1965; Director de Relaciones Públicas de la Universidad Técnica Luís Vargas Torres de Esmeraldas 1972-1976; Director de Difusión Cultural de la Facultad de Filosofía de la Universidad Central 1985-1992.
Poeta, Narrador y Dramaturgo, ha publicado Poesía Universitaria 1962; 33 Abajo, primer libro Tzántzico Editorial Universitaria Quito 1965; Pampa de Oro (relato) 1981; Las huellas del Futuro, Quito Editorial de la Facultad de Filosofía 1987; La vida y otros paisajes (poesía), Ambato 1987; El ritual de los noctámbulos (poesía y cuento) varios autores 1991; Con las mismas palabras (poesía) Colección Pachacámac Fondo 1993. Inéditos: La verdadera historia del mejor trompón del mundo, 8relato) ; De la rockola al calabozo (novela) ; Los pobres no somos ladrones (relato) ; Desde mi soledad (poesía) ; Entre las nubes y el asfalto (poesía). Sus poesías constan en la Antología de Poesía Viva Latinoamérica de Aldo Pellegrini, Editorial Seix Barral España; en Antología de la poesía Latinoamericana Italia Editorial Feltrinoli y sus cuentos figuran en el índice de Narrativa Ecuatoriana realizada por Simón Zavala en 1992.
Entre los Premios figura: el Segundo premio en los Juegos Florales de Ambato en 1987; Tercer premio en el Tercer Concurso Universitario de Poesía y Cuento 1991; Primer Premio en el V Concurso de Poesía, convocado por la Asociación de Empleados de la Universidad Central en 1993 Segundo Premio Universitario en el Área Artística y Literaria 1995; Segundo Premio Universitario en el Área Artística Literaria 1998.
Fuente:poesíadeecuador.blogspot.com - rincondelpoetamajo.blogspot.com

PINTURAS: ROBYN F. KAHUKIWA

















Robyn Kahukiwa 

Nace en Sidney, Australia en 1940. A finales de 1950, se establece en Rotorua, Nueva Zelanda. Es la artista maorí contemporánea, más importante y a llevado la cultura y arte maorí al escenario mundial. Es una ferviente defensora de los derechos de los maoríes y de la dignidad de las mujeres. Ha luchado por dar a conocer las tradiciones de su etnia y mantenerla vigente. Desde hace más de treinta años sus pinturas se exhiben en los más importantes museos del mundo. Es una pintora autodidacta y en sus pinturas usa una paleta restringida donde llena grandes espacios de colores yuxtapuestos.

Fuentes: elperromorao.com - mariainescarod.blogspot.com juancarlosboverimuseos.wordpress.com


CURIOSIDADES: BESOS DE CINE QUE HICIERON HISTORIA




Besos de cine:



El primer beso de la historia del cine fue en el cortometraje (47 segundos) "The Kiss", que recreó la escena final del musical de "The Widow Jones", en 1896. Fue dirigido por William Heise por pedido de Thomas Alba Edison.

Humphrey Bogart e Ingrid Bergman, "Casablanca" 

Lady y Tramp "La Dama y el Vagabundo", de Disney

Macaulay Culkin y Anna Chlumsky. "My Girl"

Tobey Maguire y Kirsten Dunst en "Spider-Man" 

Richard Burton y Elizabeth Taylor "Taming of the Shrew".

Leonardo Dicaprio y Kate Winslet en "Titanic"

Michael Douglas y Sharon Stone "Bajos Instintos"

Harrison Ford y Sean Young, "Blade Runner"

Charlton Heston y Kim Hunter, "The Planet of the Apes"

Patrick Swayze yDemi Moore "Ghost".


Deborah Kerr, Burt Lancaster "De aquí a la eternidad"


Sean Connery y Honor Blackman, "Goldfinger"


Ryan Gosling y Rachel McAdams "The Notebook"

Heath Ledger y Jake Gyllenhaal, "Brokeback Mountain"

Leonardo DiCaprio y Claire Danes, "Romeo y Julieta."


