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viernes, 18 de enero de 2013

A LOS NIÑOS QUE DEAMBULAN POR LOS PASILLOS DE LOS HOSPITALES


El celular se te cayó al piso.

Lanzas un insulto entre lamentos y bronca. Una bronca profunda, intensa, que te hace lanzar un rosario de palabras groseras y examinas el teléfono a las apuradas porque quizás, vos estas demorado/a, se te va el ómnibus, llegarás tarde a una cita, alguien te espera, o una novela, o un partido de fútbol que dan en la televisión, o la fiesta va a empezar. Dale que va.

Te pasan cosas ciudadano/a. Parece que solo a vos te pasan.

La plata que tienes no te alcanza para cigarrillos, esos que a vos te gustan, te conformas con una etiqueta distinta a la que acostumbras comprar. Insultas de nuevo, parece que todo te sale mal hoy.

Llueve, el agua se acumula contra el cordón de la vereda, y corre arrastrando botellas de plástico, papeles y bolsas de nylon, tu mugre y la mía van juntas hasta la alcantarilla de la esquina. Allí se hace una sola. Se hace fuerte y el agua no puede pasar rápido. Al paso de los automóviles esa agua acumulada te salpica la ropa, te moja los pies. Insultas a los funcionarios municipales y a los empleados descorazonados. ¿Viste que ninguno es previsor? Parece que nadie piensa en vos.

Como ves, te pasan cosas.

Los precios aumentan todos los días. Insultas de nuevo. Te cuesta ganar las monedas, el peso de hoy, sabes que mañana tendrá un valor de noventa centavos y pasado mañana de ochenta. Te dicen que todo está bien con este modelo económico. Los nervios te alteran, querida señora, estimado señor. 

Te sientes estafado/a querido ciudadano/a.

Tienes suerte. Una persona te dice que te quiere, amigo. Y a vos preciosa, te susurran palabras de amor en el oído. Eso si que está bueno, piensas. El colectivo urbano aparece por la esquina y finalmente te llevará hasta tu casa. Dale que va.

El señor del frente dobla el diario que acaba de leer, lo deja en la mesa del bar, paga su café deja unas monedas más y sale y se pierde entre la gente. Estuvo tres horas sin hablar con nadie, eso si que se llama soledad, maestro.

¿Qué está haciendo tu familia, y tus seres queridos mientras trabajas?
Dime albañil, dime doctor, dime empleada doméstica, dime escritor.
Ea! Contesten que está aconteciendo a nuestro alrededor. 
Digan qué hacemos hoy.

Como ves, te pasan cosas ciudadano/a. ¿Nunca pensaste en ser un donante de órganos?
Solo te importa lo tuyo, nada más.

¿Cómo está usted señora, cómo está usted señor?
Mirando en calma como firman decretos antipatrias, señor. Como suman gente a votar. Como violan las normas. Como nos mandan a ejecutar. Cómo nos prohíben pensar. Como talan los bosques. Como dicen que trazan proyectos. Como vemos que meten la mano. Como vemos que gastan la plata de los jubilados. Como nos dibujan los índices. Que más da...

Esta noche vos vas a bailar y/o cantar cuarteto, ciudadano/a. 
-¿Qué es un cuarteto?- Cuarteto, igual a conjunto compuesto por cuatro músicos. 
Música de cuarteto, igual a música interpretada por una banda de más de cuatro músicos.
O sea, tunga tunga que le dicen.
Qué te importa, ¿verdad?

No puedes pagar, señora y señor, todas tus deudas a fin de mes.
Fulano te invita a un asado con fernet.
Mengano se va de vacaciones.
Zutano abre la puerta para ir a jugar.
Perengano se postula para presidente.
En la tribuna nos abrazamos entre desconocidos cuando nuestro equipo hace un gol.
Dale que va.

Los días pasan. ¿Sabés una cosa? Las noches también.
Y cada uno tenemos nuestras deudas, nuestras promesas, nuestros sueños, nuestras derrotas, nuestras lágrimas, y triunfos y alegrías. Nos pasan cosas y nos ocupamos y nos preocupamos. Solos. Yo soy yo. Primero yo. 
Te cuento una cosa, pocas veces nos interesan los demás.

Mientras el policía corre al ladrón, y la justicia al policía cabrón. Nadie sabe lo que pasa en nuestro alrededor.
Yo quiero ver un abrazo, uno por aquí, otro mas allá, quiero gente que se abrace.
¿Dónde están?

Como ves, pasan cosas, ciudadano/a, que no puedes ni te atreves a imaginar.

Cada cual atiende su juego. Vamos, canta conmigo.
Antón, Antón, Antón Pirulero. / Cada cual, cada cual, que atienda su juego. / Y el que no, el que no, una prenda pagará. / Yo sé, yo sé, yo sé la manera / de dar, de dar, la lata a cualquiera. / Yo sé, yo sé, yo sé la manera / de dar, de dar, la lata a cualquiera...

Mira niño/a.
Te paso a explicar, sino te metes en la cama no te vas a sanar. 
Nosotros los mayores tenemos, parece, otros asuntos que solucionar.
Se que hace algunos días que no te visitan y que deambulas arrastrando tus medicamentos por los pasillos de este hospital. 

Si niño/a, ya se que la enfermera te pone dibujitos en el televisor y te da la sopita y se va.
Si niño/a, ya se que vos querés que te abracen y que te digan que falta poco y que te consiguieron un donante y te vas a curar.

Y que recorriendo los pasillos has contado las luces de este pabellón, desde aquí hasta allá.
Mira niño/a, tenés razón en expresar tu bronca entre insultos y lágrimas. 
Te comprendo pequeño campeón/a.

Oye, apóyate en mi hombro, deja de llorar.
Mira niño/a, mira hacia allá, en aquel helicóptero viaja la comitiva especial.
¿Sabés lo que significa una comitiva especial?

Les cuento, a ustedes que son los niños que deambulan por los pasillos de los hospitales, que pasan cosas allá afuera, pequeños ciudadanos/as... Que no pueden imaginar.

Ibarrechea
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