¿Qué tal si declaramos al segundo sábado de octubre como el día nacional del huerfanito?
¿Qué tal si improvisamos entre todos unos versos? / uno fácil / mi mamá me mimaba.
Para conocer el número exacto de huérfanos de una población / se multiplica vida por muerte por nostalgia y se divide por dos / en Córdoba / hay 300 mil huérfanos censados / y yo.
Cuando la madre se muere es como si te pegaran un tiro / sólo que uno no puede andar por ahí mostrando la herida / a todo lo que aspiran los huérfanos en su día es a hablar un poco del asunto / frases cortas y precisas: / “cada vez que llovía, mi vieja ponía un vaso en el borde de la ventana y cuando la lluvia paraba tomábamos el agua / un traguito cada uno”.
Segundo verso: mi mamá me amaba.
Cada vez que se avecina el Día de la Madre me sucede lo mismo / empiezo escribiendo como si fuera muchos hombres juntos y termino haciendo cri cri / o como sea que lloran los insectos.
Este no es un verso pero podría serlo: ma me mi mo mú.
Cada vez que pienso en el niño que fui / la primera imagen que aparece es la de un libro fermentado por la lluvia / que encontré en el baldío de la esquina / lo pusimos al sol para secarlo / una mañana las páginas comenzaron a susurrar / el viento lo había curado / cualquier huérfano puede imaginar qué verso continúa / mi mamá me leía.
Los martes íbamos al cine / a ver tres películas por un peso / en los intervalos comíamos pan criollo / con manteca y azúcar / a mí me gustaban las de matar / y a ella las de llorar / en el día nacional del huerfanito / las entradas deberían venderse a mitad de precio.
El cine era una cosa santa / y las revistas / y la radio / las mujeres / con alfileres en los labios / iban y venían a lo largo de la vereda hablando de Oscar Casco / esas madres ya no están / pero esta sigue siendo nuestra tierra y nuestra sangre / levanten la mano para que pueda contarlos / huerfanitos.
Mi mamá cosía para afuera / y cuando me portaba mal me castigaba / haciendo que cosiera los botones / hoy / cuando se me sale un botón de la camisa / cierro la puerta / las ventanas / enhebro la aguja / y / bang / aparece ella / cada vez más bajita / más transparente / cualquier huérfano sabe de lo que estoy hablando / cuando corto el hilo con los dientes / bang / desaparece.
Mamá amasaba la masa.
Estoy envejeciendo / mamá / ya no me atrevo a caminar sobre las manos / enrollo la botamanga del pijama para regar la enredadera / leo dormido / y si me esmero / puedo escuchar las voces bajas que se arrastran por las distintas salas de mi corazón / coño / olvidaba contarte que me jubilaron.
¿Qué puedo decir de las madres que ustedes no sepan? / ¿que son abnegadas dulces generosas solidarias cariñosas? / eso es pan comido / probemos con otra variante: “Mi mamá tenía buena mano para las plantas y las hacía crecer hasta en las piedras” / flor de versito.
Primera página del libro Upa para huérfanos: Mi mamá no me mima / no me ama / no me amasa.
Mi mamá era hincha de San Lorenzo de Almagro / en serio / todos los españoles eran hinchas de San Lorenzo / una vez le regalé la insignia del club y ella la llevaba abrochada en la solapa cada vez que iba a visitar a sus hermanas / años después la encontré en una caja de galletitas Terrabusi / era una caja mágica / la abrías / y todas las cosas hablaban.
Daniel Nelson Salzano
(Publicado el 12 de Octubre del año 2013) Fuente: Quienes y Cuando Diario La Voz del Interior
Daniel Nelson Salzano fue un periodista, poeta y escritor argentino, nacido en la ciudad de Córdoba, en 1941 y fallecido en 2014, que había publicado sus trabajos en medios nacionales e internacionales
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