Margot Kidder y Christopher Reeve."Superman"

Clark Gable y Vivien Leigh, "Gone with the Wind" (Lo que el viento se llevó)


Jack Nicholson y Jessica Lange, "El cartero llama dos veces" 


Las imágenes para ilustrar este post han sido extraídas de las siguientes fuentes: 
www.elperiodicodetudia.com - www.taringa.net - www.listas.eleconomista.es

TURISMO: LAS ASOMBROSAS MONTAÑAS DE COLORES DE ZHANGYE DANXIA



Las asombrosas montañas de colores de Zhangye Danxia

Lugares asombrosos en el mundo hay muchos. E incluso tú mismo conocerás más de uno. Pero los amantes de la geología siempre ponen en el primer puesto de su lista particular las montañas de Zhangye Danxia, en China. Son una maravilla de la naturaleza difícil de olvidar, difícil de creer que sean auténticas dado ese velo asombroso de color con el que nos deleitan desde la lejanía. Rocas de inusuales tonalidades variadas originadas por la erosión, a las que los nativos llaman Danxia, palabra china que significa “nubes rosadas”. ¿Te gustaría saber algo más sobre ellas?

Zhangye


Las montañas de Zhangye de China están influenciadas por una serie de efectos naturales únicos que le aportan esta imagen tan especial. Es una zona muy árida de la región de Gansú, muy cerca del desierto del Gobi, un escenario que ha causado asombro desde la antigüedad dados sus intensos y asombrosos colores: piedras que van desde el blanco al rojo, pasando por tonalidades verdes y amarillos brillantes. Hay quien dice que es aquí donde duerme el arco iris, aquí donde las colinas se visten con los más sugerentes pigmentos a lo largo de 300 kilómetros cuadrados. Una maravilla de la naturaleza capaz de cautivar a cualquier mirada, a cualquier corazón amante de las curiosidades geológicas.



Pero ¿A qué se debe este fenómeno? Las montañas Zhangye son el resultado de infinidad de capas de roca rojiza con estratos minerales de numerosos colores y diversos sedimentos. Muchos de ellos son orgánicos, de ahí que tengan ese color verdoso y anaranjado. Las lluvias son habituales debido al clima tan peculiar de esta zona, de ahí que la intensidad del color, se avive mucho más con la humedad.



Zhangye 2

Esta zona recibe cada año miles y miles de turistas. Es una zona más o menos inaccesible y cercana al desierto del Gobi, pero dada la fascinación que suscita se han habilitado espacios más cómodos donde alojarse, además de varias lineas de autobuses desde donde poder observar con mayor comodidad este espectáculo geológico único en el mundo. Si eres un apasionado de la naturaleza no puedes dejar la oportunidad de disfrutar de un amanecer en las montañas Zhangye Danxia. Hace poco que lo han reconvertido en parque y dispondrás de infinidad de miradores desde donde acceder a la cima y disfrutar de este singular caleidoscopio rocoso de colores infinitos. Ya sabes, ahí donde el arco iris va a descansar cada atardecer…



Fuente:elperromorao.com - supercurioso.es

MÚSICA: BONGO ENTP


"Lujón"
Subido por: Music For Dreams
Gentileza: YouTube



"Foto feita do avia-o"
Subido por: Music for dreams
Gentileza: YouTube

Músico: Jacob Andersen



viernes, 20 de mayo de 2016

ALEJANDRA CONTI: UN 25 DE MAYO CUALQUIERA




El relato de Julio Barraza, piloto naval, durante el ataque al Atlantic Conveyor durante la guerra de Malvinas.




El regreso. Barraza en la base de Río Grande, al volver de la misión contra el Atlantic Conveyor.

El sol del 25 viene asomando tímidamente en Purmamarca. Los cerros van despertando y recuperando poco a poco su colorido y majestuosidad. Don Manuel Arredondo ya tomó mate, ensilló el zaino y se prepara para ir al pueblo, a la ceremonia del 25. Ya viene clareando en Villa Mercedes, y Gabriela Ponce, maestra de segundo grado, plancha su guardapolvo para la ceremonia del día patrio. El sol ya despuntó en Monte Longdon. Jorge y sus compañeros de pelotón ya pueden ver claramente hacia el oeste desde su posición.

