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viernes, 16 de diciembre de 2011

IBARRECHEA: EL EMBOTELLADOR DE SUEÑOS

Sueño y a cada sueño le asigno un frasquito.
Por la mañana, tapo los frasquitos con un corchito.
A los frasquitos los guardo en la biblioteca.
La biblioteca está encima y a los costados de la mesa del escritorio.
Sobre el escritorio una compu.
Abajo al costado, derrotada, exhausta y en trámites de jubilación, descansa una Olivetti.
Sin destapar ningún frasquito que me cuente nada, miro por la ventana hacia el cielo.

El que no ve nada en el cielo, es porque no tiene alma de escritor.

Algunas nubes tienen formas de dragones.
Otra, de una princesa asustada que mira desconcertada a los dragones.
Y más allá, otra nube se parece a un castillo.

Entonces desenfundo mi lapicera y concurro en defensa de la desprotegida princesa.
Los dragones, sorprendidos por mi arrogancia, huyen entre rayos y centellas.
La princesa, agradecida, me dice que no la deje sola. No esta noche, Caballero.

El que no ve nada en el mar, es porque no tiene alma de escritor.

Algunas olas tienen forma de piratas.
Otra, de una sirena asustada que mira desconcertada a los piratas.
Y más allá, otra ola se parece a un barco.

Entonces desenfundo mi lapicera y concurro en defensa de la desprotegida sirena.
Los piratas, sorprendidos por mi valentía, huyen entre los oleajes espumosos.
La sirena, agradecida, me dice que no la deje sola. No esta noche, Bucanero.

Por eso escribo nena, para que me pidas que no te suelte la mano, no esta noche.

En algunos frasquitos tengo sueñitos locos.

"Todos mis hijos me llaman para preguntarme en qué lugar del mundo estoy escribiendo.
El celular pierde la señal en el medio del mar.
Entonces me siento en la balsa, les escribo una carta.
Y arrojo la botella en el océano."

"El señor que arregla máquinas de escribir, se pone los anteojos.
Examina la Olivetti.
Me mira con sus ojos tiernos y cansados.
Yo entiendo y cubro mi máquina con una sábana."

En algunos frasquitos tengo sueñitos relocos.

"Algunos de mis personajes me reclaman más protagonismo.
Otros esperan para salir a escena.
Los lugares que recorro me hablan al oído."

"Pero el mejor de todos y que se repite en todos los frasquitos de este embotellador de sueños.
Es aquel en el que tú me dices. Después de la ducha juntos. Después de volver a acostarnos.
Que no te suelte las manos. No esta noche, amor."

Por eso escribo.

Ibarrechea.

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