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viernes, 27 de febrero de 2015

CHUÑI BENITE: ÚLTIMAMENTE ME SIENTO HERMANADO, VAMOECÍ CON LOS VIEJO


(La siguiente publicación es extraída sin correcciones, de la fuente original.)

Últimamente me siento hermanado vamoecí con los viejo.


No é que los gurise no me asonbren. No, no é eso. Me mosiono cuando le veo al Repollo, su sojo abierto al mango, como si creyera que al abrirle lo má posible llegará ante la comprensión de este mundo que se le abrió de un modo brutal siete mese satrá, cuando salió de su planeta de pansa y agua. Amo su cabesita pelada, amo cómo le lebanta cuando está boca abajo en la cama, empantanado en las sábana como una tortuga en un charco de maís, amo cómo estira el cuello como si juera un periscopio, pa segir espiando y entendiendo un poco má. 

Pero con los viejo é otra cosa. Cuando les veo sentado en sus jardine lleno de planta "que ya no se usan" (lo cual le simporta un reberendo pedo, porque ello y lo que ya no están cuidaron toda la vida esas sandalia, eso selecho, esos malbone, y ni cobrando cualquier guita le cambian por un potus o una palmera ecsótica lenta), o abriendo suabemente el aire mientra avansan por la vereda, siento que ello y yo compartimo un secreto público: sabemo que vamo a morirno. 

Y sí, ya sé que todo saben eso, pero despué de una cierta edá, o despué de uno cierto sacontecimiento, uno ademá de saberle, le tiene presente. 
La vida, a la que siempre le veíamo el punto de partida nomá, empiesa a mostrarno todo lo día que taén hay un punto de llegada allá, en el final.

Empiesa ay la parte má desafiante del paseo, la de lograr que esa consiensia no sea una juente de tristesa, sino una probocasión para la alegría. 

Como cuando éramo pibe y con una tapa de mayonesa y un palo de escoba lográbamo vivir ciento de aventura formidable a caballo de una imaginación que jamá no dejaba en banda, llega también la hora de resiclar todo lo que tenemo a mano pa que el corasón siga enllenándose de cosas buena.

De a poco, si uno supo mirar el fondo de las cosa y aprender la parte correcta de las lecsione, la vida marabilla cada ves más. 
La mirada de Repollo no me haría lagrimiar si no supiera que vaber un día en que eso mismo sojo me tendrán que desir "chau, papá", y que en ese intante me quedaré plantado en la banquina de su ruta. Esa misma mirada no me enllenaría de alegría si no sintiera que su andar vastar repleto de amore.

Creo, ademá, que los viejo saben cuando la muerte llega, pero que por una espesie de pacto, o de simple gentilesa de otros tiempo, se lo guardan y no le cuentan a nadie. Siento que mi viejo, el último día, no lo contó de puro guapo nomá, porque consideró que era un trámite que tenía que aser solo, como cuando en Sanfer avía que bailar con la más fea en los partido jodido. 
Mi abuela también sabía, y por eso me dijo "tené que ser muy felis" cuando le fui a ver al sanatorio ante de irme en aquel viaje.

Los viejo que envejesen hací, aprendiendo sin apuros el juego éste, se riyen con algo de picardía y algo de melancolía de que las cosa se espliquen tanto cuando ya casi casi no sirve de nada toda esa claridá.

Despué se van, la espalda doblada, el oído atento. Las mano que tiemblan y el alma que no. Listos para otros camino.





Chuñi Benite
Acsion Nerética Resistencia
www.angaunoticias.com.ar

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