TRADUCTOR

viernes, 25 de abril de 2014

RELATOS SELECCIONADOS POR EL AUTOR

MI MAMÁ ME MIMA

    Las cenizas de mi madre se fueron diluyendo en la laguna Setúbal, cerca del puente Colgante, en Santa Fe, tal cual como ella quería y se hizo así su voluntad.


    Adivinen quién lloraba en un prolongado silencio mientras miraba el movimiento del agua y los piés se le hundían en el barro de la orilla.

    Mi mamá había sufrido por años las calamidades de una artritis reumatoidea que la agotó completamente y que antes de entrar a la sala de Terapia Intensiva por su corazoncito exhausto, y empezar a recorrer la larga escalera que la llevó hasta el Cielo arrastrando sus bondades, me tomó de la mano y me lanzó una tierna despedida.

    Mucho tiempo antes, en aquella época en que ella era la flaca más bonita y elegante que anduviese por el pueblo donde nací, en la época en que su cabello le caía en largos rizos hasta la mitad de la espalda y sus ojos te miraban y te desarmaban ché, con ese pestañear tan dulce que tenía, mi viejo orgulloso, se valió de un generoso clavo de acero de dos pulgadas, para incrustarlo en la pared de ladrillos a puros martillazos, para colgar allí, el enorme diploma de modista que mi mamá ostentaba.

    Entonces, en aquella misma época, yo me trepaba a las sillas de madera, apoyaba los brazos en la mesa y la cara sobre mis manos para verla trabajar.

   Ella ponía el molde sobre la tela, y con la tiza y las tijeras le daba forma al vestido de moda que le encargaban, y que luego hilvanaba prolijamente, y finalmente, en la máquina de coser "Singer" hacía ese sueño una hermosa realidad. Una belleza.

    Por las siestas, mi mamá, la señora Orietta, leía con avidez la revista "Vosotras" y suspiraba con las novelas de Corín Tellado.
    - Ahá! pibe del Pasen y Vean, ahora sabes porqué te llamas Ricardo-.

    Por la noche los dos escuchábamos la radio.
    A veces bailábamos entre le living y el comedor, las canciones que después de la señal que las emisoras lanzaban al aire y que con voz metálica anunciaban aquellos locutores en sus programas.

    A mi mamá le gustaba escuchar a Agustín Magaldi, Antonio Tormo, Tránsito Cocomarola, Cuco Sánchez, Tarragó Ros (padre) y un montón más.

    A mi mamá le gustaba sorprenderme con meriendas asombrosas cuando volvía de mi escuela.
    Te con scones.
    Leche chocolatada con bizcochuelo.
    Arroz con leche con jugo "Royalina" o una "Teem" o una "Bidú" o una "Crush."
    Café con leche y pan casero.
    Tortas fritas con mate cocido.
    Hasta hacía con sus hábiles manos, enormes cucuruchos de papel que rellenaba con el rico maíz piscingallo. El pororó .
Una Delicia.

    Cuando llovía nos sentábamos en la galería de casa, para sentir el aroma de la tierra mojada. Díganme señoras y señores, si eso no es poesía.

    Cuando hacía frío, ella me abrigaba.
    Cuando hacía calor, ella me daba algo fresco.
    Cuando tenía fiebre, ella me llevaba al médico.
    Cuando empezaron las clases, ella me llevó a la escuela.
    Cuando hizo falta, ella me llevó al hospital para que me vacunen.
    Y hasta me hizo un trajecito de Granadero Soldado Heroico, para que gritase que moría contento porque habíamos vencido al enemigo, en una memorable actuación escolar.
Unas bondades.

    Bondades que sólo las madres nos pueden brindar.
   A mi me soltó de a poquito las manos, cuando logré un sorprendente equilibrio, y mi bicicleta siguió su rumbo con vuelo propio, por las callecitas de la ciudad de Deán Funes, mientras yo seguía pedaleando en contra del viento y aferrado al manubrio.

    Ahora mismo, me parece sentir su presencia atrás mío, guiándome en cada uno de mis emprendimientos y seguramente, si me doy vuelta y la veo secándose las manos en su delantal, la estrecharía en mi más cálido abrazo.
O me dejo sacudir con un tremendo reto de los suyos por desobediente.

    Recordar a mi mamá Orietta, es pura poesía.
    Escribir sobre ella, es emocionante.

    Les cuento que mi "vieja" era Chaqueña, nacida bajo el signo de Aries, en la Ciudad de Resistencia. Que era una diosa esplendorosa bailando chamamés. 
Una imagen preciosa haciendo malabares en la cocina.
Experimentada tejedora de sueños y proyectos multicolores con sus ovillos de lana, que terminaban en estupendos pullóveres o magnícos entramados de nuestras mantas.
    Díganme si eso no es poesía.

    A veces viajo hasta la ciudad de Santa Fe para hundir los pies en el barro de las orillas de la laguna Setúbal, y desde allí, le arrojo una flor a esas aguas marrones donde eligió descansar.

  A veces paso por los puentes sobre el río Colastiné, y antes de meterme en el melancólico túnel subfluvial, siento un fuerte tirón de orejas. Seguramente, por esta vida de bohemio y aventurero que vivo.
   ¿Acaso eso no es poesía?

    Hablemos de poesía.

    Mi primer verso lleno de amor,
    el más emocionante,
    el más puro y sincero que haya escrito,
    se llama...
    "Mi mamá me mima."

DISTANCIA

Te regalo mi mejor sonrisa

te platico como un poeta, quisiera
para decirte te quiero
(te lo digo)
y varias veces, como me oyeras,
pero vos solamente sonríes,
para hacerme feliz.

Te regalo ésta y mil flores,
te canto la canción que quieras,
para alegrar a todas tus estrellas
(caídas del cielo)
y al arco iris de tu cabello
pero vos solamente sonríes,
para hacerme feliz.

Me basta tu sonrisa,
me alcanza tu voz la brisa,
de repente me quieres
(según me dices)
y es la distancia la que nos une
pero vos solamente sonríes,
para hacerme feliz.

Me aceptas pero te escondes,
me hablas pero no me oyes
de repente me acaricias
(sin un roce)
y la vida que se nos va y no vuelve 
pero vos solamente sonríes,
para hacerme feliz.


PLEGARIA DE PESCADOR

Bajo este cielo que hoy nos toca "prá viver," voy a buscar a mi amigo el pretinho.
Entonces el Baiano acorda de su sueño reparador.


¿Qué te deparan los dioses en éste dia, Baiano?
Él eleva sus plegarias a Iemanjá y a Xangó.

