TRADUCTOR

viernes, 27 de junio de 2014

AL IBARGUREN: SI NOTA ALGO FUERA DE LO COMÚN...



SI NOTA ALGO FUERA DE LO COMÚN…¡ GRÍTELO!

Aquella mañana había elegido para tomar mi desayuno, una confitería ubicada justo al frente de la cañada. Elegí una mesa de la vereda, la que estaba más cercana a la calle, y llamé al mozo para pedirle un café.
¿Por qué me miraban con cara de ternero degollado? ¿ nunca vieron una mujer ? 
– pensé cuando me acomodé mejor en la silla-
¿Y usted señor que mira? –le pregunté a los de la mesa de al lado- no estire su cogote para curiosear, aténgase a leer su diario, y usted señora… ¡señora curiosa! ¡la pesqué!¿para que usa anteojos negros? Parece que no ve, pero no perdona nada, avise si nota algo  fuera de lo común, pero grítelo, así se enteran todos, ja
Lo cierto fue es que mi razón trataba de ponerse de acuerdo con el medio, por eso contemplaba a todos como si fueran bichos raros, para colmo la paloma que se posó en mi mesa se convirtió en servilleta, las mojigangas que le dedicaba a los niños que pasaban caminando por la vereda de la mano de su madre, los hacía llorar, y ésta situación me provocaba risa, pero lloraba con ellos.  Y, no sé por qué, las madres apuraban el paso al darse cuenta.
Hasta que el viento sur hizo de las suyas y desparramó el diario del buen señor que me espiaba  azorado, nada más ni nada menos  que por mi territorio, y eso de verdad me enojó. Por eso crucé la calle corriendo, persiguiendo los restos de ese pasquín de mala muerte.
Cuando hube juntado todo el ejemplar, me dieron ganas de hacer un viaje, por eso, tomé la hoja de los clasificados, que no sé por qué, había guardado en mi cartera, e hice un magnífico barco de papel y lo llevé al agua. Pronto,  y gracias a la correntada, esquivó piedras, tapitas, giró en un remolino, y siguió, y se hizo más fuerte, más valiente, y soportó tempestades hasta que…hasta que te vi.
Te vi navegando placentero, tranquilo, como un auténtico capitán al mando de su timón. 
Te vi, cuando me saludaste con tu enorme sonrisa, y te acercaste,  me  ofreciste muy gentil tu mano, para ayudarme a subir  a aquel preciado barco de papel que nos llevaría por mi amada cañada…
¡Hey!  Señor…Si, a usted le digo… -grité mientras me alejaba-
¡Le cambio el barco por el café, que ya debe estar servido!.....













Al Ibarguren
alciauv@yahoo.com.ar
Zona de los archivos adjuntos

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

El comentario estará sujeto a la aprobación del equipo y su administrador. Gracias.