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viernes, 10 de octubre de 2014

DANIEL SALZANO: LA PÁGINA DE LOS MUERTOS



De la misma manera que lo hacía mi papá / y el papá de mi papá / yo / como se despereza una rosa / abro el diario por la página de los muertos y paso la yema del pulgar por los retratos de la humanidad inmóvil: Fito / Diego / Eduardo / Julia / Turco / los conozco a todos / nos hemos cruzado en la Municipalidad / hemos jugado al ajedrez en la biblioteca Vélez Sársfield / nos gusta King Kong​ / nos gusta Casablanca / hicimos la primera comunión en barrio Pueyrredón / no me extrañaría haberles cedido el paso en la puerta giratoria del Correo.

Me demoro todo lo que puedo en su página / me fijo en sus edades / las comparo con la mía / después hago la resta / dentro de siete años /calculo / ya habré muerto / ojalá ilustren mi necrológica con la foto en la que estoy mirando a mi mujer / estábamos en la esquina del Jockey / esperando el guiño del semáforo / tendría que haberme muerto en ese instante / hubiera ido al cielo como tiro.


Y ahora me pregunto: / ¿aceptaría vivir 68 años como este Alipio Flores de barrio Los Naranjos? / ¿72 como esta Blanca María viuda de Basavilbaso? / ¿me avendría a vivir 45 años como César Vallejo a cambio de escribir como los dioses? / ¿ 33 como Cristo? / ¿39 como Newbery?


Pasan los muertos / lectores / queda la gente.


La de los muertos es la página más sosegada / más que las farmacias de turno / la cartelera de espectáculos / si las juntásemos a todas / una por una / ordenadamente /obtendríamos el libro de actas de la tribu de la Nueva Andalucía / somos lo que somos porque ellos fueron lo que fueron / joder.


Cuando paso la yema del pulgar como una rosa / por la cara de Fito y Diego y Julia / me asaltan varios pálpitos: / a) los muertos duermen todos en la misma cama / b) entran al cine sin pagar / c) desayunan en el Sheraton y antes de abandonar la mesa roban bolsitas de sacarina.

Hay veces / cuando escribo / que escucho su chamuyo a mis espaldas / ¡Ah! / mirá / acá está escribiendo Daniel / el hijo de Vicente /el ferroviario que trabajaba en el Belgrano / y se casó con una modista de Alta Córdoba.

En una novela de Tarzán / leí que en el corazón de la jungla de Sumatra existe una tribu de pigmeos / que / para que sigan viviendo / entierran a los muertos con nombres cambiados / entonces Ringo Bonavena​ estaría vivo todavía / y como te digo Ringo te digo la señorita Tomasa / la de tercero / un día resbaló en la tabla del ocho / y desapareció.


La página de los muertos / ese sí que es un buen tema para una composición / saquen una hoja / y ajústese los machos / lectores.











Daniel Salzano
Periodista, escritor.
Extraído de: QUIENES Y CUANDO
Diario LA VOZ DEL INTERIOR 

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