Enciende las ramas secas en su fogao.
El aroma del café invade su humilde vivienda de madera, observa las lagartijas trepando las paredes de madera, y una vez más me dice que si tiene buena pesca la va a pintar.
Se ríe, y sus dientes blancos parecen estallar.

Se abriga despacio el Baiano, con remera, con pullover, con el pantalón hasta las rodillas, con el sombrero de paja, que solo se quita para orar y para descansar y al salir, sin dejar de cantar, se calza las sandalias que deja siempre en la puerta y empezamos a caminar, lleva en sus manos la caña de pescar, la canasta, la cuchilla, los anzuelos y ése aura que llevan los hombres que viven del mar.

¿Qué te deparan los dioses en éste dia, Baiano?
Él eleva sus plegarias a Iemanjá y a Xangó.

Mira el agua, parece que le quisiera hablar, hasta que encuentra un lugar, clava las rodillas en la arena, se quita lentamente el sombrero, eleva su vista al cielo que ya empieza a clarear, las nubes se dibujan en colores y el viento suave le cuenta secretos que el guardará, entonces abre sus brazos el baiano y empieza a orar.

Luego se pone de pié lentamente, "Oh, olha que vou fazer agora, sinhó Gringo" me dice el Baiano mientras me enseña a pescar y toma la caña en sus manos, arquea el cuerpo hacia atrás, se impulsa hacia adelante y el plomo toma vuelo y allá va, rompiendo la bruma, en el aire va, sediento junto a los anzuelos van, y con ellos también veo volar, a las frágiles esperanzas, a las firmes promesas y a los inalcanzables sueños de mi amigo Baiano.

Entonces, cuando ya amanece y bajo este cielo que hoy nos toca "prá viver," mas allá, de su majestuoso vuelo, el plomo y los anzuelos, se sumergen en el mar.

Qué te deparan los dioses en éste dia Baiano?
Él eleva sus plegarias a Iemanjá y a Xangó.


LEVANTA CADÁVERES

Eran unos pobres diablos temerosos, señalados ante  toda adversidad, que al final, aceptaron aquel trabajo.


A los tipos los enfundaron en mamelucos color naranja que los cubrían de los cuellos hasta los tobillos y los subieron a la parte trasera de una camioneta blanca.

El sol les daba de lleno en la ruta y cada tanto, tenían que bajar, inspeccionaban el animal, juntaban sus partes, lo embolsaban en oscuros sacos de plástico y lo depositaban en el mismo lugar donde viajaban.

Así, por cuatro horas de mañana y por cuatro horas en la siesta.

Al final, en una zanja, arrojaban todas las bolsas del día, las rociaban con gasolina y les prendían fuego.

Los encontré a eso de las siete de la tarde, me acerqué hacia ellos, observé sus ojos rojos de desencantos y miserias y cuando sintieron mi presencia, sin decirme una palabra, me alcanzaron un trago de cachaça a cambio de algunos cigarrillos.
-¿"tudo bem"?

El aroma del tabaco, mitigaba el tufo mortuorio de sus ropas.
-"Tudo"

Al otro día, los turistas recorrerían la ruta limpia y luego de pocas horas, llegarían al mar, sin contratiempos.


TODOS VIENEN AL CAFÉ DE RICK'S

Yo quería que el muchachito de la película se quede con la chica que estaba buenaza.

El Muchachito se llamaba Humprey Bogart
Humphrey Bogart en la película "Casablanca" se llamaba Rick Blaine.
La chica de mis sueños que estaba buenaza se llamaba Ingrid Bergman.
Ingrid Bergman en la película "Casablanca" se llamaba Ilsa Lund.
¿Qué cosa no?

La película que me gustaría volver a ver antes de morirme se llama "Casablanca."
No se porqué.
Pero está basada en la obra teatral "Todos vienen al café de Rick's" de un tal Murray Burnet y Joan Alison, donde Rick, debe elegir (¿Porqué siempre hay que elegir?) Entre el amor y decidir hacer lo correcto. Como si amar no fuese correcto.
¿Qué cosa no?

O sea, La mujer de su vida debe escapar junto a su esposo para que este siga su lucha contra los nazis y él, el muchachito de la película, se queda en su Café..."Tócala de nuevo, Sam."
Capotón al que no la vio veintiún veces como yo y que por esa razón, señoras y señores, no se las voy a contar completa.

Dirigida por Michael Curtiz. Producida por Hal Wallis. 
Guión de Julius Epstein, Philips Eptein, Koch y Robinson. Y la música de Max Steiner. 
Los jugadores que salieron a la cancha son:
Humprey Bogart, Ingrid Bergman, Paul henreid, Claude Raims, Conrad Veidt, Sidney Greenstreet, Peter Lorre, S.K.Sakall, Madeleine le Beau, Dooley Wilson, Joy Page, John Qualen, Leonid Kinskey y Curt Bois.

Yo me retorcía eufórico en la butaca del cine mientras miraba este peliculón, me masticaba las uñas, masticaba chicle, comía garrapiñada, me enamoraba, me peinaba con Glostora, me despeinaba, se  me ponían los pelos de punta, me lustraba los zapatos en el pantalón, me deslustraba, no me importaba que afuera lloviese, ni las noticias de los diarios, ni cómo iba el partido de fútbol del domingo. El mundo se detenía.
"Es un buen comienzo para una gran amistad" le dice Bogart a Raims.
Los créditos decían The End y yo, ya hacía fila para pagar nuevamente la entrada.
¿Saben porqué?

Yo quería que el muchachito de la película se quede con la chica que estaba buenaza. 
Setenta años después del estreno, ¿Le pueden cambiar el final?
















Ibarrechea
diceelwalter@gmail.com

viernes, 18 de abril de 2014

DICE EL WALTER:


Comentario del Editor:

Amigos lectores; PASEN Y VEAN es el blog que he tratado de apartar
de todo estructuralismo, y de cualquier método en el que se pueda encuadrar la literatura y sus expresiones. 
Aunque trato en lo posible, que sea prolijo y austero en sus ocurrentes, geniales y fantásticas manifestaciones vertidas. 
Porque ésa es su esencia, y que actualmente gracias a ustedes, 
vive la euforia de un constante crecimiento y aceptación que no me era previsible hace un tiempo atrás. 
Es por ello, y ya sin más trámites, que quiero compartir con todos ustedes, 
mi profunda y alegre gratitud, ésta que tengo en mi almita, por saber que esta criatura ha sido visitado veinte mil veces y ha sido leído y traducido en ocho idiomas. Quiero compartir con ustedes el grande orgullo y respeto que siento hacia los demás amigos blogueros, a quienes se sintieron parte del proyecto, a aquellos escritores, poetas y colaboradores y a quienes estuvieron a mi lado con sinceridad. Sin egoísmos.

