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viernes, 10 de enero de 2014

COSAS DE PERROS



MACARENA

Han pasado tres días desde que se llevaron al viejo por la puerta del comedor.Han pasado tres días y aún no vinieron por mi.Los hombres que entraron a buscarlo, tuvieron que saltar la tapia, con torpeza, porque estaban apurados. Abrieron a los empujones la puerta del fondo y después abrieron las otras puertas que dan para la calle y por allá se lo llevaron.Algunos de ellos me tocaron la cabeza haciéndome caricias y me dejaron algo para comer y para beber. Uno de ellos dijo que yo me llamaba Macarena.Pero esos tipos ni nadie más volvieron a verme.Yo me acuerdo cómo fue que pasó todo, pero a mi no me preguntaron nada.Yo me acuerdo que el viejo estaba preparando la comida para nosotros dos, cuando empezó a tocarse el pecho y a quejarse, como si lo pisase un camión muy grande y también tosía. Me dejó la comida a medio cocinar y fue a acostarse, creo. Porque no lo vi más.No salió de su habitación. Cuando pasó un tiempo, pensé que mejor era llamarlo porque había dejado la televisión prendida.Pero no me respondía.Entonces empecé a llamar a la gente que andaba por afuera, algunas me chistaban para que me calle, otras se dieron cuenta y al día siguiente entraron por la tapia.Nunca más supe nada de él.Ahora recorro la casa sola. Sintiendo sus olores. Husmeando entre sus cosas.Llorando su ausencia.Cuando venga alguien a repartirse las cosas de él y abran la puerta, me mandaré a mudar para la calle. Estoy segura que si a él lo dejaron solo... Qué pensarán hacer conmigo entonces..!Porque es muy triste ser una perrita que ha quedado sin dueño. ¿Saben?(A MACARENA, perra ovejera que vivió conmigo mil quinientos cincuenta y tres días. Uno de ésos días, me vio caer enfermo y avisó con sus ladridos a mis vecinos) 


  

EL REY BOMBÍN

A ver, amigos perritos.
vengan aquí.
¡Todos juntos, conmigo.
Saluden, digan adiós!

Que ya nadie ladre
el rey está muerto.
Hagamos silencio.
Ha muerto mi perro, el rey Bombín.

¿Ven lo que pasa allá afuera?
Densas tinieblas se esparcen,
Las flores  se secan...
Y el sol no aparece.

Asombrados miremos al cielo.
¿Quién dictará ahora las leyes,
en éste su reino?
Nos preguntemos.

Aún desorientados busquemos
en las aguas de los mares,
de los ríos, y de los lagos.

Aquel barco que una mañana
zarpó llevando su alma,
y hasta todos sus trastos.

¡Que ya nadie ladre!
el rey está muerto.
Hagamos silencio.
Ha muerto mi perro, el rey Bombín.

No quedan vestigios, parece,
de su territorio marcado en el patio, 
Y su reino gracioso, alegre
de repente, oscurece.

Ahora todo ha cambiado.
Ya pronto olvidarán,
sus juegos, costumbres,
y hasta sus horarios.

¡Leamos los mapas astrales!
Tal vez por el firmamento,
y en un globo aerostático.

Viaje su almita y nos mire,
como siempre él lo hizo,
Como si nosotros...
Fuésemos unos enanos.

(A BOMBÍN, Perrito mezcla de salchicha con callejerito, encontrado una mañana en el Parque de la Vida, Córdoba, Argentina. Muerto en desigual pelea callejera)













José Antonio Ibarrechea

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