En Río Grande, el 25 de mayo amaneció gris y con la niebla típica de esta época del año. El frío se sentía en la cara y en las manos. Sin embargo, había un frío diferente que calaba en lo más profundo de cada uno: el frío de saber que la muerte está rondando. “El Pelado” García y sus huestes –los mecánicos y los de Armamento– madrugaron para reagrupar los aviones en la plataforma frente al hangar, prepararlos y dejarlos en condiciones de vuelo.

Hacía ya varias noches que corrían rumores de ataques de comandos ingleses. Y no era para menos: esa pequeña base en la isla grande de Tierra del Fuego albergaba un puñado de aviones que provocaban nerviosismo y ansiedad en los británicos: los Super Etendard. Sabían que los ingleses querían dejar fuera de combate a los Super en tierra porque representaban la mayor amenaza para su fuerza de tareas, así es que todas las noches se desparramaban por distintos lugares de la base para tratar de ofrecer un blanco disperso en caso de que fueran atacados en tierra.

Los estoicos patriotas de Armamento eran los encargados de sacar los misiles Exocet de los contenedores presurizados y colocarlos en los dos aviones preparados para volar ese día: el 2-A-203 y el 2-A-204. Luego, desplegaban sus maletitas negras y realizaban toda una secuencia de pruebas electrónicas para dejarlos en condiciones operativas.

Toro y Mate (*) ya sabían para ese entonces que eran la pareja que debía salir ese día y, lógicamente, se vistieron para la ocasión: calzoncillos largos, camiseta “strindex”, medias gruesas y, encima de todo eso, el ponderado traje antiexposición o “goma”, como se lo conocía en la jerga aeronaval. Se suponía que la goma permitiría prolongar la supervivencia en las heladas aguas del Atlántico sur, escenario sobre el que volarían, una hora más. En realidad, seguramente, era mucho menos.

En la salita improvisada de Operaciones ya se respiraba adrenalina. Repasaron procedimientos de vuelo, de ataque y de emergencias, y actualizaron información del enemigo. El vuelo se iba a realizar en total silencio electrónico y de comunicaciones.

Se encaminaron hacia los aviones y no escaseaban los saludos y deseos de suerte y de éxito en la misión que iban a ejecutar aquel 25 de mayo. Hacen la inspección visual externa alrededor de cada avión y se montan.

El mecánico los ayuda a amarrarse al asiento eyectable. Ponen en marcha, cierran las cabinas y comienzan a preparar los aviones para iniciar el carreteo, pero nadie da la señal. Expectativa e intriga. Veinte minutos de espera en plataforma y les ordenan apagar motores.

Desensillan y bajan con todo el equipo. En la salita de Operaciones, Colombo, su comandante, les comunica que el tanquero KC-130 de la Fuerza Aérea Argentina que tenía que reabastecerlos en vuelo a 20 mil pies de altura y a 200 millas al este de Puerto Deseado no estaba disponible en esos momentos. Ya era casi mediodía y les ordenan ir a comer y estar listos para salir lo antes posible.

Cuarenta minutos después, volvieron al hangar, se subieron a los aviones, pusieron en marcha, y esta vez sí, los mecánicos les hicieron la seña de iniciar el rodaje. Se alzaron los brazos y se iluminaron los rostros de aquel puñado de hombres de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque que ponían todo de sí para contribuir al éxito de una misión. Alivio, al menos, de saber que se daban los primeros pasos, pero ansiedad e incertidumbre por todo lo que quedaba por delante.

Listos para el despegue en cabecera. Señas con las manos y potencia al máximo. Afuera, el trueno de dos nobles turbinas. Adentro, el galope de dos corazones valientes. Sueltan los frenos y pronto levantan vuelo.

Mar y cielo. Cielo y mar. Inmensa masa gris azulada, uniforme y apacible. No parece ser el escenario de una guerra. Lo que sigue salió como tenía que salir, ya que lo habían practicado cientos de veces. Se encontraron con el KC-130 y se reabastecieron, uno de cada lado. Descendieron suavemente hacia el este y comenzaron la fase de ataque. Perfil bajo para evitar ser detectados y acercarse sigilosamente a un punto que supuestamente se encontraría a unas 50 millas de un blanco. Blanco que había sido designado indirectamente por información del radar de Puerto Argentino: se detecta una concentración de actividad de despegue y aterrizaje de aviones y helicópteros a unas 100 millas al nordeste.

