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viernes, 11 de abril de 2014

IBARRECHEA. "CÚTER" CUENTO OCHO



                                                                          VIII
-Buen día señoras y señores escuchadores de ¡Tal como es! El programa de radio más popular en la región, que tiene hoy una nota exclusivísima con el periodista Facundo Arenas que vino de la capital a visitarnos a este valle de lágrimas y desencantos donde moramos. Este amigo que hoy está aquí -decía frente al micrófono el locutor-, tiene como misión la de investigar algo que tiempo atrás nosotros mandamos al olvido, lo mandamos sin retorno por orden vaya a saber de quién, y quiero decirles que es algo cargado de misterios. Mi nombre es Juan Carlos Avendaño, y les pido me dejen entrar en sus hogares a través de las ondas de esta maravillosa emisora. ¡Tal como es! Es un programa de entretenimiento, noticias, diversión y buena música emitido desde RWT990 "La Voz Sanvicentina" para serviles.
Pero como es habitual en nuestro programa, primero les informamos los datos del tiempo a esta hora de la mañana.
-¿Qué hora es?
- Nueve de la mañana, un minuto.
-¿Qué temperatura tenemos?
- Veinticuatro grados.
-¿Qué pronostica para el día de hoy la Oficina Meteorológica Nacional?
- Cielo algo nublado por la mañana, luego se irá despejando lentamente y el calor irá en aumento hasta llegar la temperatura máxima a los treinta y seis grados por la siesta, con probabilidad de lluvia en horas de la noche, por una entrada de aire húmedo que proviene del atlántico.
-Esta información es un aporte de.
-TACA, el mundo es más pequeño viajando con los jets de TACA International Airlines..!
-El agradecimiento a TACA. Por su aporte para la realización de este programa, y hoy, en homenaje a nuestro valiosísimo entrevistado, don Facundo Ismael Arenas, periodista hacedor de investigaciones en base a testimonios relacionados, escucharemos una vieja canción de Tito Castañares y Bolo Valladares, por Los Románticos de la Rumba. "No se porqué"
(escuchamos la canción)
- Vaya, vaya, vaya. ¡Qué de recuerdos nos trae esta canción y vayan preparándose señores escuchadores! Pero ahora una noticia de último momento que nos alcanza nuestro servicio informativo de la prestigiosa emisora radial RWT 990.   
(sale al aire la voz de un locutor al cual no alcanzo a ver)
"Será inaugurado en los próximos días el primer transporte público a través del río Imbuté que unirá los embarcaderos de la ciudad de Nueva Imbuté con la ciudad de Manvatará a un costo no precisado por las autoridades, que justifican la inversión en bien de la actividad turística."
- Seguramente -acota Avendaño-, semejantes gastos porque si, cosas de meras costumbres mal entendidas por demagogia que van en perjuicio de nuestros caídas arcas públicas, son realmente unos actos viciosos y hasta arbitrarios si se quiere -levanta la voz y dice-, ¡es recomendable siempre un mejor manejo de estas cuestiones económicas para que tengamos una inversión más justa en obras que beneficien a todo esta comunidad y no a unos pocos, señores gobernantes! -aplausos en la mesa del programa-. Pero vamos con nuestro invitado. Facundo,¿cómo es que tu has llegado a este valle?¿Puedes contarnos con el más exquisito lujo de los detalles todo desde el principio?¿Qué hace un capitalino como tu aquí?
- Si, claro que si -le hablo a él pero mirando hacia el micrófono, con total certeza-, mira yo soy corresponsal del diario "Tiempo de Reformas" y una mañana que entré al despacho de mi jefe, el señor Agenor Castro, escuché decirle por teléfono al señor director de la editorial, algo así como. "No crea usted señor Director que no estoy al tanto de la situación financiera de la editorial, pero si usted me permite y sin más ánimo que el de salvaguardar nuestra fuente de trabajo, coincido plenamente que alguna medida al efecto debemos tomar." -así decía el señor Agenor Castro mientras miraba por la ventana de su oficina hacia la ciudad-. 
- Es impactante lo que nos cuentas. Habla sobre aquella conversación Facundo.
- En realidad era algo que nos interesaba a todos, pero yo fui el testigo privilegiado y mi jefe siguió diciéndole que tampoco creía necesario que el despido de la gente nueva, la de menor antigüedad, sea el resultado que ellos buscaban. "Usted sabe que también la competencia tiene sus problemas y recuerde que el sindicato aquí es muy fuerte" -yo veía que se sacudía la ceniza del cigarrillo en el pantalón-. Escúcheme, -le dijo haciendo una enorme pausa-. 
