TRADUCTOR

viernes, 3 de abril de 2015

HENRY GOVANI AGUIAR SÁNCHEZ: LANZA LA MONEDA


Respiración contenida, ceño fruncido, mi pecho a punto de reventar y con la presión subiendo a la cabeza que poco a poco se llena no solo de miles de pensamientos y probabilidades, sino de un deseo incontenible de ver todo volar por los aires. Los aires, es allí donde he puesto hoy mi futuro, veo cómo el metal va formando una espiral ascendente mientras teje mi destino, como una araña que teje el nido para que su presa caiga rendida ante ella mientras se desplaza libremente hasta sentir las ataduras que marcan el fin de su camino, dichoso insecto, sentirse libre, en eso me diferencio, porque siento como mis pies están anclados a este suelo, y a medida que la espiral va ganando espacio al vacío, parece que la gravedad se ha ensañado conmigo y me siento prisionero sin reja alguna a la que abatir para desahogar mi frustración.

El verdugo lentamente retira su mano rindiendo pleitesía a lo que el azar decida, entonces veo el destello de la plata negándose a subir un poco más, ¡maldita prisión que sujeta mis pies!, ha hecho presa también al inerte metal que se desploma a una velocidad vertiginosa, ahora con torpes vueltas a las que el frío cemento espera con ansias para lanzarme sobre el hilo de la araña que devorará mis entrañas sin compasión.

Miradas atentas, ojos cerrados, bocas hambrientas de un resultado que derrumbará toda mi vida, –solo una mano más– me dije, como me había dicho decenas de veces, pero él ponía las reglas, y ahora, una asquerosa moneda que no puede comprar ni una mísera miga de pan, será quien decida el futuro del regalo más preciado que esta vida me dio, mi inocente Laila, cómo no me di cuenta que esto no era más que otro engaño de esta hiena sedienta sentada delante de mí, ni se ha molestado en ponerse de pie, con cada carcajada inclusive puedo ver las motas características del carroñero animal, ¡¿por qué tuve que incluirte en tan jugoso botín?!, no tenía derecho, mi adolescente niña ¿Cómo podré verte a los ojos? Y lo que es peor ¿qué verán tus ojos de ahora en adelante?

Siento la cabeza como si chocara contra un tren a toda velocidad, un silbido ensordecedor que me aturde poco a poco, miserable metal, a un palmo del suelo a punto de dar su veredicto. Resonancia de un palpitar acelerado que no puede más, silencio total. Todos atentos para ver el resultado del azar, de repente, un estruendo llama toda la atención, y el sonido seco y hueco de mi cráneo contra el frío hormigón retumba en el ambiente, inerte en el acto. 

En el último segundo todos los ojos cambiaron su rumbo, el metal frío como su interior cayó sin que nadie fuera testigo de la decisión del azar, ensordecido fue su chasquido, y rodó lentamente zigzagueando buscando las cloacas, en donde habitará hasta que llegue el momento de su próximo juego, de reclamar su próxima recompensa, vida por vida. Laila nunca supo el resultado del azar, la suerte ya estaba echada, la deuda ha sido pagada.















© Henry Govani Aguiar Sanchez.
http://anaquelliterario.blogspot.com/2014/12/antologia-microfono-abierto-2014.html
http://henry-aguiar.blogspot.com.es/

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

El comentario estará sujeto a la aprobación del equipo y su administrador. Gracias.