Lamentablemente, Hay quienes se vistieron de piratas informáticos y afectaron a mi página. No se lo deseo a nadie, es como que le pegan y le roban a tus hijos, y lo hicieron un día triste, en que algunas nubes no dejaban ver el sol en mi ciudad de Córdoba, lo hicieron el jueves santo, un día tan caro para quienes somos creyentes en Jesús Cristo y en un díaen que las noticias sobre la muerte de Don Gabriel José de la Concordia García Márquez, me compungían. 

Este viernes, como todos los viernes en forma ininterrumpida desde hace tres años, y a pesar de algunos "hackers" Sale el PASEN Y VEAN.
Muchas gracias.






 (uno)
PASEN Y VEAN

Sin mayores ceremonias,
simplemente porque si.
Porque ellas lo merecen,

porque ustedes las leen,
en la arena, en la nieve,
en el cielo
y hasta en el papel.
Nuestras queridas historias

sus compañeras,
son amigas del respeto
son queridas del recuerdo.
Son globos esparcidos

con la ternura del viento.
Son estrellas que miman
y planetas que giran,.
y  una nube rozando
 a nuestro astro sol.
Son caricias para el alma,
o para la nostalgia.
son bendiciones de luna,
en una noche de insomnio.
Son gotas de lluvia.


Y por que no, a veces,
una lágrima que se desliza
por la mejilla.
O risas de corazón,


y el afán de aventurero,
con la ingenuidad del niño.
Y consejos de un padre,


ó de aquel soñador
enamorando al amor.
O personajes buscando un libreto,


o una pareja en su apogeo,
o Quijote tras Dulcinea.
O es él con contratiempos,


o ella con dulces sueños...
(Ibarguren - Ibarrechea)



(dos)
Película: CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA





(tres) JUEGOS DE SEDUCCIÓN


Mientras el señor José Antonio, encendía el horno de la cocina para poner un pollo relleno acompañado de papas y manzanas, la señora que esa noche estaba invitada a cenar con él, elegía la ropa y el calzado que luciría para ir a visitarlo. Así, una vez que se sintió segura en la elección, que se vio en el espejo armónica y elegante, tomó la cartera, salió a la calle, y llamó un taxi.

En cada acontecimiento de este tipo, el señor José Antonio lucía afeitado, él se veía distante de aquel tipo bohemio, que se había dejado crecer la barba y el pelo, que usaba sombrero, vestía bermudas y ojotas aun, cuando llevaba sus discos y algunas notas escritas a último momento para su programa de radio, en Brasil.

Se consideraba un hombre distinto, ante la vista de sus nuevas amistades, aparentaba haber olvidado aquello y se mostraba coherente, tanto en su vestimenta, ahora más sobria, como en sus actos, alejados de las contravenciones. Buscaba enderezar ciertos rumbos y caminos errados, redimirse ante sus hijos y amigos y hallar en su derrotero, una mujer a quién acompañar y sentirse pleno de confianza.

En eso pensaba, mientras ponía la mesa para dos.

Por eso, no lo sorprendió el llamado por el portero, el ruido que hacen los ascensores cuando suben, ni la cierta belleza de la dama, que apenas conocía a través de fotos por internet, cuando la encontró parada en el palier.

Se dieron la mano, un simple beso cordial en la mejilla y la invitó a pasar.

El señor José Antonio se mostró atento y locuaz, y ella le manifestó que sentía cierto temor por haber tomado ésa decisión, ya que según confesaba, era la primera vez que visitaba a un señor en su departamento, sola y de noche. Entonces él le agradeció cálidamente ese gesto, y la invitó a conocer la vivienda. Le pidió que se ponga cómoda y le hablo de lo que estaba cocinando para cenar, mientras abría el horno para enseñarle la comida. Ella aprobaba con gestos, y mostraba cierta candidez en el rostro perfectamente maquillado.

Conversaron entusiasmados sobre la receta. Él le decía que una de las cosas que consideraba primordial en la cocina, era hacer comidas rendidoras, especialmente los fines de semana y cuando tenía invitados. Seguía hablándole de que para él, era muy importante recibir a la gente, compartir una conversación amena, y mostrar lo que estaba cocinando. En cambio ella le decía que tenía por costumbre rellenar el pollo el día anterior y que lo cocinaba y guardaba en la heladera. Normalmente lo sirvo frío, decía con una agradable sonrisa en su rostro inspirado, pero para quienes lo quieren consumir caliente se lo puede cocinar unas horas antes. - Como haces vos. 

El señor José Antonio, le decía que esta vez había empleado un pollo deshuesado, queso de barra, jamón cocido, zanahorias ralladas, pickles, huevos duros, mostaza, algo de provenzal y sal y pimienta. También le comentaba que para él era fundamental tomar una copa de vino mientras preparaba todo. Le ofreció algo para tomar, desde una variedad de tragos que podía hacer para la previa de la cena, lo que ella le pidiese. Pero ella se negó argumentando su escasa afición a las bebidas alcohólicas, y le aceptó de buena gana una gaseosa helada.

La velada había comenzado de forma estupenda para ambos que se sentaron a hablar sobre las ocurrencias escritas por él, y que ella leía con cierto entusiasmo, mientras él le explicaba que algunos escritores tratan de seguir un orden lógico que normalmente comienza con los orígenes del motivo por el cual se escribe y terminan con la solución o comprensión del mismo. En cambio, - le aclaró - Los míos, no se de que diablos se tratan. Le dijo elevando los hombros para que ella lance una frase, que él tomó como de aprobación.

 "Eres un tonto," le contestó sonriente y siguieron la conversación animada, recordando aquellos primeros contactos y algunas frases que se habían mandado por la red social y que hicieron que ella se distendiese y lanzara algunas risas cantarinas, mientras controlaban la cocción del pollo, y hasta que finalmente, convinieron en cenar, escuchando música chillout, la preferida del señor José Antonio.

Ella le decía en cambio, que no estaba acostumbrada a ésa música, que era algo nuevo para sus oídos, ya que sus preferencias radicaban en los románticos Latino Americanos pero para la ocasión le parecía perfecta, y le pidió que le hablase de su vida aventurera, - para conocerte un poco más. - Argumentó.

Con la suave música de fondo, él comenzó un extenso relato que por momentos la hacían mostrarse alegre y que por momentos parecía sentirse compungida, emocionada. Como si hubiese visto las cicatrices que él llevaba guardadas en el corazón. Así es que rescató una frase que le había escuchado decir y que se la repitió mientras él cambiaba el disco compacto en el equipo musical. - Dijiste que eres un experto en cometer errores, que te perfeccionas en eso, que cada vez te equivocas mejor, y que tal vez por eso es que vives solo.- 

Hubo un tiempo pequeño, pero eterno a la vez, de un raro silencio, donde la música jugó el papel de acompañar los pensamientos. Ella se puso de pie y avanzó hacia él. Le pidió que no le cuente nada, si lo lastimaba. Pero volvieron a la mesa y él le dijo que se prepare a oír todos sus tropiezos amorosos. Entonces, ella le prestaba mucha atención. Una enorme atención.