Le proponía que "quitásemos letra" -vi que aspiraba el humo y lo soltaba por la nariz-. 
- ¿Qué significa eso de quitar letra?
- La propuesta era "bajar" el horóscopo diario, la página de artes y espectáculos y nos meteríamos de lleno en publicar avisos clasificados a mitad de precio y publicaríamos historias sensacionales. - él se acomodaba la corbata y apagaba el cigarrillo en el cenicero-. 
Le pedía que le consiga un mes más. "Es mi propuesta de la cual me hago enteramente responsable. En este mes recortamos un pliego del diario y pongo a trabajar a todos estos diablos en una idea brillante que tengo" -hizo una nueva pausa, y parecía estar escuchando lo que su jefe le decía, mientras miraba las aspas del ventilador suspendido en el techo-. 
Luego le respondía que eso de la publicidad estaba agotada, y que todos ahora andaban buscando los periódicos a color. "Mire usted, -le decía-, si quiere echar  a alguien, hágalo con los del departamento de publicidad, esos no son del gremio, y es muy alto el porcentaje de ganancias que acumulan, pero a mi gente no."
Y luego agregó. "Espere a que me jubile si quiere cerrar el Tiempo de Reformas de paso mata dos pájaros de un tiro" -se reía el señor Castro mientras hacía girar su sillón y volvía a mirar por la ventana hacia fuera-. 
"Le hable de tiros ¿No? La idea brillante que tengo es poner a trabajar a los más jóvenes, ellos vienen de otra escuela, pues que se formen como me formé yo. Que caminen las calles en busca de historias." -él hace otra pausa y parece escuchar con cierta atención, levanta la vista de unos papeles y me mira fijamente, entonces le contesta que si, que podía ser y sigue hablando él- "Está bien, solo le pido un mes, señor, si en un mes nos salvamos pagando al menos los intereses de la deuda, de aquí no se va nadie y empezamos a ser lo que éramos" -acomodaba los papeles y los guardaba en el primer cajón-. 
"Le mando un abrazo, y olvídese de esos subsidios engañosos. Y no se olvide, lo que le sugerí, vaya diciéndole a sus, entre comillas socios, que pueden retirarse. Yo soy su amigo señor Fontana. Déme usted un mes y saludos cordiales a su señora." Ésa fue la conversación que yo escuché Juan Carlos.
- Vemos que la situación nos afecta a todos por igual, sino tenemos aporte del gobierno en cuanto a publicidad oficial, estamos fritos -dice Avendaño-. y me encanta esta forma tan particular que tienes cuando te expresas que nos vas llevando al caracú de la cuestión, casi sin darnos cuenta, colega. 
Si, gracias. Creo que la conversación se imponía así, porque fue muy importante para mí. Y luego colgó el teléfono, encendió el cuarto cigarrillo de la mañana y miró la hora en el reloj de pared, llamó a su secretaria y le pidió que reuniera a todo el personal presente en la planta.
"Quédate ahí" -me dijo mientras buscaba un cepillo de calzado en el cajón de abajo y repasaba sus zapatos negros, pronto llegaron los delegados de cada área a su despacho-. 
"Tengo malas noticias"-nos empezó diciendo, pero no hubo un gran asombro entre el personal por la situación financiera del periódico tal cual recuerdo, nos explicó a todos, y hasta los mismos delegados de cada sección, se mostraron interesados en mantener la fuente de trabajo con cierto optimismo. La falta de insumos era lo más preocupante y el recorte de cuatro páginas era una solución considerada con cierto desagrado pero finalmente aceptada luego de dos horas de deliberaciones-.
Recuerdo que una vez finalizada la larga conversación y de escucharlo atentamente, salimos todos, yo fui el último, después de entregarle mis notas del cuaderno de las malas noticias, donde estaban cronicados  los diversos accidentes y hechos policiales con final triste de la semana. 
- He leído con atención, amigo Facundo una nota relacionada sobre un tipo que va en el auto en busca de su amada y choca y se da vueltas con el vehículo. tu dices que llegaste antes que la ambulancia y encuentras un cuaderno que el fulano venía escribiendo, algo así como... Sus memorias, digamos ¿no?.
- Si Juan Carlos, de allí surge la idea del nombre de la columna. "El cuaderno de las malas noticias."
- Facundo, vos no escribes los finales de las historias que publicas en tu columna, nos dejas a tus lectores con un final abierto y por eso amigo, te aprecio, pero puedes contarnos ahora realmente, ¿qué pasó con el fulano ése del auto?
- Malas noticias.
- Chingada.
- Murió camino del hospital.
(Silencio en el estudio)

