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viernes, 28 de septiembre de 2012

EL PIBE IBARRECHEA VA A LA ESCUELA

    Algo sucedería aquella mañana de Septiembre para que el día fuese esplendoroso. Las hojas de los arboles aún eran pequeñas, pero de un verde alegre y luminoso. Había una brisa suave que tiernizaba el aire con el aroma de los olivares.
    Y yo.
    Parado en la esquina, esperando por Normita, que me dio un beso en la mejilla al llegar y desde allí, caminamos rumbo a la escuela, tomados de la mano.

    - Hoy no me puse pullover.
    - Yo tampoco.

    Julio llevaba su barrilete multicolor, con una bobina de piolín de más de cien metros para divertirnos en los recreos, y María, que nos encontró en la otra esquina, no dejaba de mirarme y de sonreir con aquella sonrisa tan blanca, como su delantal, se ofreció a llevarme el tintero con tinta azul "Pelikán" y mi caja de madera donde guardaba mis plumines "cucharita," mis lapiceras, lápices, compás, plasticola y gomas de borrar.

    Así entramos, todos juntos y abrazados en aquella mañana esplendorosa de Septiembre.

    Yo daba la clase.
    Supervisado siempre por mi fascinante señorita maestra.
    Mientras en casa, mamá se encomendaba a todos los Santos, Rosario en mano, para que me manden una bendición, me colmen de milagros y mi lengua no tropieze. Y que si zafaba de esta -Prometía ella - Yo iría a misa todos los domingos.

    Convengamos que la buena de mamá se la daba de "vieja piola."
    Así, cualquiera.

    Le dejé mi trompo "puguero" a  María.
    Normita se puso de pié y me dijo "suerte Pibe" con un suave beso con sabor a miel.
    Y pasé al frente.

    La señorita maestra, de piernas interminables y cortísimas minifaldas me dijo; La clase es suya, alumno Ibarrechea.

    Desde el fondo del aula, mis compañeros varones, irrespetuosos como siempre, me hacían señas obscenas. En cambio, algunas niñas, cruzaban sus piernas, otras acomodaban el cabello con sus vinchas o apoyaban las mejillas en sus manos.

    Los cuadernos "Rivadavia" tapa dura, forrados con papel araña de color azul, hicieron su aparición sobre el pupitre. Los tinteros ocuparon su lugar y las lapiceras plumas se recostaban plácidamente sobre el liso y blando papel secante.

    (Todo era esplendoroso para aquel Pibe Ibarrechea, recuerdo.)

    - Trabajaremos hoy con las sílabas tra, tre, tri, tro, tru, formando oraciones, donde procuraremos el sujeto y el predicado, artículos, adjetivos y fundamentalmente, estudiaremos esa parte de la gramática que abarca a las oraciones y sus clases, sus significaciones o funciones de la que cada una trata. Por eso, a continuación, abrirán ustedes sus cuadernos y escribirán las siguientes oraciones.

    "Enormes transantlánticos transportaban tranquilos trabajadores, transcendentales en la construcción y engrandecimiento de nuestra Patria."

    El aluvión de tizas sobre mi persona, fue estremecedor.
    La señorita maestra puso orden.

    Continúe Ibarrechea - Me dijo con un tono protector, mientras acariciaba mi cabeza -

    María se paró al lado de mi asiento y anunció que ella, a la vez, haría  la tarea en  mi cuaderno.
    Normita encogió los hombros, mirándola de reojo.
    Esther, empezó a tararear una canción de Los Iracundos, casi imperceptiblemente, pero mi maestra, golpeteaba el suelo siguiendo el ritmo con la punta de los pies, mientras nos observaba.

    Bien, compañeros y alumnos. Vamos ahora a esta otra oración.

    "Trinaba el silbato del tren en su larga travesía, y el estruendo de las ruedas sobre la trocha, anunciaba su paso por mi pueblo."

   ¡Poeta! - Gritó Norberto desde el fondo - La señorita lo hizo callar y pidió silencio ante la risa generalizada.

