CAÍDOS
Amanece
mi amante duerme
en las orillas de sus labios
emerge el sol resplandeciente
el tinte dorado de sus parpados
se baña en el lustroso liquen de la aurora
hicimos el amor toda la noche hasta el abismo
en que nos confundimos sin saber quiénes somos.
Desgarrados caímos
maltrechos, malheridos, agotados
y en lo más oscuro del amor profano
en lo más ardiente de la pasión inmensa
que engendrara nuestro amor pagano vi
que amanecimos más allá de extraviados destinos
y más acá del olvido por todos los seres perpetrados
en la ojeras que ha prendido la noche en su bello rostro.
Y siento y agradezco y mil veces digo
bendito sea Dios por este instante que permanecimos
consumados y caídos.
NO ESPERES A MAÑANA
Ven, tómame hoy, no esperes a mañana para ligarte a mí,
aún estás a tiempo, anda vida anda.
Ven, bebe de mi hasta la tortura, toma lo que deseas,
embriaga tu apetito con mi sangre hasta el hartazgo,
amárrame sin grilletes ni mordazas,
para que ya nada me conmueva y pueda liberarme,
vierte en mí tu acento plural y cúbreme de azahares.
Tómame hoy como tú lo deseas y cuanto te plazca,
inúndame de luz renovadora,
expande toda la lujuria vil
sobre la piel más áspera y amarga de la devastación
que la nada y la lascivia te provean.
Tómame de una vez y para siempre, no me dejes ahora,
despeja las tinieblas que en mi mente se agitan,
quítame esta inquietud que ronronea famélica
entre los pliegues de la impudicia desquiciada.
Tómame, mastícame, enciéndeme por siempre te suplico,
desflórame, amalgámate, poséeme,
lacérame, colma sin piedad tu sed y sacia tu gula inextinguible
mientras la tarde testigo se desgarra impotente
atornillada, desangrándose moribunda
en las fauces cerradas de las aguas eternas
Ven conmigo, pronto, no tardes, no esperes a mañana.
EL OJO
Me rueda el ojo
me rueda por el cansancio
me rueda por el hastío
me rueda por los confines
del amor y el desengaño
Me rueda
rodando lejos
aledaños de alegría
que una vez se recostaron
en la sonrisa de un sueño
Me rueda
me rueda el ojo
me rueda tanto
que ya no puedo atajarlo
De mi libro: “Signos Vitales”
Autor: NORBERTO GARCÍA YUDÉ
Escritor y editor
mi amante duerme
en las orillas de sus labios
emerge el sol resplandeciente
el tinte dorado de sus parpados
se baña en el lustroso liquen de la aurora
hicimos el amor toda la noche hasta el abismo
en que nos confundimos sin saber quiénes somos.
Desgarrados caímos
maltrechos, malheridos, agotados
y en lo más oscuro del amor profano
en lo más ardiente de la pasión inmensa
que engendrara nuestro amor pagano vi
que amanecimos más allá de extraviados destinos
y más acá del olvido por todos los seres perpetrados
en la ojeras que ha prendido la noche en su bello rostro.
Y siento y agradezco y mil veces digo
bendito sea Dios por este instante que permanecimos
consumados y caídos.
de mi libro; Esa muchacha
NO ESPERES A MAÑANA
Ven, tómame hoy, no esperes a mañana para ligarte a mí,
aún estás a tiempo, anda vida anda.
Ven, bebe de mi hasta la tortura, toma lo que deseas,
embriaga tu apetito con mi sangre hasta el hartazgo,
amárrame sin grilletes ni mordazas,
para que ya nada me conmueva y pueda liberarme,
vierte en mí tu acento plural y cúbreme de azahares.
Tómame hoy como tú lo deseas y cuanto te plazca,
inúndame de luz renovadora,
expande toda la lujuria vil
sobre la piel más áspera y amarga de la devastación
que la nada y la lascivia te provean.
Tómame de una vez y para siempre, no me dejes ahora,
despeja las tinieblas que en mi mente se agitan,
quítame esta inquietud que ronronea famélica
entre los pliegues de la impudicia desquiciada.
Tómame, mastícame, enciéndeme por siempre te suplico,
desflórame, amalgámate, poséeme,
lacérame, colma sin piedad tu sed y sacia tu gula inextinguible
mientras la tarde testigo se desgarra impotente
atornillada, desangrándose moribunda
en las fauces cerradas de las aguas eternas
Ven conmigo, pronto, no tardes, no esperes a mañana.
De mi libro: “Andrina cautiva”
EL OJO
Me rueda el ojo
me rueda por el cansancio
me rueda por el hastío
me rueda por los confines
del amor y el desengaño
Me rueda
rodando lejos
aledaños de alegría
que una vez se recostaron
en la sonrisa de un sueño
Me rueda
me rueda el ojo
me rueda tanto
que ya no puedo atajarlo
De mi libro: “Signos Vitales”
Autor: NORBERTO GARCÍA YUDÉ
Escritor y editor
realmente la lectura de estos poemas deja claros y bellos signos vitales. placer en leerte. susana zazzetti.
ResponderBorrarGracias por tu comentario, gracias por leernos.
BorrarNorberto es un poeta nato. Toda su obra hunde sus raíces en un lirismo profundo que revela la dimensión de su espíritu manifiesto entre los avatares del cielo y la tierra. En cada uno de sus libros se advierte al hombre comprometido con la vida, el amor y las otredades de esa bidimensionalidad que lo caracteriza.
ResponderBorrarGracias por tu comentario, nos alienta a seguir con ilustres invitados. Gracias por leernos.
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