Y mientras él hablaba estaba segura de que aceptar la invitación había resultado ser una idea magnífica, incluso para él, que le hablaba con simplicidad y un alto estado de ánimo, casi con una completa sinceridad y sintió que ella también debía mostrarse más auténtica y que en realidad, también ella añoraba no tener alguien con quien hablar así, de repente, de su fracaso matrimonial y algún atisbo amoroso que dejó pasar.

Por momentos, pensaba en sus hijos, aquellos que no sabían dónde estaba ella, aquellos que sólo la llamaban para que cuide de sus nietos. Y por momentos abría los ojos bien grandes para observarlo y convencerse de que estaba sola, en la casa de un hombre a quién recién conocía y que presumía, era un hombre bueno.  

A los postres aceptó con ganas un helado de dulce de leche y dos bombones y disfrutó el momento en que de una forma casi mágica, él le alcanzó una rosa, mientras lavaban juntos los platos. - Para usted, señora. - Le dijo sonriente. Ella tomó la flor, la aprisionó contra sus pechos y buscó absorber el aroma de sus pétalos. Le agradeció con una sonrisa encantadora y soportó los embates de otros recuerdos, de otras flores, de otros hombres, de proyectos truncos y descorazonadores que merodearon por su vida. 

Ahora si te acepto ese trago, - Le dijo cuando finalizaron la tarea en la mesada -. pero con poco alcohol, por favor.

El señor José Antonio, le preparó un trago con base frutal para ella y uno algo mas especial para él, y brindaron por ese momento, por esa primera cita, por esa linda amistad.

Se quedó apoyada en una de las paredes observándolo, mientras él le hablaba sobre un intérprete que ahora iban a escuchar, lo vio caminar hasta el equipo musical, veía sus movimientos mientras buscaba entre sus discos, mientras encendía un cigarrillo, cuando él le entregaba uno y cuando se le acercó para ofrecerle fuego, y casi sin darse cuenta, por primera vez en la velada, sus cuerpos se rozaron y en ése roce, iniciaron los movimientos acompasados que la música sugería y decidieron bailar sobre la alfombra.

Algo ruborizada, le preguntó si le molestaba que ella baile sin los zapatos. Él, con un gesto natural y espontáneo la ayudó a descalzarse.

Bailaban. Bailaban apretados, y él le contó que la música le gustaba desde que era pequeño, le decía que recordaba a sus padres bailando la "Serenata a la luz de la Luna", que estaban pasando por radio El Mundo, y que él los veía tan juntos y mirándose a los ojos, que en silencio se fue a dormir, y que los dejó solos, ensimismados, con la música de la orquesta de Glenn Miller. - Hay pequeños instantes, muy felices en mi vida, que quedaron capturados para siempre en mi memoria, verlos a ellos bailar, es uno de ésos momentos Inolvidables. - Le dijo. 

Se sintieron bien, se miraban, ya sin hablarse, moviéndose cadenciosamente y ella apoyó su cabeza en el hombro de él, y tuvo allí un instante más para pensar en sus hijos, en su vida y en darse cuenta de que, de ella, no habían hablado, y que él tampoco le había preguntado nada. 
No sabes nada de mi - le dijo despacio, al oído, mientras se dejaba guiar con el ritmo de la música. - Tus ojos ya me han contado todo.- Le contestó él, casi en un murmullo. - Gracias.-

Luego de sentirse cautivos del momento, hubo una pausa serena y conmovedora, que él aprovechó para ofrecerle un café. La notaba algo confundida, quizás nostálgica.

La dama en cuestión, le pidió un té con edulcorante, y lo tomaron sentados en los sillones.
Ella le dijo que estaba haciendo un curso de Programación Neuro Lingüística, como queriendo de ese modo, dar lugar a que se le calme, aquel latido intenso que sentía en todo su cuerpo, como queriendo aplacar cualquier impulso desacostumbrado.

El señor José Antonio, le dijo que recordaba haber leído en un manual de PNL, algo que hablaba sobre la estructura gramatical de las proposiciones. - Si mal no recuerdo, una proposición se hace en primera persona, se emplea, yo te propongo, yo deseo. Eso, nos va llevando a la acción directa, a la acción deseada. Para eso, debemos sincronizar la postura, los gestos, la voz y la respiración. Y también leí que hay que estar atentos a las reacciones de la persona a quién nos dirigimos, porque hay ciertas palabras que tienen un efecto mágico. Entonces, a una proposición la debemos expresar claramente, en un estado mental positivo, con el mismo timbre de voz, con la misma entonación y acompañar todo con el gesto específico. Y además, me hiciste recordar un proverbio Japonés, que dice. "Pedir, sólo cuesta un instante de molestia. No pedir, nos lleva a estar molesto toda una vida." - Le dijo mientras dejaba la tacita de té en la mesa, y la de ella también, que se paró delante de él.

Con una mensurable ternura, se tomaron de las manos, se preguntaron si se sentían bien, si ambos estaban a gusto. - Que un hombre y una mujer estén juntos, es un hecho natural. Si lo hacen porque a la vez, le han agregado todo el inmenso valor del amor, es seguro que Dios verá eso con buenos ojos. - replicó ella convencida.

Y en un acuerdo común, salieron al balcón.

Miraron la Luna, que brillaba en todo su esplendor, a esa hora quieta de la madrugada.


- Jorge Luis Borges le decía a María Kodama que, a la Luna, ha través de tantos siglos, la vigilia humana la ha colmado de un antiguo llanto. Si yo pudiese escribir mensajes en la luna, lo haría, para que todo el mundo los lea. - Dijo él, y señalando hacia el cielo totalmente estrellado, continuaba - Fíjate bien, aquella de allá, ésa es la constelación de Escorpio.


El rostro de ella pareció iluminarse, por su enorme sonrisa.

Y de repente se sintió animada en cuerpo y alma, como envuelta en un manto de algarabía juvenil, y se despojó de todas sus preocupaciones. 

Se sintió parte del universo, y levantó los brazos como queriendo alcanzar las estrellas. Como sabiéndose una más de ellas.


Hizo dos o tres giros completos sobre si misma, con los brazos abiertos, hasta que finalmente se detuvo frente a él y los dos se estremecieron en un abrazo intenso.

