Al
comienzo de los tiempos de los desamores, estas tierras eran de
nuestros aborígenes que convivían en una extraordinaria paz y armonía
con sus vecinos. Después vinieron los españoles con sus espadas y
lanzas, y los Jesuitas que se apropiaron de todo. Entonces construyeron
grandes iglesias y caseríos a fuerza de látigos y duros castigos, hasta
que nuestros primitivos hombres fueron muriendo. Después, cuenta la
historia, los jesuitas también fueron expulsados y todas aquellas
construcciones y campos se fueron vendiendo a manos privadas.
"Mire
señor, el primero que llegó fue el Melchor Reyes, -dice el único
sobreviviente de aquellos años-, con su mujer y sus hijos pidiendo
trabajo y que le asignaron tareas propias de la estancia que este hombre
supo resolver con gran habilidad, entonces lo tomaron y lo alojaron en
las dependencias destinadas a los empleados."
Esta
tierra en particular, recayó primero en una familia que curiosamente
tenía cierto parentesco con la curia, usted sabe. Y así fue pasando de
manos en manos, hasta que el señor Onésimo Ramos, pone un
establecimiento ganadero en el lugar.
"Que
era muy bien considerado este tal Melchor, que en la familia Ramos
aceptaron mande a llamar a su hermano Baltazar, para que le ayude en las
tareas del campo de unas tres mil hectáreas, aproximadamente."
Don
Onésimo Ramos era un buen hombre, temeroso de Dios y sus designios, es
así que con su esposa, doña Mercedes Domínguez, mandan a construir una
capilla en agradecimiento a la Virgen del Rosario del Milagro de quién
eran fervientes devotos.
"Que
resultó ser que ese Baltazar Reyes era un gran trabajador, un muy buen
domador de caballos y de grandes conocimientos en el manejo del ganado
caprino, bovino y ovino de la estancia."
La
capilla se fue construyendo con ladrillones anchos, grandes, y tiene un
techo a dos aguas, con alfajías de madera desde donde se sostienen las
bovedillas y tejas, es austera, rectangular, es simple.
"Que
según los dichos de mi madre, Felicia, la única hija de don Onésimo, se
enamora de Baltazar y que la familia acepta de buen modo tal unión.
Ellos viven en el casco de la estancia."
La
devoción a esta Virgen, excelsa protectora de Córdoba, se remonta a más
de cuatro siglos, culminó con la coronación pontificia que el Papa León
XIII le otorga por disposición del 1º de octubre de 1892. La familia
Ramos, aparentemente, consigue una imagen allá en Buenos Aires y la
llevan para su estancia.
"Que
a finales del siglo XIX, la señora Mercedes Domínguez y el señor
Onésimo Ramos fallecen, y es entonces que pasa a ser dueño de la
estancia, por papeles de heredad y por costumbres mismas, Baltazar
Reyes, el yerno."
Posteriormente
se inician las gestiones ante la Diócesis correspondiente y desde
Córdoba, envían al cura de una población cercana, para que pueda
celebrar misa, llevar la palabra de Dios, fortalecer y expandir la Fe
Cristiana entre los habitantes de este poblado.
"Estando
el establecimiento bajo la administración, si podemos decir así, de
este nuevo y afortunado dueño, todo era prosperidad, en hacienda y en
las finanzas, se trabajaba mucho y bien, no había quejas entre los
empleados."
Por
aquellos años, la Santa Sede acababa de elevar a trono arzobispal a la
antigua Diócesis de Córdoba del Tucumán y Córdoba, y el Papa Pío XI
declara a la Santísima Virgen del Rosario del Milagro, Como la Patrona
Principal de la Arquidiócesis.
"Todo estaba bien, No había celos ni discusiones ni deslealtades a la vista, pero de repente, sin que nadie sospechase nada, Baltazar Reyes entró a la capilla de la estancia, revólver en mano, se plantó delante del Altar y se descerrajó un disparo mortal."
Esta
es la Oración a nuestra Santísima Virgen María, Nuestra Señora del
Rosario del Milagro, en homenaje a su celestial protección.
Santísima Virgen María,
Nuestra Señora del Rosario del Milagro,
por tu travesía sobre las olas del mar,
por tu arribo al Puerto del Callao,
por la veneración que te tributaron en Lima
los primeros santos latinoamericanos.
"Que
según se cuenta, estando todos consternados por lo sucedido, la
imaginación y los rumores maledicentes, dieron espacio para que a los
pocos días de esa tremenda tragedia, de la cual nada ni nadie hacía
sospechar semejante desenlace, en el silencio de esta llanura bravía por
el tiempo inclemente, nuevamente se oye un disparo frente al Altar y
cae herido de muerte, el señor Melchor Reyes."
Y, en nuestra Córdoba, San Francisco Solano
y los santos Alonso Rodríguez y Juan del Castillo,
por los méritos de tu Hijo crucificado
cuya imagen acompañabas hasta nuestra patria Argentina,
por haber elegido esta ciudad
para establecer tu trono de misericordia,
escucha la oración de tu Pueblo.
"Que,
como se puede ver, por estos restos de mármol blanco que eran de las
lápidas, que los Hermanos Reyes fueron sepultados aquí, en la capilla,
juntos, entre la sacristía y el presbiterio, envueltos en el más
absoluto misterio, por lo inexplicable de sus suicidios".
Ten misericordia de los tristes y abatidos,
De quienes están solos o encarcelados.
De los pobres y desamparados.
De los enfermos y discapacitados.
De nuestros familiares y amigos difuntos.
"Que
habiendo tomado conocimiento de tales hechos, el clero ordena un
castigo canónico sobre la capilla condenándola con severidad, ordenando
su cierre. Dios, enojado con sus fieles, se retiraba de esta pampa y se
llevaba, la patena, el leccionario, el misal, la vinajera, los
candeleros y el digno mantel, señor."
Sostén con tu intercesión
a quienes se esfuerzan cada día por vivir el Evangelio,
Que se mantengan unidos los esposos.
Que han recibido el sacramento del matrimonio.
Que los niños y jóvenes asuman los ideales evangélicos.
Que no falte disponibilidad para consagrarse
en la vida sacerdotal y religiosa.
"Que
dicen que todos los habitantes de este pequeño poblado fueron a la
última procesión, con las imágenes de Vírgenes y Santos que abandonaban
la capilla en manos de hombres rudos que arrastraban sus pies
desconcertados, murmurando la oración a la Virgencita, hasta una
dependencia de la estancia donde permanecerían guardadas, en custodia."
Te pedimos que haya paz, alegría y prosperidad
en nuestros hogares, nuestra patria y el mundo entero.
Virgen del Milagro, ruega por nosotros que acudimos a ti.
Amén.
"Tiempo después, las tumbas fueron profanadas, alguien se robó los cadáveres."
Ibarrechea
diceelwaltergmail.com
Ficción, sobre un hecho real
Nota: Las autoridades eclesiásticas consultadas, admiten lo ocurrido pero se negaron a brindar mayores datos.
Los nombres de las personas involucradas y el lugar fueron cambiados y/u omitidos.
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