- Sigue contándonos ahora sobre tu historia que te trae por aquí, Facundo.
- Al día siguiente me mandó a llamar con la nueva empleada, el señor Agenor, quería hablar a solas conmigo, y ella me dijo que seguramente el señor jefe de redacción empezaría con una serie de despidos y que "lamentaba mucho que yo sea el primero en salir." Mientras parecía simular que caía en desgracia y forzaba la aparición de alguna lastimosa lágrima. 
(Risas en el estudio)
- Recuerdo que la puerta hizo un extraño sonido que nunca antes había percibido, cuando ingresé, era como si de repente hubiese envejecido y sus bisagras se quejaban de dolores no denunciados. Me dijo que pasara, lo hizo con un acento triste y abatido y en ése mismo tono, me dijo que yo tenía una gran oportunidad.
"No sólo serás uno de los que salvarán a este diario del diablo, chico, sino que salvarás tu pellejo de escribidor, pues seré yo mismo tu corrector, hazme el favor de averiguar qué carajo pasó realmente con este crimen, hurga buscando mugre aún donde creas que no la hay y mándame todos los días de tu vida, un informe de lo que has hecho. Ahora vete, ahí tienes todos los datos y escucha bien pendejo, seré yo quién te pague el sueldo, las bonificaciones y tus aportes, porque creo que ya están redactando tu despido, en curiosas letras góticas"
(Risas nuevamente)
- Recuerdo que me palmeaba la espalda el señor Agenor Castro. Y después de vaticinar mi futuro, fumamos juntos por un rato en silencio y luego hablamos de fútbol y de su conversación con el señor Fontana, el director. Luego, sin mirar los archivos que me había entregado salí de su despacho, lo hice en cuanto los llamados telefónicos empezaron a incomodarlo, y pensé que aquel ruido de la puerta al abrirla siempre había estado, desde el primer día en que la pusieron y que nunca nadie le había prestado atención.
–Es una señal, una buena señal -le dije a Clarita la secretaria, que sonriente la muy zorra, me había preguntado cómo había resultado mi conversación con el señor Castro-. 
(De nuevo risas)
- Le hice un gesto con los dedos que pareció no entender, bajé las escaleras y salí a la calle con los papeles acomodados en mi portafolio de cuero, éste que usted ve amigo Juan Carlos, me acompaña desde que empecé a buscar trabajo. Y es así que llegué a mi habitación, busqué una estampita que me había regalado mi madre en la oportunidad que ella y yo viajamos a conocer a mi madrina y que mi madrina nos llevó a conocer a un señor amigo laico, que nos llevó a conocer el cura de un pueblo que no me acuerdo como se llama y que todo el mundo cree que hace milagros con sus manos temblorosas y viejas apoyándola en la frente de los creyentes. 
-Disculpa Facundo ¿era el cura Victorino Barboza? Él hacía eso allá en Campo Bonito.
- Juan Carlos, Yo tenía apenas ocho años cuando eso sucedió. No lo recuerdo bien, pero me propuse hacer lo mismo, puse la estampita sobre mi frente y luego la besé y la guardé en la billetera que me regaló una ex novia llamada Ángela, en un paseo por las grandes tiendas y que me hizo jurarle que siempre le escribiría cartas de amor, más aún sabiendo que como yo en aquel momento era un soldado de la nación y que vestía un brillante uniforme, yo podía ser mandado por mis superiores a una supuesta guerra por ese tema de las fronteras, algo de nunca acabar. 
- Disculpa Facundo, ¿ahora qué edad tienes?
- Veintiocho Juan carlos y como les decía, ella nunca me pidió que le devolviese los regalos y ahora la recuerdo, la recuerdo cuando nos despedimos en una iluminada esquina, después de un largo beso, una tarde de fuerte lluvia y viento que le sacudía la corta pollera que llevaba y que le mostraba definitivamente aquellas hermosas piernas que tenía y ¿sabe una cosa? Aquellas lágrimas me parecieron gotitas verdaderas en el diluvio. 
Nunca más la volví a ver y le fallé en mis cartas. Ahora pienso en Ángela. 
-Dime amigo Facundo Arenas, explícale a la audiencia de nuestra querida emisora, RWT 990 "La voz Sanvicentina." Dime amigo periodista colega, y diles tu mismo a toda esta enorme audiencia de escuchadores que tenemos en este valle, que fue lo que te encomendaron en tu editorial, a quienes saludamos desde aquí y les mandamos un enorme abrazo, ¡eh colegas! Un abrazo enorme a todos ustedes allá en la capital. Pero antes de ir a nuestros anunciantes, voy a anotar una frase de nuestro amigo que me quedó grabada en mi mente y en mi corazón. "Aquellas lágrimas me parecieron gotitas verdaderas en el diluvio." Ángela, querida Ángela, si lo estás escuchando a Facundo, llámalo aquí a RWT 990 La voz Sanvicentina ¡que vive en todos los hogares..!
(Espacio de anuncios comerciales)
Tres minutos después.