Y en aquel abrazo, ella se sorprendió diciéndole:

- Lléveme adentro caballero, tengo frío en mis pies descalzos. 

Una tenue brisa, venida desde el sur, hacía flamear su pollera, mientras cerraban la puerta.


Fin





"JUEGOS DE SEDUCCIÓN" Autor: IBARRECHEA. Todos los derechos reservados. Copyright 2013 diceelwalter@gmail.com - http://diceelwalter.blogspot.com  PASEN Y VEAN de José Antonio Ibarrechea; Tema musical: Obsession; Intérprete: GIACOMO BONDI. myspace.com/giacomobondi bajo licencia de YouTube estándar. Imágenes de Google.(regiayfashion)




(cuatro)
EDUCANDO A CARMELA

Si te quedas quieta un rato niña buena, y me dejas hacer las cosas tranquila, vas a comer helado de postre -le dice la abuela linda a su nieta Carmela-.

Carmela corre entre la cocina y el comedor, mira dibujos animados en la televisión, sube el volumen y va hasta su habitación,  vuelve caminando con los zapatos de su madre puestos, se sienta en una silla de la mesa del comedor y dibuja en una hoja, la abuela linda le dice que baje el volumen del televisor, mientras aprueba los rayones estampados sobre la hoja de papel, le dice que están bonitos. La niña pide agua fresca para tomar. 

- ¿Que estás haciendo de comer? Pregunta Carmela mientras se mantiene parada sobre los zapatos de su madre, observando a la abuela que pone la comida en el horno, que abre y que cierra la heladera y que pasa un trapo rejilla sobre la mesada.

La abuela le dice que ha puesto zapallitos rellenos en el horno que va a acompañar con arroz y que quiere que ella se porte bien porque va a venir a cenar un señor amigo, y que le parece raro que todavía no haya llegado. Y sigue respondiendo las preguntas de su nieta:

He cortado el calabazín al medio Carmela, le he quitado la semillita que después las pondremos en un lugar en el patio para que salgan plantitas y vamos a hacer una quinta de verduras para que veas cómo se hace.

Ay, Carmela, se llama quinta porque antiguamente, los dueños de la tierras, repartían su tierra en quintas partes  que se la entregaban a los empleados para que hagan una huerta, donde plantaban tomates, lechuga, maiz, uvas,  girasol.

Claro Carmelita, se llama girasol porque sus semillitas van buscando la luz del sol.

El mantel hay que ponerlo siempre, es un símbolo de higiene, recuerda eso niña,  siempre hay que ponerlo limpio y si es posible que no se noten los bordes del planchado, y las servilletas deben estar más limpias aún pues con  ellas te limpias la boca y las manos, por ejemplo, antes de llevarte la copa a la boca para tomar tu jugo, debes repasarte los labios con la servilleta -las dos estiran el mantel sobre la mesa-. Te vas a caer con esos zapatos y cuando venga tu madre se va a enojar porque los usas, ya te vas a bañar y cenas bañadita así duermes temprano.

Bueno Carmela, está bien, ayúdame a poner la mesa y después vamos a la ducha.
Si, Carmela, con cuidado lleva la panera.
Claro, se llama panera porque allí va el pan.
Mira y aprende. Ponemos el plato, después, a la izquierda va el tenedor, a la derecha va el cuchillo con el filo apuntando al plato, así ¿ves? ahora vamos a poner dos copas, una grande para el agua o la gaseosa y la otra para el vino.

- Nosotras no tomamos vino.
- Pero el señor José Antonio, si.
(Se ríe Carmela)
- ¿Porqué se llama José Antonio?
- Porque un abuelito suyo se llamaba José, y el otro abuelito se llamaba Antonio.
- Vos no te llamás Carmela.
- Porque, entonces no se,  preguntale a tu madre. Mira, las servilletas la vamos a poner encima del plato, ¿te gusta? Vamos, a bañarse se ha dicho.

- Te lavas bien que yo voy a ver la comida, no salpiques tanta agua, y te secas con esta toalla, después te pones el pijama.
- No quiero que tu amigo me vea de pijama, abu.

Suena el timbre.
La abuela de Carmela se para en punta de pies, besa en la mejilla al señor José Antonio, le agradece el ramo de rosas que coloca en la mesa, y una caja de bombones que apoya en la mesa del "living" Le pregunta si la botella de vino tinto que trajo la toma ahora y la deja en la mesa. Carmela asoma su cabeza mojada por la puerta del baño y la llama insistentemente.

El señor José Antonio mira dibujos animados en el televisor mientras las espera. Carmela llega silenciosamente y se sienta a su lado, se miran, sonríen. 
Carmela le dice que su mamá está trabajando y que los sábados a la tarde viene a buscarla su papá. Le muestra algunos dibujos y los dos hablan del primer año de ella en la escuela. Hacen bromas.

La cena está servida.
Carmela dice que la comida se llama zapallo relleno, que la hizo su abuela haciendo un hueco al medio y que adentro le puso carne de pollo, verduras y queso. 
El señor José Antonio intercambia gestos, miradas y palabras con la abuela linda. 
Carmela le toca el brazo y le dice que a ella el queso le gusta mucho, y que se hace con la leche de las vacas, así dice la abu -aclara señalándola-.

Carmela vuelve a interrumpir la conversación de mayores porque quiere saber si el señor José Antonio tiene nietos. Él, le dice que si, pero que viven lejos y que también a ellos les gusta el queso y el dulce y que hace mucho tiempo que no los ve.
El tiempo pasa volando José, así dice mi mamá -aclara Carmela-.

Como es costumbre del señor José Antonio, para impresionar a dos bellas damas, empieza a contar una de sus aventuras en la selva de Brasil.
"Una vez, con mi amigo Eulalio, salimos a cortar palmitos de las palmeras pejibayes en un lugar que se llama Morrinhos. Lalí se puso botas de goma en los pies, yo no tenía nada más que zapatillas y caminamos entre arrozales como cinco kilómetros, llevando cada uno un filoso machete y tratando de no hacer ruido por los animales salvajes. Cruzamos una zanga nadando, que es como un canal profundo, de aguas verdes por la vegetación, y entramos a la selva oscura. Lalí iba adelante, estábamos mojados y hacía mucho calor. Yo lo seguía en silencio, los mosquitos me picaban en las piernas y en los brazos. Había pájaros extraños, de pico grande y de color amarillo, que se alborotaban cada vez que le dábamos un machetazo a las ramas para pasar. Hasta que una hora después, llegamos a un lugar lleno de palmeras. Lalí las miraba, las tocaba, parecía que les hablaba y después, de un certero machetazo, las volteaba. A mi me gustaba esa aventura, él me decía que de la punta del tronco, donde están las hojas para abajo, debía contar tres cuartas, hacer una marca y que debía cortarlo de un machetazo para poder extraer el palmito. Una cuarta es el largo de la mano entre la punta del dedo pulgar y la punta del dedo mayor -le explica haciendo el movimiento de la mano sobre la mesa, y Carmela hace lo mismo-. Cortamos unas veinte palmeras, atamos los trozos con una fina hoja de enredadera, y con otra mas gruesa, colgamos el paquete de palmitos en nuestra espalda, nos secamos la transpiración con las manos, y buscamos el camino para volver. Pero entonces, y de repente, algo apareció entre el follaje..."

