EL ENCANTADOR DE PÁJAROS

Corre niño que el que no corre, vuela.
Le decía Ana, su abuela.

Y sus jaulas eran de madera y alambre y algunas de caña.
José miraba entre las ramas, y las sombras movedizas entre las hojas.
José sabía que allá estaba el llamador. 
José sentía que el trampero entrampaba.

Los pajaritos de José cantaban todos juntos, cuando José les cantaba. 
Las jaulas se colgaban en las ramas de los árboles.
La mamá de José, no quería saber nada con tanto bullicio, cuando José cantaba.
Y de noche las jaulas se amontonaban en la galería del patio.

¿Cuántos pájaros hay en todas tus jaulas José?
Le dijo Humberto, su papá.
Cientos -dijo Enrique el mayor de los hermanos-.
No lo sé señor -dijo José-.

Ya no hay que darles de comer. Le dijo Dora Eufemia, su mamá.
Les daré mi comida, mamá.
Alborotan todo el vecindario. Le dijo María Susana, su hermana.
Los haré callar para que duermas, hermana.

Había más jaulas llenas en el pasillo.
En las tapias linderas a los vecinos.
En los muros del baño del fondo.
En las columnas de la habitación sin terminar. 

-Lo mejor será soltarlos.
-Si, de una vez por todas.
-Quédate con cuatro o cinco.
-Elije los más lindos.

La pelota de cuero quedó entre los geranios.
El "yo-yo" colgaba de un  clavo.
El camioncito de madera estorbaba el paso.
El rifle de lata quedó durmiendo en la cama.

Siempre dije que el que no corre, vuela
alcanzó a decir Ana, su abuela, cuando se enteró que José no fue a la escuela.
El sargento Ramírez, de la policía, no entendía nada.
Lo estamos buscando por el monte y por las sierras -aclaraba-.

José se fue con la bandada.   (Sus hermanos gritaban.)
Lejos, lejos.                               (Su mamá lloraba asustada.)
Por los cielos.                           (Su papá lo llamaba con calma.)
Y en sus alas,                            (José volaba.)

(a mi maestro)

Berenice Weber
http://diceelwalter.blogspot.com