- Aquí estamos amigos escuchadores, y les recuerdo que nuestro invitado de hoy es el prestigioso columnista de la sección llamada "cuaderno de las malas noticias" del diario Tiempo de Reformas y que es de la capital de nuestra nación, el periodista y amigo don Facundo Arenas, que nos visita para recabar información sobre algo que pasó en nuestra ciudad, y realmente pasó como una estrella fugaz. Una noche que era de gloria para nuestro pueblo hace casi veinte años y donde por extrañas razones aún no dilucidadas ni por la justicia, ni por los sucesivos gobiernos que tuvimos, pasó a ser una noche de sangre y de un profundo misterio. Una noche donde murieron asesinados cuatro hombres que luego supimos, habían sido integrantes de la tristemente célebre Turma sem Bandeiras, aquellos que robaban y mataban bajo el lema de que, la tierra es nuestra, desde los años en que nuestros abuelos eran jóvenes. Entonces amigos escuchadores luego de prestar atención a esta nota que repetiremos durante todo el programa, tienen ustedes la oportunidad para llamar a esta querida emisora, a este programa que es un éxito en la región y que se llama "Tal como es," para decirnos qué es lo que recuerdan ustedes hagan un esfuerzo son apenas veinte años y como dice la letra de un tango argentino, "veinte años no es nada."
Ahora Facundo nos dirá que fue lo que te encomendaron en tu editorial.
-Si, por supuesto. Me encomendaron que averigüe todo sobre Cipriano Joaquín Tavares, alias "Cúter, el matador."

(Continuará)



Tiene derecho de autor
Copyright 2013
Capítulo correspondiente al libro "CÚTER"
Autor: José Antonio Ibarrechea 
http://diceelwalter.blogspot.com
"PASEN Y VEAN"
diceelwalter@gmail.com
Walter Ricardo Quinteros

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