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viernes, 28 de diciembre de 2012

MUCHAS COSAS MÁS


 A propósito de este año que se va y se lleva frases y promesas incumplidas. Sueños y esperancitas truncas y hasta cualquier conato de amor que haya podido acontecer, queda una luz, que el último en salir hacia el nuevo año, se olvidó de apagar.

Yo soy el que está todavía llenando el formulario de los deseos ante el funcionario de turno y que pide insistentemente que me deje cruzar con la valija llena de recuerdos imborrables.

- No puede dar nombres - Me dice sin levantar la vista y absorto en archivar, quejas, lágrimas, ilusiones y triunfos olvidadizos.

Le aclaro que los casilleros están incompletos, que no basta con marcar con una equis si la quise, la quiero, la querré o tachar lo que no corresponde o todas son válidas.

- Complete en el casillero de las observaciones, señor - Y se retira a tomar un mate cocido, lejos del mostrador. 

A propósito del año entrante, mujer, quizás vos y yo andemos buscándonos, entre esta tierra y el cielo y lo haremos hasta encontrarnos, creo. Mientras tanto, sigo completando el formulario, sus adjuntos y anexos, con papel carbónico para llevarme el duplicado, debidamente doblado en cuatro partes iguales, para que entre cómodo en el bolsillo trasero del pantalón.

Todos estamos amontonados en las puertas mirando de reojo hacia el futuro, con las manos en los bolsillos, contando las monedas, una, dos, varias veces, hasta estar seguros que son las que deban ser y de los distintos tamaños que correspondan con su valor. 

Con cierto grado de expectativa, ilusionados, miramos al reloj. Los relojes son implacables, no tienen corazón, - me decía una señora lectora del blog.- 

Ningún reloj se ha enamorado, consta en las actas que es así.

El pibe que está en la foto que me acompaña a todas partes, empieza a tocar su guitarrita y  le sale una triste canción de amor y de soledad. - No te desanimes - me dice.

Parece que voy a entrar al nuevo año con los siguientes recuerdos, según consta en el inventario del formulario adjunto y sus anexos. a) El brillo de tus ojos. b) Las cartas para Angela. c) Mis recetas de Cocina. d) Tus llamados telefónicos. e) Todo lo que me ha emocionado. f) Los viajes bajo las estrellas. g) Las fotos y el relato Fotografía. h) Mis mudanzas de barrios. i) Los comentarios dedicados al caballero de fina estampa. j)Tus lágrimas en mi pecho. Y además...  Además, tu sabes a qué me refiero.

Yo escribí sobre eso, durante este año que se va.

Sobre todo eso, señoras y señores, y muchas cosas más.   

 - Hay buenos augurios para usted, señor. - Me dijo la gitana que merodeaba el Boulevard Chacabuco y agregó que si una lluvia de fuegos artificiales explotaban en la noche para iluminarme mientras entregaba fervorosamente un beso y un abrazo en un encuentro, ése encuentro sería un motivo para no olvidar jamás, y un comienzo de algo duradero. Cuando la gitana se fue, sus aros redondos y gigantes brillaban por las luces del Palacio. Recuerdo.

Yo soy soñador, le dije al funcionario cuando revisó mi expediente, y comprobó que me faltaba completar el casillero correspondiente a la Actividad que desempeño. Soy soñador, señor funcionario  y anoche trabajé en un sueño más. - Mientras me miraba asombrado.-

Le cuento que yo estaba rodeado de amigos y que brindábamos por haberte conocido. 
Me refiero a usted, señora y porque usted me dijo que se había enamorado de mi, y que juntos, entonces,  entrábamos a una iglesia sin que nadie nos viese para aclarar esas cosas ante los Santos allí presentes, y que al salir caminábamos seguros y sonrientes sin encontrar indigentes por las calles ni pequeños gurises pidiendo monedas, ni madres estirando las manos por ayuda con bebés en brazos que nunca crecen, mientras que algunos policías jugaban a la payana y más allá, en la vereda del frente, las novicias se divertían con la rayuela  para llegar hasta el cielo.

Y que juntos caminábamos entre Musulmanes, Budistas, Apostólicos Romanos, Judíos y demás. Y éramos  blancos, negros, amarillos y rojos. Aborígenes y testaferros, Empleados y empresarios. Socialistas y capitalistas. Mirando cómo se alineaban los planetas atrás de la luna, como jugando a las escondidas, mientras escuchábamos a Louis Armstrong cantar "Que maravilloso es este mundo." Y bailábamos. Bailábamos apretaditos en una baldosa de la peatonal, la canción "Imagina" de John Lennon. Y así cada uno entraba a su casa. Sin dolores, sin penas, sin glorias, sin triunfos. Sin cosas ajenas.

Anoche soñé eso, - digo mientras me vuelvo para apagar la luz.- arrastrando mi valija cargada.

Señoras y señores, soñé eso y muchas cosas más.
¡clic!

José Antonio Ibarrechea
diceelwalter@gmail.com

(Editor responsable. Nací un 19 de Noviembre de mediados del siglo XX en Deán Funes, Córdoba, Argentina, bajo el signo de Escorpio en un mediodía caluroso y con fuerte viento norte, de parto normal y en absoluto silencio. Según consta en las actas.)










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