Nos repartiremos los colores
con los que pintamos nuestros
sueños,
antes de mi partida.
Por ejemplo el blanco.
Deja pintado de blanco las
paredes,
el muro y la tapia.
Así como están las fundas y las sábanas.
El azul.
Claro como el cielo que nos acompañó
siempre,
deja que merodee entre las
cortinas,
y las ventanas de la habitación.
En cuanto al verde.
Sabemos que es tu color
favorito.
Como el brillo de tus ojos.
Simples cosas que me emocionan.
El rojo.
Deja a tus labios pintados en
rojo.
Y regálame cuando me veas,
un repentino pedazo de tu risa.
El amarillo, sabes.
Está escondido entre los manteles
Y en la vajilla de nuestras
alegrías.
Como puedes ver, a vos te dejo el arco iris.
Yo solo quiero llevarme los tonos
grises y las sombras...
de mis electros, de los ecos y de las radiografías.
Como pasaporte para el resto de mis días.
Entrarán con mi corazoncito.
Todos juntos, apretaditos.
Allá en el desencanto del fondo...
de mi valija.
Ibarrechea
diceelwalter@gmail.com
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