Mamá, como todas las mañanas me sirvió el desayuno, y mientras yo saboreaba una rica taza de cascarilla
con leche, ella murmuraba el ave maría, el padre nuestro, el gloria…
Te aseguro que todos los santos fueron llamados a la
mesa para pedirle sus bendiciones, sus
milagros y prometerles mi asistencia perfecta a misa, los días domingo.
Luego de toda ésta ceremonia, y mientras me
preguntaba porque se le había ocurrido a mi madre semejante proeza
salí con rumbo al colegio.
Bueno, eso se creyó mamá, porque en realidad primero me
encontraría con Normita, mi compañerita de grado.
Y parado en la esquina la esperé. Con mi guardapolvo
almidonado, pelo con gomina, y zapatos más que lustrados.
Ella llegó, me sonrió, y caminamos rumbo a
la casa de Julio que nos esperaba
impaciente en la esquina con su barrilete multicolor, con una bobina de piolín
de más de cien metros para divertirnos en los recreos.
María vivía justito al frente y también era parte de la
feliz comitiva, que, un poco caminando un poco a los saltos, y cantando llegamos al colegio. Y así entramos.
Apenas comenzó la clase, la señorita nos hizo pasar al
frente, a Normita y a mi, a leer un texto de Martín Gil.
Yo- "El cielo profundo y sereno como el abismo, brilla
y palpita suavemente."
Ella- "La Vía Láctea que atraviesa de banda a banda el
firmamento con su luz mortecina, semeja extraña proyección lejana de un faro
gigantesco sobre un mar inmenso."
Yo- "Entre las joyas de nuestro cielo Austral, la Cruz
del Sur fulgura con cierta sencillez encantadora, inclinada hacia el Polo como
una flor, blanca como un lirio, que lo señala eternamente."
Ella- "Un poco hacia el Este de la Cruz, centellea
inquieta la preciosa estrella doble Alfa Centauro, con su luz rojo pálido, se
parece a una granada al madurar."
Yo- "Próxima a ella cual enorme serpiente que quisiera
tragarla, la via láctea,cierra sus dos brazos bifurcados.
Ella- "Al este, la hermosa estrella Antares, la
balanza, la Espiga de la Virgen, de luz suave y celeste, como una
violeta."
Yo- "Al sudoeste, como un trozo de diamante, va
alejándose Sirio, la estrella gigante, blanca como un armiño, la que anuncia a
los Egipcios las crecientes del Nilo."
Ella- " Mas al sur Cánopus, casi tan blanca y hermosa
como Sirio, es el piloto que dirije la nave de los Argonautas que van en busca
del vellocino de oro."
Yo- "Arturo al Noroeste, como dorado fuego, y Archenar
al sur, rozando el horizonte... Brillan solitarias."
Los dos juntos- "De Martín Gil "Cosas de
Arriba"
Por supuesto que la lectura salió espectacular y cuando
terminamos de leer volví con Normita tomados de la mano.
Cuatro pasos hasta su pupitre, nueve pasos hasta el mío.
(A mí me gusta caminar tomado de la mano, porque así me parece que viajo a las estrellas.)
¿Te cuento?
Ese fue mi primer viaje a las estrellas, porque fue la
primera vez que le di la mano, la primera vez que ella lo aceptó con una
sonrisa genial, la primera vez en el año, que la señorita dibujó en mi cuaderno un regio felicitado, y una de las tantas veces que, por aquellas cosas de arriba, me sentí feliz.
Ibarrechea
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