El mar, apenas encrespado con suaves olas, y un pálido sol austral a sus espaldas. Repaso de la lista de chequeo. Preparación final para el lanzamiento del misil.

A muy baja altura, dos saetas descuentan distancia aceleradamente. Cuando llegan a las 50 millas previstas, con un doble pulsado del botón de radio, sincronizan un ascenso hasta unos 300 pies, lo suficiente como para permitir aumentar el horizonte radar y confirmar el blanco. Dos barridos del radar y no podían creer lo que estaban viendo. Tantas veces habían deseado vivir ese momento que les parecía estar soñando. En pantalla aparecieron tres ecos: uno grande en el centro y dos chicos, uno arriba y otro abajo. Toro rompió el silencio diciendo: “Al más grande”. Por un segundo, pensaron que podía ser el Invencible… y que tal vez podían llegar a cambiar el curso de la guerra. Una gota de sudor corre por la frente de Mate y se le mete en el ojo izquierdo.

Los radares quedaron enganchados tras un gatillazo, y a partir de allí fue cuestión de seguir los procedimientos previstos, oprimir el botón de lanzamiento y esperar. Esperar y seguir esperando, y es que, a pesar de que el corazón latía agitadamente, el tiempo pareció detenerse... Tres segundos que parecieron una eternidad. Con el rabillo del ojo, Mate ve salir el misil de Toro y en ese momento oye un estampido y siente un fuerte sacudón: su dardo letal dejó la nave madre, cayó unos metros, inicialmente, y se aceleró rápidamente dejando una estela blanca.

En Plaza de Mayo, todas las palomas remontan vuelo alrededor de la plaza y se oyen las campanas de San Ignacio dar las 4.30 de la tarde.

Los misiles se encaminan raudamente hacia el blanco. Toro y Mate giran cerradamente hacia la izquierda buscando el rumbo opuesto a toda velocidad.

Mar dorado. Cielo púrpura. El sol del 25 ya viene bajando. La flota inglesa sabe que es atacada. El capitán Ian North subió al puente hace menos de cinco minutos y espera, pero la suerte está echada: él y 11 tripulantes del Atlantic Conveyor tienen una cita con el Eterno.

El sol del 25 sigue bajando. Juan Carlos se apura para llegar pronto a su casa en Caleta Olivia. Su hijo le pregunta si los soldados ya habrán recibido el paquete con chocolates que prepararon en la escuela. Las sombras del 25 van acentuándose en Yapeyú. Marcelo termina su cigarrillo mientras piensa en su hermano Daniel. En Isla Borbón ya casi es de noche. Daniel levanta los ojos al cielo y, antes de rezar un Padrenuestro, piensa: “Ojalá que este no haya sido un 25 de Mayo cualquiera…”.

(*) “Toro” es Roberto Curilovic; “Mate”, Julio Barraza.





Alejandra Conti
Periodista.
Editora adjunta del Suplemento Temas - Columnista de: www.lavoz.com.ar

DANIEL SALZANO: ¡AY, SAN ROQUE/ QUE NO ME TOQUE/ QUE NO ME TOQUE!


Amuletos: dícese del objeto o adorno al que se atribuyen virtudes de protección contra males diversos/ a saber:/ el sinamor/ el sintí/ el para ti/ el mal de ojo/ el empacho/ la pulsera colorada que mantiene a raya a la difteria.


A Carlos Bilardo no le cortabas la cabeza por menos de 50 amuletos/ al torero Manolete por menos de 40/ a Madonna por menos de 30/ y a Hemingway por menos de 20.

Una etiqueta vacía de Marlboro/ es un amuleto.

Un soldadito de plomo/ lo que queda de un soldadito de plomo/ un billete de cinco mil del Estanciero/ son todos amuletos/ y unos fabulosos labios de mujer estampados al pie de una carta manuscrita.

