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viernes, 22 de abril de 2016

DANIEL SALZANO: ASÍ ES LA VIDA PIBE / CÓRDOBA / ARGENTINA


La vida es lo que se ve/ ese muchito que se presiente/ el recorrido del 36/ el bigotón de Chammás/ Dante Alighieri en un extremo de un bulevar/ las palomas que se acurrucan a la sombra del caballo del santo de la espada/ la vida es el azul del cielo cordobés en un día/ furioso/ de verano.



Ahora/ háganme caso y sigan las instrucciones:/ ocupen el centro de un círculo de 100 centímetros de diámetro/ abran los ojos/ flexionen el pescuezo/ extiendan los brazos y empiecen a girar sobre sí mismos/ a toda velocidad/ despeinarse vale/ gritar vale/ caerse vale y levantarse/ para volver a comenzar/ eso es/ así es la vida cordobesa/ fascinante/ inmediata/ arbitraria/ luminosa/ exaltante/ por eso es que las paredes hablan/ aquí.



La vida es como el cine:/ peleas/ pochoclo/ viajes/ celos/ olvidos/ sopapos/ nostalgia/ pasiones/ traiciones/ amores/ desencuentros/ clemencia/ milonga/ la vida es emoción/ loco/ por eso siempre resulta insuficiente.

La vida son las comidas que celebramos en familia sobre la vieja mesa de madera/ cubierta por un mantel a cuadros que tiene dos manchas de tomate/ una botella de vino Tomba/ manzanas amarillas/ y el mismo cuchillo del pan con el que yo le sacaba punta a los lápices/ lo tenía prohibido/ la vida es ese instante de miedo profundo/ en el que pueden descubrirte en la cocina.

La vida es un buen chorro de miel/ sobre una raja de pan con manteca/ la vida es el momento en el que termina un concierto en el Rivera/ y estamos tan sobrados de placer que sentimos/ cómo ruedan barranca abajo las muecas calientes de las lágrimas.

“La vida es lo que pasa mientras vos estás haciendo planes para otra cosa”/ grafiti popular.

La vida son los billetes de lotería enganchados entre sí en el escaparate de Barujel/ el treinta y cuatro mil nueve veintiséis/ el setenta y siete mil cero cero cero/ a la noche los números descansan/ no están para nadie/ duermen como muertos/ con la espalda dolorida.

La vida es la camisa que llevo puesta/ la mejor camisa de la ciudad/ es azul/ y tiene la manga izquierda dos centímetros más corta que la derecha/ para que pueda mirar la hora sin mayores contratiempos/ pregúnteme la hora/ y verán lo que sucede.

Y ahora, atendiendo a gentilísimos pedidos/ voy a recordar el texto de la súplica que improvisé mientras el cirujano mayor del Sanatorio Allende me pasaba una gasita por la aorta: oh señor/ deja que la vela siga ardiendo un poco más/ Señor/ no la soples no la soples no la soples.

¿Y los pibes?/ La vidita infantil consta, a saber/ de una revista apoyada entre las piernas escondida debajo del banco en el colegio/ del dibujo de un gato con los ojos verdes llenos de puntitos/ de un mapamundi con luz interior cuya única razón es la de girar a toda mecha/ de un diente de perro/ de una corbata blanca para hacer la primera comunión/ y de un reloj del que sólo sobrevive el segundero/ cada vez que la aguja avanza/ la vidita infantil se va extinguiendo/ se va exting/ se va ext/ se va.

La largada del clásico San Jerónimo/ ¡eso es vida!/ un besito en el labio superior/ dos huevos batidos con azúcar/ un zapatero con la boca llena de clavitos/ mi mamá llamando a las gallinas/ quiero decir que ustedes mismos/ después/ cuando crezcan/ y tengan un hijo/ lo tomarán de la mano/ lo sacarán a pasear/ por la ciudad/ y le dirán señalando alrededor/ así es la vida pibe/ Córdoba/ Argentina.

La vida es un día interminable/ los amigos se han ido/ todos se han ido/ y nos quedamos solos/ en la orilla.

La vida es el retrato de Chaplin que me tira un besito/ desde el ojo de la billetera.

La vida soy yo/ atravesando la plaza/ escribiendo con las manos en los bolsillos/ pisando la sombra de la gente/ la vida es un movimiento lateral de cámara/ que abarca la farmacia Minuzzi/ la galería San Martín/ el oratorio del obispo Mercadillo/ el Pan de Azúcar/ la sede de Talleres/ y el ciego que fuma fuma y fuma/ sentado en el umbral.

Decite algo de actualidad, Salzano: “Creo sinceramente que es posible poner orden en todo este absurdo argentino con una especie de gran carcajada histórica, sin que sea necesario hacer correr una sola gota de sangre”.



La vida/ decía/ es la ruta que arranca en el bulevar San Juan/ y termina en la esquina de Tucumán y el río Suquía/ cuando emprendan el viaje/ niños/ no traten de llegar antes que nadie/ al contrario/ rueguen para que la travesía sea larga/ rueguen para que la travesía los llene de recuerdos/ de aventuras/ y ahora terminemos esta nota/ con el estribillo de la canción del Sanatorio Allende: dejá que la vela siga ardiendo un poco más/ Señor/ no la soples no la soples no la soples.


Daniel Salzano

Nació el 22 de Mayo de 1941 en Córdoba, Argentina.
Sus poemas fueron publicados en distintas revistas literarias: Barrilete, Mitos, Monólogos, Acento, El Lagrimal Trifurca, El Escarabajo de Oro, Horizontes y Crisis, así como en los diarios La Opinión, Clarín de Buenos Aires y Últimas Noticias de Venezuela.
Recibió múltiples premios y distinciones, como la Cruz de la Corte de la Real y Americana Orden de Isabel la Católica, otorgada por el Rey Juan Carlos I de España (2001) y el Premio J.L. de Cabrera (1998).
Durante sus últimos años realizaba la columna Quienes y Cuándo en el diario La Voz del Interior, matutino donde escribía desde 1968. Estos escritos solían estar acompañados por una o dos ilustraciones a cargo de uno de los dibujantes del diario, Juan Delfini.
Junto a Jairo compuso numerosos temas musicales. Fue director del Cine Club Municipal Hugo del Carril de la ciudad de Córdoba. Falleció el 24 de diciembre de 2014 a los 73 años. Fue velado y posteriormente cremado.

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