    "Ahora, emplearemos todas las letras del abecedario en una oración, y usaremos nombres propios, como por ejemplo:
    Muchachos, les voy a contar un secreto. Nunca tuve una novia que se llame Aurelia, ni Bárbara, Carola, Delia, Eva, Fernanda, Gloria, Helena, Irma, Jovita, Katherine, Laura, Malena, Nora, Ñaña, Ofelia, Patricia, Quina, Ramona, Sandra, Teresa, Úrsula, Victoria, Walkiria, Ximena, Yolanda ni tampoco Zulema."
   
    (Para regocijo de mis compañeras.)
    Nueva lluvia de tizas sobre mi humanidad.

    Recreo.
    - No seas tan locuaz ni dicharachero. - Me dijo la maestra - Pero aún así, llevas la clase magistralmente.

    (Era un día de Septiembre esplendoroso, para aquel Pibe Ibarrechea, recuerdo.)

    Cuaderno de matemáticas, por favor.
    Recordemos, compañeros y alumnos, que:
    Sumar: es agregar o añadir para reunir en una sola, varias cantidades.
    Restar: es la operación que hacemos para hallar la diferencia entre una cifra mayor, a la que llamaremos "minuendo" y otra menor, a la que llamaremos "sustraendo."
    Multiplicación: que es aumentar algo considerablemente, o sea, debemos hallar el producto de dos factores.
    División: que es el reparto en varias veces, empleando el "dividendo" que es la cantidad que ha de dividirse por otra.
    Pero aparte de estas operaciones básicas y para un mayor entendimiento, prefiero que en vez de hablar de unidades, decenas y centenas aburridas, hablemos en pesos, plata Moneda Nacional. Creo que es más fácil y de rápida comprensión.

    (Fuertes aplausos, mientras el manual Kapelusz dormía el sueño de los sabios en los portafolios.)

    Recordamos ahora los triángulos.
    Los triángulos son polígonos de tres lados.

    (Jaime Maldonado se entusiasma y pasa al pizarrón para hacer los trazados con la regla de madera.)

    Equilátero: Tiene los tres lados iguales.
    (Como el triángulo de la bandita de música.)

    Escaleno: Que tiene los tres lados desiguales.
    (Como la escalera que va al techo.)

    Isósceles: Que tiene dos lados iguales.
    (Como una percha, ché.)

    (Aplausos y risas altisonantes.)

    La señora Directora de gruesos anteojos hizo su aparición en el mayor de los bullicios en el aula.
    La señorita maestra dejó de reirse.
    Todos, en respetuoso silencio, se ponen de pié y contestan el saludo, protocolarmente.

    Ella me mira.
    Yo la miro.
    Ella me pregunta.
    Yo le contesto.
    - Cuando sea grande quiero estudiar para ser astronauta, señora Directora.

    Entonces, ella pidió mis cuadernos, los miraron detenidamente con mi señorita maestra y luego me observaron de arriba hacia abajo.

    María, parecía juntar las manos, como rezando.
    Normita, respiraba expectante.
    Yo, cruzaba los dedos contra el pizarrón, esperando lo peor.

    Para salir de la escuela, al finalizar las clases, formábamos frente al mástil, desde donde la señora Directora nos despedía con un "¡Hasta mañana alumnos!" Nosotros respondíamos a coro: "¡Hasta mañana señora Directora!"

    En la calle, Osvaldo tomo del nudo de cañas, el barrilete de Julio, que sujetaba el piolín.
    Todos mirábamos asombrados como se elevaba y que estoicamente se mantenía ante los embates del viento del mediodía, como si fuese un pedacito de arco iris sobre los techos de la escuela.
    Por algunas ventanas de las casas vecinas, se asomaba el rico aroma de las comidas para el almuerzo.

    Norma me tomó de la mano y María del brazo.
    Los tres cruzamos la calle.
    Orgullosos y contentos.
    Por mi...
     Muy Bien. Diez.
    ¡Felicitado!

   
   

   






Ibarrechea

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3 comentarios:

  1. Me encantó ya que aplicando diferentes ocurrencias pasaba al frente en todo...y con una explicación que dudo a nadie se le ocurriría..
    felicitaciones alumno Walter Quinteros Ibarrechea)
    MQ.

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  2. valeu meu grande amigo parabens e muito sucesso grande abraço meu e da laudete!!!!

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