Ay de ti/ lector/ si no tienes bajo el vidrio de la mesa de luz la famosa estampita de los perros de San Roque/ ay, San Roque/ ay, San Roque/ que no me toque/ que no me toque.

Un reloj de la marca Rado al que le falta el número 8 y el segundero/ un sacapuntas/ un balero de madera de algarrobo revestido con diamantes/ y el amuleto preferido por los aviadores: el banderín blanco con el globito rojo del Club Atlético Huracán.

Una reina sin peones/ sin caballos/ sin marido/ y sin tablero.

Un alfiler de corbata/ nadie me ha vuelto a prestar una corbata desde que te fuiste/ papá.

Una tira de Bayaspirina sin bayaspirinas/ media docena de pilas muertas encerradas en un frasco de Total Magnesiano/ y un carné/ atención/ escuchen bien lo del carné/ expedido el 5 de setembro de 1902/ a nombre de Giovanni Salzano/ mi abuelo/ corresponsal del diario La Libertá / Nápoles/ Italia.

La mancha circular de un pocillo de café estampada en una servilleta del bar Sorocabana.

Un par de zapatos blancos/ con punteras negras/ que corresponden a la época en la que aspiraba a convertirme en el bailarín mayor de la ciudad.

Y un recibo mensual de la biblioteca Vélez Sársfield con la firma de Edgar Allan Poe.

A propósito/ ¿valen las fotos de escritores?/ un retrato del ruso Dostoievski pensando en suicidarse/ otro de César Vallejo/ jugando a las bochas en una cancha del altiplano/ y otro más/ de Pavese/ en Turín/ debajo de una boina/ “el bulevar/ y el viejo café/ en el bulevar/ fueron mi canto y mi ventana al mundo”.

Y aquí está mi hijo/ fotografiado a los tres años y medio/ comiendo una manzana/ ignorando que a la larga/ se convertiría en amuleto.

Un disco grabado por Caetano Veloso en el teatro Coliseo de Bahía: “La luna me está mirando/ yo no sé lo que me ve/ yo tengo la ropa limpia/ ayer mismo la lavé”/ hay amuletos como ese/ que te muerden/ y no sueltan.

Ignoro si los certificados/ son amuletos eficaces/ por las dudas yo conservo uno de buena conducta/ para sosegar a la policía/ y una piedra gris recogida en las márgenes del río Ceballos/ departamento Colón/ la piedra tiene forma de sombrero/ me acuerdo muy bien de ese amuleto/ corresponde a la época en la que cuando nos besábamos/ se nos desencajaba la mandíbula/ ¡oh, l’amore !/ “bajamos y no bajamos por el mismo río/ somos y no somos”/ eso dijo Heráclito de Efeso/ cinco siglos antes de Cristo/ cuando los indios comechingones cazaban tuquitos/ como amuletos.

¿Valen los dientes de tiburón como le valían a Popeye?/ no/ porque Córdoba no es ciudad de marineros/ Córdoba es una ciudad de pocas palabras/ y muchos amuletos.


Daniel Salzano
Periodista, escritor

Nació el 22 de Mayo de 1941 - Fallece el 24 de Diciembre de 2014, en Córdoba, Argentina.

Sus poemas fueron publicados en distintas revistas literarias: Barrilete, Mitos, Monólogos, Acento, El Lagrimal Trifurca, El Escarabajo de Oro, Horizontes y Crisis, así como en los diarios La Opinión, Clarín de Buenos Aires y Últimas Noticias de Venezuela.

Recibió múltiples premios y distinciones, como la Cruz de la Corte de la Real y Americana Orden de Isabel la Católica, otorgada por el Rey Juan Carlos I de España (2001) y el Premio J.L. de Cabrera (1998).
Durante sus últimos años realizaba la columna Quienes y Cuándo en el diario La Voz del Interior, matutino donde escribía desde 1968. Estos escritos solían estar acompañados por una o dos ilustraciones a cargo de uno de los dibujantes del diario, Juan Delfini.
Junto a Jairo compuso numerosos temas musicales. Fue director del Cine Club Municipal Hugo del Carril de la ciudad de Córdoba. Falleció el 24 de diciembre de 2014 a los 73 años.
Fuente: www.lavoz.com.ar - wikipedia

VLADISLAV FELITSIANOVICH KHODASEVICH: LA MONA



El calor era feroz. Grandes bosques estaban incendiándose. El tiempo arrastraba los pies en el polvo. Un gallo cacareaba en un terreno cercano.