Carmela empezó a bostezar y la abuela linda le preguntó si quería acostarse para dormir.
- Mi mamá dice que los hombres son todos unos cuenteros, mejor cuéntame un cuento para niñas.
No le gustan de princesas, ni de hadas ni nada de eso. -aclara la abuela linda, mientras levanta la mesa sonriente y aclarando que ella quiere saber el final de esa historia-.

Carmela se acerca al señor José Antonio y le dice al oído que esos cuentos son para "pendejas" que no van a la escuela como ella.

La abuela prepara un café, y le dice desde la cocina.

- Carmela, no hables groserías. Te estás cayendo de sueño, vamos a la cama que te enciendo el televisor para que te duermas de una vez. 

- No abu, tu amigo sabe cuentos mejores  -se trepa sobre las rodillas del señor José Antonio, bosteza y se rasca la cabeza-.   

Entonces te voy a contar un cuento para niñas que van a la escuela, acomódate bien y veamos si éste te gusta -le dice el señor José Antonio-.  
"Había una vez, por los suelos de nuestra patria, dos mujeres jóvenes de una belleza resplandeciente, que amaron a un hombre de nuestra historia al que llamaremos Pancho. De una de ellas, nadie ha sabido aportar datos certeros sobre su lugar de nacimiento. Algunas personas, que llamaremos historiadores, nos cuentan que probablemente ella era Brasilera, hija de un virrey Portugués. Otros, afirman que en realidad era una mujer porteña, nacida en Buenos Aires y que el General Don Francisco "el Pancho" Ramírez, la conoció en lo que hoy es Uruguay. Todos dicen que ellos dos se hicieron compañeros inseparables, y que por amor a él, nuestra heroína llamada Delfina, empieza a acompañarlo en las batallas del general, vistiendo una chaqueta colorada con algunos dorados en los hombros y un sombrero negro. Cuentan que aquel amor, entre Francisco Ramírez y María Delfina era un amor clandestino, pues el valiente general estaba comprometido con otra mujer llamada Norberta, que lo esperaba después de cada batalla, mirando el camino desde la ventana de su hogar. Norberta Calvento, era suave y bella y dicen que no se dejó llevar por los comentarios de aquel amor de su amado con Delfina, y que preparó durante meses, su vestido de novia para esperarlo, pues tal como él le había prometido, se casarían al final de aquellas bravas disputas. Pero en el norte de nuestra provincia, en un lugar llamado Río Seco, y mientras amanecía..."
- Carmela, Carmela. 
¿Carmela? 














(cinco)
vídeo musical:
Till Brönner
"Being green"





It's not that easy bein' green 
Having to spend each day the color of the leaves 
When I think it could be nicer bein' red or yellow or gold 
Or something much more colorful like that 

It's not easy bein' green 
It seems you blend in with so many other ordinary things 
And people tend to pass you over 'cause you're 
Not standin' out like flashy sparkles on the water Or stars in the sky 
But green is the color of Spring 
And green can be cool and friendly-like 
And green can be big like an ocean 
Or important like a mountain Or tall like a tree 

When green is all there is to be 
It could make you wonder why 
But why wonder, why wonder? 
I am green and it'll do fine It's beautiful, 
And I think it's what I want to be 
And green can be big like an ocean 

Or important like a mountain Or tall like a tree 
When green is all there is to be 
It could make you wonder why 
But why wonder, why wonder? 
I am green and it'll do fine It's beautiful 
And I think it's what I want to be


Vídeo Gentileza de YouTube Standard
subido por Remy Adil

Hasta la próxima entrega, gracias..!