Mientras abría el portón de mi jardín vi a un costado del camino un vagabundo Serbio dormido sobre un banco, su espalda apoyada contra las empalizadas. Era magro y muy negro, y a lo largo de su semidesnudo torso colgaba una pesada cruz de plata, que jugueteaba con el goteante sudor.



Encima del cerco que estaba sobre él, ataviada con una enagua carmesí, su mona estaba sentada mordisqueando ávidamente las polvorosas hojas de un arbusto; un collar de cuero

estirado hacia atrás por la pesada cadena se hundía profundo en su cuello.

Oyéndome pasar, el hombre se revolvió, se limpió la cara, y me pidió algo de agua.Tomó un sorbo para ver si la bebida no estaba demasiado fría, y colocó un platillo sobre el banco, e, instantánemente, el mono se deslizó hacia abajo y tomó el platillo con ambas manos hundiendo los pulgares; entonces, sobre las cuatro patas, bebió, sus hombros presionaban sobre el banco, su mentón tocando las tablas, su espinazo arqueado más alto que su pelada cabeza. Así, seguramente, hizo Darío, agachándose sobre un charco del camino mientras huía de las estruendosas falanges de Alejandro.

Cuando la última gota fue sorbida la mona barrió el platillo del banco, y alzó su cabeza, y me ofreció su pequeña mano negra y mojada. Ah, he estrechado los dedos de grandes poetas, líderes de hombres, mujeres claras, pero ninguna mano había sido tan exquisitamente moldeada ni había tocado la mía con tal emoción de familiaridad, y los ojos de persona alguna habían mirado dentro de mí con tan profunda sabiduría... Leyendas de eras perdidas se despertaron en mí gracias a esa deslucida bestia y de repente vi la vida en su plenitud y con un tropel de viento y olas y mundos la música de órgano del universo detonó en mis oídos, como había hecho antes en bosques inmemoriales.

Y el Serbio entonces siguió su camino, golpeando su tamborín: 
sobre su hombro izquierdo, como un príncipe Indio sobre un elefante, se balanceaba su mona. Un inmenso sol carmesí pero sin sol colgaba en la lechosa niebla. El sofocante verano fluía interminablemente sobre el trigo marchito.

Ese día se desató la guerra, ese mismo día.



Vladislav F. Khodasevich
1886- 1939

(De la versión en inglés de V. Nabokov)

Nabokov publicó un artículo titulado "Sobre Hodasevich", firmado con el seudónimo "V. Sirin", que es el nombre que usaba en los 20's y los 30's, en Berlín y en París, -mencionado en "El orientalista"-, el excepcional estudio de Tom Reiss, que publicara Anagrama. En él dice Sirin/Navokob: "Este poeta, el mayor poeta Ruso de nuestro tiempo, el descencien-te de Pushkin en la línea sucesoria de Tyutchev..."
Fuente: Robert Rivas - inutilesmisterios.blogspot.com


Vladislav Felitsianovich Khodasevich (en ruso: Владислав Фелицианович Ходасевич; 16 mayo 1886 a 14 junio 1939) fue un poeta ruso influyente y crítico literario que presidió el círculo de literatos Berlín de emigrados rusos. 

Khodasevich nació en Moscú en una familia de Felitsian Khodasevich (en polaco: Felicjan Chodasiewicz), un noble polaco, y Sofiia Iakovlevna (de soltera Brafman), una mujer judía que se convirtió al cristianismo. Dejó la Universidad de Moscú después de entender que la poesía era su verdadera vocación. Las primeras colecciones de poemas de Khodasevich, la juventud (1907) y un Feliz Little House (1914), se descartaron posteriormente por él considerarse inmaduro.
Fuente:poemhunter.com