viernes, 11 de abril de 2014

IBARRECHEA. "CÚTER" CUENTO OCHO



                                                                          VIII
-Buen día señoras y señores escuchadores de ¡Tal como es! El programa de radio más popular en la región, que tiene hoy una nota exclusivísima con el periodista Facundo Arenas que vino de la capital a visitarnos a este valle de lágrimas y desencantos donde moramos. Este amigo que hoy está aquí -decía frente al micrófono el locutor-, tiene como misión la de investigar algo que tiempo atrás nosotros mandamos al olvido, lo mandamos sin retorno por orden vaya a saber de quién, y quiero decirles que es algo cargado de misterios. Mi nombre es Juan Carlos Avendaño, y les pido me dejen entrar en sus hogares a través de las ondas de esta maravillosa emisora. ¡Tal como es! Es un programa de entretenimiento, noticias, diversión y buena música emitido desde RWT990 "La Voz Sanvicentina" para serviles.
Pero como es habitual en nuestro programa, primero les informamos los datos del tiempo a esta hora de la mañana.
-¿Qué hora es?
- Nueve de la mañana, un minuto.
-¿Qué temperatura tenemos?
- Veinticuatro grados.
-¿Qué pronostica para el día de hoy la Oficina Meteorológica Nacional?
- Cielo algo nublado por la mañana, luego se irá despejando lentamente y el calor irá en aumento hasta llegar la temperatura máxima a los treinta y seis grados por la siesta, con probabilidad de lluvia en horas de la noche, por una entrada de aire húmedo que proviene del atlántico.
-Esta información es un aporte de.
-TACA, el mundo es más pequeño viajando con los jets de TACA International Airlines..!
-El agradecimiento a TACA. Por su aporte para la realización de este programa, y hoy, en homenaje a nuestro valiosísimo entrevistado, don Facundo Ismael Arenas, periodista hacedor de investigaciones en base a testimonios relacionados, escucharemos una vieja canción de Tito Castañares y Bolo Valladares, por Los Románticos de la Rumba. "No se porqué"
(escuchamos la canción)
- Vaya, vaya, vaya. ¡Qué de recuerdos nos trae esta canción y vayan preparándose señores escuchadores! Pero ahora una noticia de último momento que nos alcanza nuestro servicio informativo de la prestigiosa emisora radial RWT 990.   
(sale al aire la voz de un locutor al cual no alcanzo a ver)
"Será inaugurado en los próximos días el primer transporte público a través del río Imbuté que unirá los embarcaderos de la ciudad de Nueva Imbuté con la ciudad de Manvatará a un costo no precisado por las autoridades, que justifican la inversión en bien de la actividad turística."
- Seguramente -acota Avendaño-, semejantes gastos porque si, cosas de meras costumbres mal entendidas por demagogia que van en perjuicio de nuestros caídas arcas públicas, son realmente unos actos viciosos y hasta arbitrarios si se quiere -levanta la voz y dice-, ¡es recomendable siempre un mejor manejo de estas cuestiones económicas para que tengamos una inversión más justa en obras que beneficien a todo esta comunidad y no a unos pocos, señores gobernantes! -aplausos en la mesa del programa-. Pero vamos con nuestro invitado. Facundo,¿cómo es que tu has llegado a este valle?¿Puedes contarnos con el más exquisito lujo de los detalles todo desde el principio?¿Qué hace un capitalino como tu aquí?
- Si, claro que si -le hablo a él pero mirando hacia el micrófono, con total certeza-, mira yo soy corresponsal del diario "Tiempo de Reformas" y una mañana que entré al despacho de mi jefe, el señor Agenor Castro, escuché decirle por teléfono al señor director de la editorial, algo así como. "No crea usted señor Director que no estoy al tanto de la situación financiera de la editorial, pero si usted me permite y sin más ánimo que el de salvaguardar nuestra fuente de trabajo, coincido plenamente que alguna medida al efecto debemos tomar." -así decía el señor Agenor Castro mientras miraba por la ventana de su oficina hacia la ciudad-. 
- Es impactante lo que nos cuentas. Habla sobre aquella conversación Facundo.
- En realidad era algo que nos interesaba a todos, pero yo fui el testigo privilegiado y mi jefe siguió diciéndole que tampoco creía necesario que el despido de la gente nueva, la de menor antigüedad, sea el resultado que ellos buscaban. "Usted sabe que también la competencia tiene sus problemas y recuerde que el sindicato aquí es muy fuerte" -yo veía que se sacudía la ceniza del cigarrillo en el pantalón-. Escúcheme, -le dijo haciendo una enorme pausa-. 
Le proponía que "quitásemos letra" -vi que aspiraba el humo y lo soltaba por la nariz-. 
- ¿Qué significa eso de quitar letra?
- La propuesta era "bajar" el horóscopo diario, la página de artes y espectáculos y nos meteríamos de lleno en publicar avisos clasificados a mitad de precio y publicaríamos historias sensacionales. - él se acomodaba la corbata y apagaba el cigarrillo en el cenicero-. 
Le pedía que le consiga un mes más. "Es mi propuesta de la cual me hago enteramente responsable. En este mes recortamos un pliego del diario y pongo a trabajar a todos estos diablos en una idea brillante que tengo" -hizo una nueva pausa, y parecía estar escuchando lo que su jefe le decía, mientras miraba las aspas del ventilador suspendido en el techo-. 
Luego le respondía que eso de la publicidad estaba agotada, y que todos ahora andaban buscando los periódicos a color. "Mire usted, -le decía-, si quiere echar  a alguien, hágalo con los del departamento de publicidad, esos no son del gremio, y es muy alto el porcentaje de ganancias que acumulan, pero a mi gente no."
Y luego agregó. "Espere a que me jubile si quiere cerrar el Tiempo de Reformas de paso mata dos pájaros de un tiro" -se reía el señor Castro mientras hacía girar su sillón y volvía a mirar por la ventana hacia fuera-. 
"Le hable de tiros ¿No? La idea brillante que tengo es poner a trabajar a los más jóvenes, ellos vienen de otra escuela, pues que se formen como me formé yo. Que caminen las calles en busca de historias." -él hace otra pausa y parece escuchar con cierta atención, levanta la vista de unos papeles y me mira fijamente, entonces le contesta que si, que podía ser y sigue hablando él- "Está bien, solo le pido un mes, señor, si en un mes nos salvamos pagando al menos los intereses de la deuda, de aquí no se va nadie y empezamos a ser lo que éramos" -acomodaba los papeles y los guardaba en el primer cajón-. 
"Le mando un abrazo, y olvídese de esos subsidios engañosos. Y no se olvide, lo que le sugerí, vaya diciéndole a sus, entre comillas socios, que pueden retirarse. Yo soy su amigo señor Fontana. Déme usted un mes y saludos cordiales a su señora." Ésa fue la conversación que yo escuché Juan Carlos.
- Vemos que la situación nos afecta a todos por igual, sino tenemos aporte del gobierno en cuanto a publicidad oficial, estamos fritos -dice Avendaño-. y me encanta esta forma tan particular que tienes cuando te expresas que nos vas llevando al caracú de la cuestión, casi sin darnos cuenta, colega. 
Si, gracias. Creo que la conversación se imponía así, porque fue muy importante para mí. Y luego colgó el teléfono, encendió el cuarto cigarrillo de la mañana y miró la hora en el reloj de pared, llamó a su secretaria y le pidió que reuniera a todo el personal presente en la planta.
"Quédate ahí" -me dijo mientras buscaba un cepillo de calzado en el cajón de abajo y repasaba sus zapatos negros, pronto llegaron los delegados de cada área a su despacho-. 
"Tengo malas noticias"-nos empezó diciendo, pero no hubo un gran asombro entre el personal por la situación financiera del periódico tal cual recuerdo, nos explicó a todos, y hasta los mismos delegados de cada sección, se mostraron interesados en mantener la fuente de trabajo con cierto optimismo. La falta de insumos era lo más preocupante y el recorte de cuatro páginas era una solución considerada con cierto desagrado pero finalmente aceptada luego de dos horas de deliberaciones-.
Recuerdo que una vez finalizada la larga conversación y de escucharlo atentamente, salimos todos, yo fui el último, después de entregarle mis notas del cuaderno de las malas noticias, donde estaban cronicados  los diversos accidentes y hechos policiales con final triste de la semana. 
- He leído con atención, amigo Facundo una nota relacionada sobre un tipo que va en el auto en busca de su amada y choca y se da vueltas con el vehículo. tu dices que llegaste antes que la ambulancia y encuentras un cuaderno que el fulano venía escribiendo, algo así como... Sus memorias, digamos ¿no?.
- Si Juan Carlos, de allí surge la idea del nombre de la columna. "El cuaderno de las malas noticias."
- Facundo, vos no escribes los finales de las historias que publicas en tu columna, nos dejas a tus lectores con un final abierto y por eso amigo, te aprecio, pero puedes contarnos ahora realmente, ¿qué pasó con el fulano ése del auto?
- Malas noticias.
- Chingada.
- Murió camino del hospital.
(Silencio en el estudio)

- Sigue contándonos ahora sobre tu historia que te trae por aquí, Facundo.
- Al día siguiente me mandó a llamar con la nueva empleada, el señor Agenor, quería hablar a solas conmigo, y ella me dijo que seguramente el señor jefe de redacción empezaría con una serie de despidos y que "lamentaba mucho que yo sea el primero en salir." Mientras parecía simular que caía en desgracia y forzaba la aparición de alguna lastimosa lágrima. 
(Risas en el estudio)
- Recuerdo que la puerta hizo un extraño sonido que nunca antes había percibido, cuando ingresé, era como si de repente hubiese envejecido y sus bisagras se quejaban de dolores no denunciados. Me dijo que pasara, lo hizo con un acento triste y abatido y en ése mismo tono, me dijo que yo tenía una gran oportunidad.
"No sólo serás uno de los que salvarán a este diario del diablo, chico, sino que salvarás tu pellejo de escribidor, pues seré yo mismo tu corrector, hazme el favor de averiguar qué carajo pasó realmente con este crimen, hurga buscando mugre aún donde creas que no la hay y mándame todos los días de tu vida, un informe de lo que has hecho. Ahora vete, ahí tienes todos los datos y escucha bien pendejo, seré yo quién te pague el sueldo, las bonificaciones y tus aportes, porque creo que ya están redactando tu despido, en curiosas letras góticas"
(Risas nuevamente)
- Recuerdo que me palmeaba la espalda el señor Agenor Castro. Y después de vaticinar mi futuro, fumamos juntos por un rato en silencio y luego hablamos de fútbol y de su conversación con el señor Fontana, el director. Luego, sin mirar los archivos que me había entregado salí de su despacho, lo hice en cuanto los llamados telefónicos empezaron a incomodarlo, y pensé que aquel ruido de la puerta al abrirla siempre había estado, desde el primer día en que la pusieron y que nunca nadie le había prestado atención.
–Es una señal, una buena señal -le dije a Clarita la secretaria, que sonriente la muy zorra, me había preguntado cómo había resultado mi conversación con el señor Castro-. 
(De nuevo risas)
- Le hice un gesto con los dedos que pareció no entender, bajé las escaleras y salí a la calle con los papeles acomodados en mi portafolio de cuero, éste que usted ve amigo Juan Carlos, me acompaña desde que empecé a buscar trabajo. Y es así que llegué a mi habitación, busqué una estampita que me había regalado mi madre en la oportunidad que ella y yo viajamos a conocer a mi madrina y que mi madrina nos llevó a conocer a un señor amigo laico, que nos llevó a conocer el cura de un pueblo que no me acuerdo como se llama y que todo el mundo cree que hace milagros con sus manos temblorosas y viejas apoyándola en la frente de los creyentes. 
-Disculpa Facundo ¿era el cura Victorino Barboza? Él hacía eso allá en Campo Bonito.
- Juan Carlos, Yo tenía apenas ocho años cuando eso sucedió. No lo recuerdo bien, pero me propuse hacer lo mismo, puse la estampita sobre mi frente y luego la besé y la guardé en la billetera que me regaló una ex novia llamada Ángela, en un paseo por las grandes tiendas y que me hizo jurarle que siempre le escribiría cartas de amor, más aún sabiendo que como yo en aquel momento era un soldado de la nación y que vestía un brillante uniforme, yo podía ser mandado por mis superiores a una supuesta guerra por ese tema de las fronteras, algo de nunca acabar. 
- Disculpa Facundo, ¿ahora qué edad tienes?
- Veintiocho Juan carlos y como les decía, ella nunca me pidió que le devolviese los regalos y ahora la recuerdo, la recuerdo cuando nos despedimos en una iluminada esquina, después de un largo beso, una tarde de fuerte lluvia y viento que le sacudía la corta pollera que llevaba y que le mostraba definitivamente aquellas hermosas piernas que tenía y ¿sabe una cosa? Aquellas lágrimas me parecieron gotitas verdaderas en el diluvio. 
Nunca más la volví a ver y le fallé en mis cartas. Ahora pienso en Ángela. 
-Dime amigo Facundo Arenas, explícale a la audiencia de nuestra querida emisora, RWT 990 "La voz Sanvicentina." Dime amigo periodista colega, y diles tu mismo a toda esta enorme audiencia de escuchadores que tenemos en este valle, que fue lo que te encomendaron en tu editorial, a quienes saludamos desde aquí y les mandamos un enorme abrazo, ¡eh colegas! Un abrazo enorme a todos ustedes allá en la capital. Pero antes de ir a nuestros anunciantes, voy a anotar una frase de nuestro amigo que me quedó grabada en mi mente y en mi corazón. "Aquellas lágrimas me parecieron gotitas verdaderas en el diluvio." Ángela, querida Ángela, si lo estás escuchando a Facundo, llámalo aquí a RWT 990 La voz Sanvicentina ¡que vive en todos los hogares..!
(Espacio de anuncios comerciales)
Tres minutos después.

- Aquí estamos amigos escuchadores, y les recuerdo que nuestro invitado de hoy es el prestigioso columnista de la sección llamada "cuaderno de las malas noticias" del diario Tiempo de Reformas y que es de la capital de nuestra nación, el periodista y amigo don Facundo Arenas, que nos visita para recabar información sobre algo que pasó en nuestra ciudad, y realmente pasó como una estrella fugaz. Una noche que era de gloria para nuestro pueblo hace casi veinte años y donde por extrañas razones aún no dilucidadas ni por la justicia, ni por los sucesivos gobiernos que tuvimos, pasó a ser una noche de sangre y de un profundo misterio. Una noche donde murieron asesinados cuatro hombres que luego supimos, habían sido integrantes de la tristemente célebre Turma sem Bandeiras, aquellos que robaban y mataban bajo el lema de que, la tierra es nuestra, desde los años en que nuestros abuelos eran jóvenes. Entonces amigos escuchadores luego de prestar atención a esta nota que repetiremos durante todo el programa, tienen ustedes la oportunidad para llamar a esta querida emisora, a este programa que es un éxito en la región y que se llama "Tal como es," para decirnos qué es lo que recuerdan ustedes hagan un esfuerzo son apenas veinte años y como dice la letra de un tango argentino, "veinte años no es nada."
Ahora Facundo nos dirá que fue lo que te encomendaron en tu editorial.
-Si, por supuesto. Me encomendaron que averigüe todo sobre Cipriano Joaquín Tavares, alias "Cúter, el matador."

(Continuará)



Tiene derecho de autor
Copyright 2013
Capítulo correspondiente al libro "CÚTER"
Autor: José Antonio Ibarrechea 
http://diceelwalter.blogspot.com
"PASEN Y VEAN"
diceelwalter@gmail.com
Walter Ricardo Quinteros